sábado. 27.04.2024
Activistas de Podemos en Oviedo durante la precampaña de las elecciones europeas de 2014 (Wikipedia)
Activistas de Podemos en Oviedo durante la precampaña de las elecciones europeas de 2014 (Wikipedia)

¿Os acordáis cuan de moda estuvo el nombre y concepto de Casta que puso en órbita el intelectual orgánico que habitaba en Podemos hace no más de cinco años? Entrar en la batalla dialéctica del debate político del periodo que va de la fundación de los morados (2014) hasta su consolidación como fuerza  requerida para la formación de un gobierno de coalición (2019) exigía manejar referencias explicitas sobre la cuestión: la casta identifica al grupo o grupos de personas que disfrutan de una preeminencia social reflejada en su capacidad para controlar resortes económicos, sociales, políticos y judiciales. 

La casta es sinónimo de elitismo y disfrute de privilegios de dudoso origen vista la cuestión desde la óptica que Podemos introdujo en el debate político. Una gran aportación que ha tenido un efecto pedagógico en muchas de las conciencias que se despertaron en el periodo de incubación de las propuestas radicales de esos años. Desafortunadamente el concepto de casta ha perdido vigencia, ya no se acude a él para analizar las desigualdades y disfunciones de nuestro mundo, y creo que es un error, que deberíamos seguir insistiendo en la importancia que el rol de pertenencia a una u otra sección de nuestro vivir comunitario nos marca y marca el devenir de la propia sociedad. Y no sólo eso, no haber abundado en la importancia de la existencia de una sociedad anclada a sus formas tribales o castas impide el que ahora fuéramos más lúcidos respecto de los acontecimientos de la actualidad.

La casta identifica al grupo o grupos de personas que disfrutan de una preeminencia social reflejada en su capacidad para controlar resortes económicos, sociales, políticos y judiciales

Por dicha razón desde esta tribuna emplazo a seguir insistiendo en la vigencia del asunto, en profundizar en la comprensión de una sociedad organizada a partir de la idiosincrasia de la casta, tanto de la que se pertenece como a la que se sufre. Para empezar diré que la lectura de casta como concepto político-social parece muy próxima a la de organización de clases expuesta por la filosofía de la historia de corte marxista, pero (en mi opinión) no es lo mismo, no deseo entrar en profundidades, no es el lugar adecuado y nos distraería de algo que sí me parece oportuno y útil para comprender fenómenos que todos tenemos en la cabeza, ¿de dónde proviene el autoritarismo y la filia fascista que campea por España?

Américo Castro (Wikipedia)
Américo Castro (Wikipedia)

La interpretación derivada del conflicto de clases no lo aclara del todo. Tengo la impresión de que la clave está en la lectura de nuestra sociedad originada en las castas, pero hacer dicha lectura al modo que lo exponía Américo Castro: España es resultado de la pugna de tres macrocastas, la hebraica, la islámica y la gótica. Amén de pueblos anteriores cuya impronta ha desaparecido en la historia actual, los vestigios antropológicos y culturales de nuestro momento están vinculados a las castas antes mencionadas. Solo que con diferentes efectos. Según el historiador, la casta laboriosa por excelencia sería la vinculada al islam y al arabismo. La casta hebraica habría desplegado su potencia en el comercio, la economía y el desarrollo intelectual. La casta gótica, la que proviene de las tribus visigodas se empodera en torno al dominio de la fuerza; la guerra y la jerarquización de la actividad bélica son su contribución principal. 

Punto arriba punto abajo, coincido con la caracterización de Américo Castro y desde luego coincido con su apreciación del enorme precio pagado por el hecho de que de la pugna entre castas resultara ganadora la belicista gótica en detrimento de la laboriosa islámica o la intelectual judía. El resultado es una conformación de España articulada en torno al ejercicio de la fuerza, tanto para su organización interna como para su proyección externa. El sentido gótico de la vida se manifiesta en la organización de reinos adversarios y combativos entre sí, solo integrables por la fuerza con mayor capacidad de coacción hasta devenir reyes católicos de varios reinos primero y emperadores del mundo después. 

Coincido en el enorme precio pagado porque en la pugna entre castas resultara ganadora la belicista gótica en detrimento de la laboriosa islámica o la intelectual judía

Ese vértigo por el uso de la fuerza como criterio de legitimidad se halla en la base del fascismo español actual, por ello utilizan símbolos extraídos del medievo y del primer renacimiento aunque no sepan muy bien por qué. Y también desconocen que la decadencia de la nación española está vinculada a la imposición de la casta gótica sobre las otras dos. Las expulsiones de los mozárabes y moriscos atascó el músculo productivo que dejo sin recursos alimentarios a la nación, enriquecida en América para alegría de los banqueros europeos. Se perdieron vatios de potencia productiva del mismo modo que se perdieron las neuronas que la casta hebraica aportaba por su estrecha y continua relación con los fenómenos del comercio, la ciencia y el intercambio que impulsaron al resto de las naciones europeas que no marginalizaron su población judía. El mundo moderno se desarrolló gracias a la producción  y el intercambio, y aquí perdimos a la gente más adecuada para liderar el ingreso en lo que finalmente cuajaría en la modernidad de la Ilustración. 

Si, tuvimos mala suerte histórica, en lugar de profesionales y/o intelectuales fortaleciendo la nación, se quedaron con el cotarro unos tipos que no entienden y no defienden nada que no se gane por la imposición y el amedrentamiento, puro autoritarismo. Y estas señas de casta siguen vivas, ¿u os imagináis a ciertos políticos vistiendo mono de trabajo o leyendo a Kant? 

Castas y autoritarismo