3 de octubre de 2010, 14:20
NUEVATRIBUNA.ES - 12.2.2010
...La capacidad de CCOO UGT y CEOE de ponerse de acuerdo, centrando todo el esfuerzo en encontrar los elementos comunes para ese acuerdo y prescindiendo de sus legítimas posiciones iniciales, es su mejor contribución en el compromiso para superar la grave crisis económica que padecemos.
El acuerdo envía un claro mensaje al teatro de operaciones en el que se ha convertido la vida política en España. En situaciones graves, los intereses son intereses generales, no son nunca intereses de parte.
Ayer mismo se produjeron nuevos mensajes en esta dirección. Sindicatos y Patronal vuelven a comprometerse a cerrar un acuerdo con el gobierno para la reforma laboral a finales del mes de abril, un tiempo record teniendo en cuenta la importancia de los temas a abordar en la negociación.
En el ámbito político las aguas bajan más revueltas, a diferencia de hace 40 años,- obviamente las situaciones históricas no son comparables-. Aunque la envergadura del reto económico para España encuentra ciertos paralelismos, las fuerzas políticas no están dando precisamente muestras de su capacidad para ponerse de acuerdo. Bien es verdad que hay alguna diferencia que no debería pasar desapercibida.
Entonces, (parece olvidarse deliberadamente), era la derecha política la que estaba en el poder y la izquierda en la oposición. La izquierda fue capaz de renunciar a buena parte de su estrategia en aras del interés general y suscribió acuerdos, los elogiados Pactos de la Moncloa, que contribuyeron de manera decisiva a consolidar la democracia y a colocar a España a las puertas de Europa.
En la actualidad, el equivalente es impensable cuando es la derecha quien ejerce la oposición. Es inútil cualquier llamamiento, sea de la instancia que sea, a la necesidad de ponerse de acuerdo para superar en mejores condiciones y con bases más sólidas la situación de crisis que atravesamos. Cuando se trata de recuperar el poder, la derecha española no entiende de intereses generales.
No se trata en ningún caso de reeditar experiencias pasadas. Ya hemos señalado que los contextos políticos económicos y sociales distan enormemente de ser equiparables, pero convendría recuperar al menos parte del espíritu de entonces, el que nos hizo partícipes de un proyecto colectivo como país.
El reto actual es igualmente de enorme envergadura. Se trata de no volver a perder, por enésima vez, el tren de las reformas que coloquen a España en mejores condiciones de competir en un mundo global, modernizando definitivamente su economía.
Algunos creen que pueden eludir ese compromiso detrás de una retórica ampulosa y vacía de cualquier contenido, pensando que la pasividad es la mejor arma para asaltar de nuevo el poder. Otros por el contrario creemos que las situaciones de dificultad exigen justo lo contrario: movilizar todos nuestros recursos y nuestras capacidades para sin renunciar a nuestras concepciones, ponerlas al servicio del interés general.
Pedro Reyes Diez - Coordinador de Actividades FSE.
...La capacidad de CCOO UGT y CEOE de ponerse de acuerdo, centrando todo el esfuerzo en encontrar los elementos comunes para ese acuerdo y prescindiendo de sus legítimas posiciones iniciales, es su mejor contribución en el compromiso para superar la grave crisis económica que padecemos.
El acuerdo envía un claro mensaje al teatro de operaciones en el que se ha convertido la vida política en España. En situaciones graves, los intereses son intereses generales, no son nunca intereses de parte.
Ayer mismo se produjeron nuevos mensajes en esta dirección. Sindicatos y Patronal vuelven a comprometerse a cerrar un acuerdo con el gobierno para la reforma laboral a finales del mes de abril, un tiempo record teniendo en cuenta la importancia de los temas a abordar en la negociación.
En el ámbito político las aguas bajan más revueltas, a diferencia de hace 40 años,- obviamente las situaciones históricas no son comparables-. Aunque la envergadura del reto económico para España encuentra ciertos paralelismos, las fuerzas políticas no están dando precisamente muestras de su capacidad para ponerse de acuerdo. Bien es verdad que hay alguna diferencia que no debería pasar desapercibida.
Entonces, (parece olvidarse deliberadamente), era la derecha política la que estaba en el poder y la izquierda en la oposición. La izquierda fue capaz de renunciar a buena parte de su estrategia en aras del interés general y suscribió acuerdos, los elogiados Pactos de la Moncloa, que contribuyeron de manera decisiva a consolidar la democracia y a colocar a España a las puertas de Europa.
En la actualidad, el equivalente es impensable cuando es la derecha quien ejerce la oposición. Es inútil cualquier llamamiento, sea de la instancia que sea, a la necesidad de ponerse de acuerdo para superar en mejores condiciones y con bases más sólidas la situación de crisis que atravesamos. Cuando se trata de recuperar el poder, la derecha española no entiende de intereses generales.
No se trata en ningún caso de reeditar experiencias pasadas. Ya hemos señalado que los contextos políticos económicos y sociales distan enormemente de ser equiparables, pero convendría recuperar al menos parte del espíritu de entonces, el que nos hizo partícipes de un proyecto colectivo como país.
El reto actual es igualmente de enorme envergadura. Se trata de no volver a perder, por enésima vez, el tren de las reformas que coloquen a España en mejores condiciones de competir en un mundo global, modernizando definitivamente su economía.
Algunos creen que pueden eludir ese compromiso detrás de una retórica ampulosa y vacía de cualquier contenido, pensando que la pasividad es la mejor arma para asaltar de nuevo el poder. Otros por el contrario creemos que las situaciones de dificultad exigen justo lo contrario: movilizar todos nuestros recursos y nuestras capacidades para sin renunciar a nuestras concepciones, ponerlas al servicio del interés general.
Pedro Reyes Diez - Coordinador de Actividades FSE.