La reforma laboral en Euskadi supone un escenario nuevo en el escenario sindical. Las diferentes estrategias sindicales habían sido patentes durante los últimos años y nadie había querido explicitarlas hasta ahora.
El nuevo escenario ha dejado al descubierto de forma clara las diferentes estrategias y sus miserias. Por una parte ELA ha podido decir a los cuatro vientos que su estrategia en la N.C. pasaba exclusivamente por el convenio en el ámbito de la empresa y por dedicar todos sus esfuerzos en la N.C. a sus afiliados exclusivamente. Boicoteando la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo con la patronal y el Gobierno Vasco. Por otra parte el resto de los sindicatos no hemos sido capaces de articular un acuerdo con la patronal que permitiera desbloquear la N.C. La realidad es que en este momento más de 400.000 trabajadores /as vascos están sin convenio colectivo.
El Gobierno Vasco ha tratado por todos los medios en buscar una salida a una situación que se ha vuelto en su contra, al no ser capaz de diferenciarse de la política del PP y marcar una política propia en sus relaciones laborales, marcando distancias de la reforma del PP. En esa estrategia no ha podido sumar ni a su sindicato “afin” ELA ni a la patronal vasca. Una vez más la patronal vasca se ha visto inmersa en un debate sobre el papel de Confebask (patronal vasca) como mera coordinadora o como representante de la patronal vasca, que lleva desde fundación sin aclarar. Cada vez que tiene que tomar una decisión que deje clara su posición en temas de carácter general y donde tenga que tomar una decisión que represente a la organización en su conjunto como representación de la voluntad general de la patronal, supone una ruptura del equilibrio interno. Ya hay precedentes en temas de carácter general, que han tensionado a la patronal vasca como ya ocurrió en su posición con respecto al llamado Plan Ibarretxe, donde dejó clara su posición en contra del citado plan. Ese intento del Gobierno de conseguir una posición de la Patronal favorable a la búsqueda de un acuerdo ha sido boicoteado por las diferentes patronales, sobre todo ha sido muy dura la posición de la patronal gipuzkoana Adegi. La patronal Adegi, ha sido uno de los máximos defensores de la política de las relaciones laborales que se ha establecido en Euskadi, donde ELA ha sido favorecida de una forma clara como consecuencia de la constitución del Gobierno Vasco y como se produjo el desarrollo estatutario en los temas socio laborales, que ha permitido a ELA tener el nivel de representación del 40% y por lo tanto darle un nivel de representación, que dificulta cualquier acuerdo sin la representación de este sindicato.
ELA ha utilizado la situación generada por la Reforma Laboral para tensionar las relaciones sindicales y propiciar su estrategia sindical. ELA desde el año 2000 ya había planteado su estrategia de N.C. basada de forma clara en el ámbito de la empresa como único ámbito de la Negociación Colectiva. La reforma laboral da carta de naturaleza a esa estrategia y le permite mantener una posición maximalista para impedir cualquier acuerdo que desbloquee la situación. En este momento 60 convenios colectivos están en trance de desaparecer por la negativa de ELA de dar salida a estos convenios que a afectan a 60.000 trabajadores, donde cuenta con mayoría absoluta, e impide con posiciones maximalistas, cualquier salida a los convenios. Se da la paradoja que por otra parte está firmando convenios de empresa con congelación salarial e incremento de jornada, convenios que en algún caso afectan a 13 trabajadores. Esa nueva situación que desde CC.OO. habíamos estado denunciando desde el año 2001 ha llevado a LAB a una situación que no ha sido capaz de afrontar con criterios sindicales y le han podido sus vínculos políticos con ELA, que el análisis del nuevo escenario sindical. Esta situación ha llevado a una absoluta paralización de la N.C. siendo los trabajadores/as los paganos de este escenario sindical. En este escenario de confrontación sindical ELA está presentando demandas para sus afiliados exclusivamente por la falta de voluntad de los empresarios para afrontar la negociación en los convenios de empresa dejando al resto de los trabajadores al margen. Esta nueva estrategia de forzar la afiliación de los trabajadores es algo que estaba dentro de las propuestas de avanzar a una N.C. exclusiva en el ámbito de la empresa. La propuesta de ELA no es algo nuevo en el debate sindical y las diferentes propuestas sobre la afiliación obligatoria o la afiliación como consecuencia del trabajo de los diferentes sindicatos en el centro de trabajo es algo que se ha producido en el sindicalismo europeo de una forma recurrente en su historia. Los resultados han sido que en el caso que nos ocupa se ha producido un mayor distanciamiento de los trabajadores, el sindicalismo de clase y solidario queda relegado por el corporativismo disfrazado de radicalismo con la patronal, alegando mayor radicalidad en sus reivindicaciones, y lo que hace es romper la unidad del movimiento sindical.
LAB está viviendo una situación muy esquizofrénica por una parte es consciente que con la propuesta sindical de ELA choca de una forma total con su modelo sindical pero por otra no tiene definida su estrategia política muy ligada al devenir del futuro de la I.A.ELA es consciente que ese estado de indefinición de LAB dificulta cualquier toma de postura sobre todo en el ámbito estrictamente sindical, cualquier acercamiento a las posiciones de CC.OO. y U.G.T. y como consiguiente un distanciamiento a las posiciones de ELA, pude no ser entendido por sectores del I.A. que apuestan por una posición soberanista donde E.L.A. juega de una forma ambigua. No se puede olvidar que una parte importante de los cuadros y afiliados de E.L.A. son militantes del P.N.V. El escenario tiene que ir aclarándose en lo político para que al final pueda ir aclarándose en el escenario sindical .La dependencia hoy en día entre la I.A. y L.A.B. es total y por lo tanto los diferentes movimientos irán clarificando el escenario. Esta situación no es nueva en la relación partido- sindicato y al final cada uno tiene que jugar el papel que le corresponde en la sociedad, no es ni el primer caso ni el último en la historia del sindicalismo.
Una vez más el sindicalismo vasco está cruzado por debates identitarios que hacen difícil avanzar en el debate sindical, en un escenario tan complicado como el que nos ha puesto al movimiento sindical la reforma del PP. Lo importante para una parte del movimiento sindical vasco no es como afrontamos la reforma, sino como como conseguimos la hegemonía sindical cueste lo que cueste. El sindicalismo Confederal tenemos un reto importante en conseguir que los reivindicaciones de los trabajadores vascos no queden ocultas detrás de debates identitarios, donde el sindicalismo Confederal ha sido punta de lanza en las reivindicaciones de un Pais plural y solidario, compaginando nuestras reivindicaciones laborales y nacionales al unísono.