sábado. 20.04.2024

Tyche: El post 9N y la hora de las izquierdas

La denominada “cuestión territorial” va a ir ganando cada vez más centralidad en el debate y en la confrontación política...

Tyche
Tyche Antioch Vatican.

“Los antiguos pintaban calva a la Ocasión (la diosa Týkhē, la latina Fortuna), porque pasa solo una vez y si no la coges por el pelo y las dejas calva, ya no vuelve a pasar”(Antoni  Domenech en “Después de la niebla, Se acabó la diversión”. Sin Permiso)

Mientras el presidente Rajoy sigue enrocado y al parecer encantado con su “mayoría silenciosa”, Artur  Mas, a la vista de los resultados del 9 N, demostrando de nuevo que en esto sigue yendo también por delante, decía que ”El independentismo debe todavía crecer y seducir a los que votaron SÍ-NO”.

Y es que efectivamente el futuro comportamiento de ese 63% que no expresó su opinión el 9-N y de modo particular el de los partidarios en principio del SÍ-NO, resultará crucial para el desenlace final. Tanto si éste termina siendo el de las elecciones autonómicas anticipadas, como si lo fuese el del Referéndum que, con bastante probabilidad, antes o después terminará por hacerse algún día.

Para orientarse sobre ese comportamiento, además de observar la evolución del proceso y sus peripecias, todavía da de sí el análisis de los resultados del 9 N.

En anterior artículo, con ocasión de mi réplica a otro de Antonio Zabalza, y a propósito de la operación que éste efectuaba en su estimación de los resultados  al agrupar las respuestas del SÍ-NO con las del NO, advertía que el análisis del SÍ-NO no carecía de significado, al mismo tiempo que señalaba la oportunidad de dedicar un artículo separado al examen de dicha cuestión.

Pues bien tal es el propósito que en éste me guía.

A ese respecto, lo primero que revela un análisis más atento de los resultados del 9 N, es el menguado peso relativo de la opción SÍ-NO en relación con el número de “opiniones ” emitidas  el 9N ( insisto en no denominarlas “votos”).

En el ejercicio de estimación predictiva al que se hacía referencia en el primero de los artículos publicados en NUEVA TRIBUNA (“¿Consulta?, ¡Para qué!”), se adoptaron dos hipótesis ( interrelacionadas)que es preciso revisar y reajustar ahora .Aunque ambas eran irrelevantes en un análisis general de los resultados globales del 9-N, presentan cierta incidencia en cuanto a la interpretación del significado y trascendencia de la opción SÍ-NO que es precisamente el objeto del presente artículo.

La primera de esas hipótesis es la relativa a la distribución de los votos válidos entre las diferentes formaciones políticas que a su vez agrupamos en sendos bloques (“soberanista” y “unionista”).

Para esa distribución convencionalmente adoptamos –en cada uno de los dos bloques por separado- la misma estructura de pesos relativos que tuvo lugar en los comicios más recientes (europeas de marzo de 2014).

La segunda por su parte es la relativa a la asignación de las tres distintas opciones (SÍ-SÍ; SÍ-NO y NO) a cada una de las formaciones políticas. En el punto de partida o Escenario 0 (es decir el del 9 N), la principal condición de consistencia de ambas distribuciones es, naturalmente, la coincidencia entre las sumas de cada una de las 3 opciones y los datos totales arrojados para las mismas en la Macroencuesta.

La distribución del total de “opiniones” emitidas entre las diferentes formaciones de cada bloque –primera hipótesis- venía determinada “externamente” (por asimilación a la estructura de las elecciones europeas de 2014).

Sin embargo al distribuir después (en la segunda de las hipótesis) el total de cada formación entre las 3 opciones, había necesariamente que forzar la “lógica” en alguna o algunas de ellas, para así cumplir la condición de consistencia antes mencionada (coincidencia entre sumas y datos totales).

Así por ejemplo, la segunda  hipótesis adoptada en dicho ejercicio de estimación predictiva en cuanto a las dos formaciones que  a continuación se relacionan fue la siguiente:

Tal hipótesis sin embargo no se compadece con la orientación política que cabe deducir, al menos, de las posiciones y declaraciones de sus respectivos líderes.

