sábado. 04.05.2024

Política nacional en la Asamblea de Madrid

NUEVATRIBUNA.ES - 23.5.2009A medida que pasan los días, el silencio mudo impuesto en el parlamento regional de Madrid por la presidenta de la cámara, junto con la monotonía de un debate cansino y gastado que protagoniza el PP, hace más decadente e irrelevante la acción de la cámara.
NUEVATRIBUNA.ES - 23.5.2009

A medida que pasan los días, el silencio mudo impuesto en el parlamento regional de Madrid por la presidenta de la cámara, junto con la monotonía de un debate cansino y gastado que protagoniza el PP, hace más decadente e irrelevante la acción de la cámara. En realidad, al Gobierno regional le sobra por completo un parlamento y sólo usa la cámara como escenario decorativo para los eslóganes periodísticos que la Presidenta necesita para realce de su populismo.

Esta semana nos ha tocado una de revanchas. La derrota sufrida por Don Mariano en el debate de la Nación, ha sido la antesala para que los populares escenifiquen una segunda oportunidad, un partido de desquite, en la cámara madrileña, donde se encuentran más cómodos y pueden pasar luego el rodillo de su mayoría para resarcirse del descalabro en el Congreso. Es como si Doña Esperanza, la lideresa, quisiera mostrar al líder, Don Mariano, cómo hay que hacer las cosas, porque ella sí que es ocurrente y resultona.

Desde mi punto de vista esa actitud minusvalora la cámara madrileña -y por ello es deleznable- por dos motivos: Primero, porque intenta resolver una vendetta interna del partido popular, haciendo su frentismo en la cámara legislativa de la Comunidad de Madrid, que no es el sitio. Segundo, y más importante, porque este mirar para otro lado elude la responsabilidad del gobierno regional en resolver los problemas de Madrid y de gobernar esta comunidad.

Ni los ciudadanos en general, ni los diputados en sus funciones, tenemos la culpa de que la casa del Pepé esté sin barrer. No nos traigan aquí sus cantinelas y no echen más cortinas de humo sobre las preocupaciones reales del desgobierno de la Comunidad.

Pero además de replicar el debate del Estado de la Nación, intentando enmendar la plana a Zapatero y a Rajoy (que por cierto no se sientan en esta cámara), el Partido Popular refuerza una estrategia que ya se veía despuntar antes. La de encanallar aún más la política extendiendo la acusación y la sospecha hacia todos los políticos. Cuando tienen entre sus filas evidentes sospechas de corrupción, en vez de tomar decisiones valientes y honorables, han extendido la torpe acusación a diestra y siniestra. “Y tú más” es el grito de guerra de la derecha. Gran eslogan: Envilece, que algo queda, que es mejor que la gente piense que todos somos iguales para que nos vote siempre a los mismos.

Con un debate de esta intensidad moral no es de extrañar que la cámara se llene de cansancio y de hastío. Cuántas oportunidades perdidas para hacer brillar lo mejor de la política, para llevar los debates necesarios al pleno, para proponer las reformas que la región necesita y para conseguir de nosotros y nosotras, los diputados y diputadas, el despliegue de nuestras iniciativas y potencialidades mejores. Quienes, desde la televisión de la cámara, se tomen la molestia de seguir los debates en vivo, verán con todo ello una antipedagogía política que parece más bien destinada a disuadir de cualquier audiencia pública que a estimular el interés por la política regional.

Pero la degradación del parlamento regional a mero escenario desde el que escenificar un duelo ficticio ZP – Esperanza Aguirre y la estrategia de confrontación absoluta de ésta, no hace sino despreciar a Madrid y mostrar lo que no debe ser la política, pues traerá nefastas consecuencias: déficit democrático y pérdida de credibilidad en una institución tan respetable como la Asamblea.

Qué envidia me da, viendo este tedioso espectáculo de manipulación, comprobar la capacidad de autocrítica y de reforma moral del parlamento británico, cuyo presidente de la Cámara de los Comunes, Michel Martín, renunció y buscó el consenso para afrontar de forma urgente la reforma del sistema de gastos de los diputados, ante el escándalo del abuso de estos. Mientras esta democracia tan consolidada es capaz de aspirar a su renovación, nuestro parlamento regional escurre el bulto en situaciones, con todos los matices, equivalentes.

En definitiva un pleno más, otra oportunidad (pérdida) menos. Tal vez los próximos plenos, no soy adivina pero se ve venir, nos dejen asistir a la enmienda de la Presidenta al candidato vago del PP en las elecciones europeas, eso sí, sin hablar un ápice de Madrid.

Ojalá los madrileños den la espalda pronto a esta manera desastrosa de hacer política y muestren un nuevo camino a seguir, no hay que resignarse hay que reinventarse.

Yolanda Villavicencio M. es diputada Socialista Asamblea de Madrid. Es licenciada en Económicas y Ciencias Empresariales, especialista en Cooperación Internacional al Desarrollo, especialista en Mujer y Desarrollo, máster en Migraciones y Relaciones Intracomunitarias y en los últimos ocho años ha dirigido la entidad AESCO, especializada en migraciones, cooperación al desarrollo y codesarrollo.

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