lunes. 29.04.2024
capitalismo

No podemos ignorar que a diferencia de los medios con los que nosotros pudiéramos estructurar nuestra ofensiva, el Capital cuanta con la inestimable colaboración de unos medios corruptos, que a diferencia de los que nosotros estuviéramos utilizando, estarían siendo generosamente financiados, tanto por los gobiernos, como por aquéllos que directamente se vieran afectados. Unos medios que son el complemento de esa política de atontamiento con la que, desde el poder, se ha conseguido que una parte asombrosamente amplia de nuestra sociedad, haya perdido la capacidad de utilizar la facultad que nos diferencia de los animales. Una sociedad que no sólo se deja llevar por un acto reflejo que la conduce a aquella "No hay alternativa"; sino que incluso ha llegado en multitud de casos, a comportarse como lo hacen aquellos seres que, por su proximidad en el ámbito de la evolución, nos recuerda de dónde venimos. [1] 

Vuelvo a estar de acuerdo con lo que se menciona en este artículo cuando en él se está afirmando que:

"Obviamente, una compra colectiva orientada sólo a la reducción de precios, no hace más que alimentar el consumismo desaforado del que se nutre el capitalismo"

Obviamente. Pero esto nada tiene que ver con el problema con el que estamos enfrentados. Y la razón a mi entender está, en que ese "consumismo desaforado" no podría tener lugar en un proceso en el que, los artículos de primera necesidad no estarían afectados por el hipotético caso de que se produjera ese tipo de consumo.

El verdadero problema no sólo lo tenemos en que nosotros hemos de ser los que hayamos de decidir qué es lo que se ha de demandar, y a quiénes hemos de demandárselo. La cuestión está, en cómo podremos conseguir, que debido al escepticismo que nos ha llevado a una desilusión que hunde sus raíces en la impotencia, a menos que nos concienciemos que nuestros problemas tendremos que solucionarlos exponiéndolos en las Asambleas que se describen en la obra ¿Es posible otra economía de mercado?, es imposible conciliar, según Rousseau, aquella Voluntad General “que sin ser la suma de todas las voluntades individuales tendría que ser expresión del “interés común”.

Si como he dicho anteriormente, nuestros problemas tendremos que solucionarlos, exponiéndolos en unas asambleas informatizadas, se puede entender que; cómo él mismo afirmó que “no se puede imaginar que el pueblo permanezca siempre reunido para ocuparse de los asuntos públicos, y se comprende fácilmente que no podría establecer para esto comisiones sin que cambiase la forma de la administración”

Sin embargo, si en su tiempo no se podía imaginar que el pueblo permaneciera siempre reunido para ocuparse de los asuntos públicos, actualmente esta permanencia, así como las intromisiones de naturaleza personal que hubieran de tener lugar en estas Asambleas, por una parte pueden ser mantenidas; y por otra, superadas en función de la utilización de la informática.

Una vez dicho esto, tenemos que añadir, que si no hacemos uso de un programa coactivo con el que impedir las actividades que lleva a cabo el Capital, nunca podremos conseguir establecer los objetivos que en esta obra se persiguen. Y es que si no coartamos con nuestras coacciones - al igual que hace el Capital con los que hemos sido utilizados indecorosamente -, seguiremos afrontando las secuelas que amenazan a la mayor parte de los que habitamos este planeta. Estaríamos contribuyendo a reducir la obsolescencia premeditada con la que muchos empresarios incrementan tanto la producción de sus productos y servicios, como los rendimientos económicos que con esta obsolescencia programada ellos obtienen. Estaríamos reduciendo la polución que esta producción subjetivada genera. Y con ello, dando un paso de gigante en la solución del problema ecológico.

Lo que aquí se propone, no sería más pero tampoco menos, que adoptar a través de la unión de los miembros de esta nueva sociedad, un modelo de economía y equilibrio social, contra las que el capitalismo, nada podría hacer. Entre muchas otras cosas, debido a que, al no poder éste evitar necesitarnos, (no olvidemos que los beneficios sólo se pueden obtener a través de la creación de unos productos y servicio cuya labor no haya sido totalmente pagada), para que siguieran utilizándonos, precisarían que estando desunidos, pudieran continuar con sus fechorías.

