sábado. 27.04.2024
Foto de archivo

En 2015 parecía que Podemos iba a comerse el mundo, entraban en el Parlamento Europeo con fuerza y parecía que iban a entrar como segunda fuerza en el parlamento, desplazando a un PSOE que estaba de capa caída, con un liderazgo débil y en un contexto económico favorable a las fuerzas nuevas de corte populista. 

Hoy nada queda de eso, casi una década después, solo son un partido desestructurado por luchas tanto internas como con el resto de los partidos que conforman la coalición del gobierno.  

La estrategia que empezaron a aplicar cuando entraron al gobierno no ha funcionado en absoluto, al contrario, es posible que haya sido la principal causa de pérdida confianza por parte de miles de votantes. Esta consistía en impulsar medidas progresistas, a la vez que intentaban ganar un relato que era imposible de ganar, al menos en 2019, acusando al ala más moderada del gobierno, es decir, al PSOE, de ser poco más que un partido de derechas, adjudicándose ellos todos los logos del gobierno y no teniendo pudor a la hora de acusar al gobierno del que formaban parte de todos los males por los que atravesaba el país. 

Ahora solo son un partido irrelevante, sin ningún tipo de relevancia ministerial, con apenas militancia y sin un liderazgo claro

Lo más triste, es que pudiendo haber hecho una oposición más dura, quizá no entrando en el gobierno, o haciéndolo, dejando claras ciertas políticas que no iban a tolerar, se conformaron con generar disensiones en el seno del ejecutivo, manteniendo sus puestos y vetando a todo aquel que no apoyara sus políticas, y esto lo digo como exmilitante de Podemos y antiguo votante. 

Ahora solo son un partido irrelevante, sin ningún tipo de relevancia ministerial, con apenas militancia y sin un liderazgo claro, porque Ione Belarra, aunque sea secretaria general, no tiene poder orgánico para desplazar a Irene Montero o incluso a Pablo Iglesias, pese a estar retirado de la política, ahora amenazan con presentarse a las elecciones europeas en 2024, lo que hay que preguntarse es como lo harán. 

Si a mí me pregunta, creo que la solución de esa verdadera izquierda es presentarse en una coalición seria, donde de verdad no haya vetos ni personalismos que acaben minando a las organizaciones integrantes, donde aunando fuerza y capital humano se pueda entrar en todos los espacios que fueron perdiendo durante estos años, porque la política es eso, ocupar espacios. 

Si no cambian su estrategia, desde luego que están avocados a desaparecer, porque Podemos ha pasado de ser un movimiento popular, amplio y con un apoyo social importantísimo a no entender a la ciudadanía española, dicho esto yo personalmente les deseo lo mejor, dentro de posiciones coherentes y realistas.

Podemos, crónica de una muerte anunciada