Una distribución más ajustada a la realidad y más acorde con tales posiciones podría ser más bien del siguiente tenor:

O incluso, en el extremo:

Rehaciendo a partir de esas nuevas hipótesis los cálculos, y respetando la regla de consistencia varias veces mencionada, se llega a la conclusión de que las opciones SÍ-SÍ inicialmente adjudicadas a cada una de estas dos formaciones, en realidad tenían que haber estado  concentradas ,necesariamente,  en otras netamente independentistas y, a su vez,  las relativas al SÍ –NO, ahora mayores, no cumplirían la condición de consistencia.

En consecuencia, los nuevos resultados ponían en entredicho la primera de las dos hipótesis en el sentido de que la participación de ambas formaciones en el 9 N (de cada una de ellas o del conjunto) se revelaba muy inferior a lo extrapolado a partir de los comicios de marzo (europeas).

O dicho de otro modo, los resultados obtenidos revelarían de modo indirecto una relativa falta de interés en “el proceso de participación “ del 9 N por parte de esos partidos de izquierda, de forma que su abstención real podría haberse seguido aproximadamente por la mitad de su potencial electorado

Esa misma conclusión, además de su congruencia política, se ve corroborada al analizar la distribución geográfica de los resultados del 9N, y constatar (A.Domenech) el alto grado de abstención registrado en lugares donde mayor parece ser el apoyo a esas formaciones  (“cinturón rojo” de Barcelona, en especial Hospitalet, Santa Coloma, Cornellá etc)

Las consecuencias de ese ajuste para una estimación del futuro en los diferentes escenarios de participación no dejan de ser trascendentes, sobre todo teniendo en cuenta la escasa distancia que plausiblemente separa a las opciones alternativas (de un lado el –pro independencia-y del otro el NO al agruparse con el SÍ-NO).

Entre tales efectos cabe destacar en primer lugar la mayor presencia esperable en futuras consultas (autonómicas y / o referéndum) de los partidarios del SÍ-NO  que en cambio parecen haberse abstenido de participar el 9 N.

Y en segundo lugar, y como otra cara de ese mismo fenómeno, la más intensa presencia de la opción independentista en esa fecha, que aparece al rehacer los cálculos en el sentido arriba indicado, vendría a indicar una reducción de los márgenes de abstención de sus potenciales votantes y con ello una mayor acercamiento, en el 9 N, al “techo “ de los mismos.

En cualquier caso, rehechos de nuevo los cuadros correspondientes a la situación de equilibrio (50%-50%) en los diferentes Escenarios, con las nuevas hipótesis, los resultados siguen haciendo plausible una victoria –aunque muy ajustada - de los partidarios del .

En efecto, en todos y cada uno de dichos  escenarios, cuando se iguala -en cada uno de los bloques- el aumento porcentual respecto a los votos de las autonómicas del 2012, la opción pro- independencia se sitúa entre 1 y 2 puntos por encima del 50%.

Tales resultados –tan ajustados- ponen de manifiesto, de paso , el muy  importante papel –clave en nuestra opinión- que puede tener en el futuro la posición y orientación que definitivamente adopten las formaciones de izquierda antes referidas ( ICV-EUA y PODEMOS), en principio alineadas con ese SÍ- NO convertido en “objeto de deseo” del presidente Mas.

Y al mismo tiempo, igualmente crucial resulta ser  la incidencia que sobre todo ello puede tener el mayor o menor éxito de las propuestas constituyentes que ambas formaciones preconizan cada vez con mayor nitidez para el Reino de España y sobre las cuales la opinión de los catalanes, según denotan las más recientes encuestas, se muestran muy mayoritariamente favorables.

De modo que, vistas así las cosas, una vez más el destino de ambas “realidades ” – Cataluña y el resto del Reino de España –resultaría estar mucho más imbricado de lo que posiblemente piensan o desean los más tradicionales partidarios de la independencia.

Si a ello le añadimos la reciente revelación del ascenso de las posiciones soberanistas y pro- independencia en Euzkadi, se comprenderá por qué la denominada “cuestión territorial”, por mucho que enoje o aburra a tantos, va a ir probablemente ganando cada vez más centralidad en el debate y en la confrontación política.


PDF | Artículo completo con cuadros y anexos

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