Vienen tiempos de responsabilidad, diálogo y acuerdo entre las fuerzas políticas, sindicales y sociales progresistas que permitan dar respuesta a los graves problemas pendientes de solución.
España merece una segunda oportunidad. Y qué mejor ocasión para comenzar a dársela que el día que tenemos que acudir a las urnas para depositar en ellas nuestro pedazo del puzle para construirla.
La gobernabilidad tiene un reto principal: desinflamar la hinchazón catalana y acometer las demás cuestiones pendientes, pero sin lo primero, no habrá nada más.