Por otra parte, si además de que con esta política económica en cierta forma disminuiríamos la degradación ambiental y extractiva que se está produciendo, le aunáramos la concienciación de que hemos de reducir una producción inconsecuente con nuestras genuinas necesidades, al igual que ocurre en muchos países refiriéndose a una demografía descontrolada, esta política económica nos llevaría a concienciarnos de las premoniciones que hizo Malthus, según las cuales este planeta no es infinito, y que por tanto a nosotros no nos es dable continuar creando indefinidamente.

Como se deduce del contenido que figura en la segunda parte de la obra ¿Es posible otra economía de mercado?, estaríamos contribuyendo a una  reducción demográfica inducida,  que no conllevaría los resultados que se produjeron en China con su legislación sobre lo que fue llamado el hijo único. Una reducción demográfica que como en ella se menciona, estaría fundamentada en las secuelas que habrían de conllevar el tener que aportar a nuestra futura descendencia, los medios con los que iniciar su andadura en nuestro Sistema como Miembros Activos.

En la certeza de que todo lo que aquí ha sido expuesto de una forma teórica, ni comprende lo que debería haber expresado, ni puede pretender encontrarse en lo cierto; con un espíritu que no se deja domeñar por una suerte de impotencia, que derivada del escepticismo tenemos que afrontar en toda su evidencia, me apresto a trabajar para que, con lo que expongo en esta serie, evitemos el fin al que el capitalismo nos conduce.

Últimamente he visto dos películas (“12 años de esclavitud” y John Q”), con las que creo que he “vivido”, casi hasta donde se puede llegar, a través de unas leyes puestas al servicio de los poderosos, en la utilización y en la degradación del ser humano. Con respecto a la primera de ellas, cómo con el dinero y con el poder, se compra no sólo el cuerpo, sino incluso hasta el alma; que es lo que tiene que representar la identidad y hasta la voluntad del ser humano. Lo que como consecuencia de  esta vivencia no he logrado entender, ha sido y sigue siendo, cómo los riesgos que de revelarse contra los que eran en la primera de esta película “sus amos”, las amenazas que pendían sobre sus cabezas las consideraron superiores, a tener que luchar para manumitirse de su esclavitud. No entiendo cómo hogaño, un capital que ha obtenido sus rendimientos económicos a través de la “utilización” de los consideraba como un factor de producción, es decir de los que habían participado en estos rendimientos, el capital trate de soslayar los gravámenes con los que subvenir las dependencias de los que han sido "utilizados".

Con respecto a la segunda ¿cómo actualmente, en un país en el que los "de abajo", al servicio de sus amos (porque actualmente sigue habiendo amos), no se enfrentan a una "democracia representativa" que ha permitido que la sanidad privada, la industria farmacéutica y hasta la educación, hayan sido vergonzosamente privatizadas? ¿Cómo los profesionales de esta sanidad, han pasado por encima del juramento hipocrático que tuvieron que prometer? Y cómo los que han privatizado la educación pública tratan de justificar una enseñanza de su descendencia en función de los valores que caracterizan a las clase más pudientes; unos valores que como consecuencia de la defensa de lo institucionalizado, conllevan unas disparidades de principios que no se corresponden con los de aquéllos que por su situación dentro de la sociedad no les son dable compartirlos.


[1]  Una procedencia en la que todas las actividades consistían en exteriorizaciones básicas con las que desenvolverse irracionalmente con su hábitat. Una ascendencia que con el desarrollo de la evolución debería habernos llevado a evitar que lo que fue, siga siendo una conducta tan irreflexiva como degradante. ¿No os habéis preguntado cuales son las razones por las que es gratis el uso del Whatsapps?; un medio con el que los Poderes mantienen entretenida a esa parte asombrosamente amplia de nuestra sociedad a través de un estado de incapacidad mental, como el que se produce cuando no hacemos uso de esa transformación a la que supuestamente les debería de llevar la evolución? ¿Es más, creéis que si estas facilidades de intercomunicación fueran utilizadas para coordinar la estructura de este consumo combativo, seguiría este medio prestando graciosamente sus servicios?

Acción-coacción frente al Capital