14 de abril de 2009, 8:38
NUEVATRIBUNA.ES - 15.3.2009
Ya es mala suerte. Ahora que quería hacer una obra menor en casa tengo a Paquito Correa en el trullo. Tan sólo era una estantería de pladur y cambiar un par de azulejos pero qué menos que, a cambio del contrato, me regalara si no un Jaguar un monopatín tuneado. No es que mofe del mal ajeno.
Simplemente me cobro una misérrima parte de lo que esta pandilla de gandules engominados se han reído de los paganos de sus chanchullos. Paquito trataba de tú a tú con los Aznar. Entre mandoble de Nadal en el Masters Series y canapé de Beluga elogiaba lo bien que le quedaban las ‘gafapasta’ de diseño a Agag por no hablar de la bisutería fina de Anita. Su Alejandro, a cambio, le plegaba un barquito de papel para que se hiciera una idea de cómo era de superguay el yate de Briatore. Cosas de ellos que usted acaso no entienda.
Dice mamá Botella que su hija se hace fotos con mucha gente. Normal ¿Quién no sueña con ello? Por eso quita importancia a esas coincidencias en palcos y en fiestorros en Gabana. Ya saben que hasta cortaban el tráfico para que los nenes no se contaminaran con la plebe. Total, que un testigo de esa boda que dejó a las de Canaán a la altura de las fiestas de Villarriba y Villabajo medrara por tierra, mar y aire en la sede de Génova cuando Josemari ejercía como faro deslumbrante de la derecha sólo es una insidia de resentidos socialcomunistas.
Aquí lo que importa es la crisis. O, mucho mejor, dar una patada en el culo a ZP gracias a ella. Por eso Josemari no habla de Correa. Ni de él ni de nadie. Él no habla. Sólo pontifica. Si se fijan verán que ha crecido unos centímetros. No es a causa de la tabla de estiramientos que le prepara su fiel Bernardino. Simplemente es que tampoco anda. Levita. Para que la chusma no le importune, sus escoltas le llevan en volandas con la misma facilidad que si fuese el ‘madelman’ estadista. Hace pocos días, la Giralda tuvo la enorme fortuna se ser testigo de sus recetas contra la depresión. Digo la económica porque seguro que la de Paquito le importa menos que el cambio climático.
Tampoco crean que se le vio muy preocupado por la crisis. No sé si tendrá algo que ver que le pagan hasta 35.000 dólares por conferencia. Y usted llamando a cobro revertido. Más o menos vino a decir que la solución es tener una mente privilegiada como la suya y unos abdominales a juego. A la espera de sus ansiadas Obras Completas, que Faes ya prepara para regalar en Navidad junto a su busto de escayola a tamaño natural, es decir, pequeño, me tuve que conformar con escuchar por la radio algunas de sus consideraciones.
Ahora que, por la maldita situación económica, ha habido rescisiones de contratos hasta en Barrio Sésamo ya podrían aprovechar para ficharle como asesor externo por horas. No me digan que su intelecto no está por encima del de Epi y Blas. Por lo menos por encima del de uno de lo dos. De esta manera, además de ayudar a desentrañar las claves financieras mundiales, también se le podría desagraviar de esa gran injusticia que fue despedirle del fondo británico de capital riesgo Centaurus. Al parecer, al tercer ‘estamos trabajando en ello’ se dieron cuenta que no había mayor riesgo que tenerle a él dentro.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS
Ya es mala suerte. Ahora que quería hacer una obra menor en casa tengo a Paquito Correa en el trullo. Tan sólo era una estantería de pladur y cambiar un par de azulejos pero qué menos que, a cambio del contrato, me regalara si no un Jaguar un monopatín tuneado. No es que mofe del mal ajeno.
Simplemente me cobro una misérrima parte de lo que esta pandilla de gandules engominados se han reído de los paganos de sus chanchullos. Paquito trataba de tú a tú con los Aznar. Entre mandoble de Nadal en el Masters Series y canapé de Beluga elogiaba lo bien que le quedaban las ‘gafapasta’ de diseño a Agag por no hablar de la bisutería fina de Anita. Su Alejandro, a cambio, le plegaba un barquito de papel para que se hiciera una idea de cómo era de superguay el yate de Briatore. Cosas de ellos que usted acaso no entienda.
Dice mamá Botella que su hija se hace fotos con mucha gente. Normal ¿Quién no sueña con ello? Por eso quita importancia a esas coincidencias en palcos y en fiestorros en Gabana. Ya saben que hasta cortaban el tráfico para que los nenes no se contaminaran con la plebe. Total, que un testigo de esa boda que dejó a las de Canaán a la altura de las fiestas de Villarriba y Villabajo medrara por tierra, mar y aire en la sede de Génova cuando Josemari ejercía como faro deslumbrante de la derecha sólo es una insidia de resentidos socialcomunistas.
Aquí lo que importa es la crisis. O, mucho mejor, dar una patada en el culo a ZP gracias a ella. Por eso Josemari no habla de Correa. Ni de él ni de nadie. Él no habla. Sólo pontifica. Si se fijan verán que ha crecido unos centímetros. No es a causa de la tabla de estiramientos que le prepara su fiel Bernardino. Simplemente es que tampoco anda. Levita. Para que la chusma no le importune, sus escoltas le llevan en volandas con la misma facilidad que si fuese el ‘madelman’ estadista. Hace pocos días, la Giralda tuvo la enorme fortuna se ser testigo de sus recetas contra la depresión. Digo la económica porque seguro que la de Paquito le importa menos que el cambio climático.
Tampoco crean que se le vio muy preocupado por la crisis. No sé si tendrá algo que ver que le pagan hasta 35.000 dólares por conferencia. Y usted llamando a cobro revertido. Más o menos vino a decir que la solución es tener una mente privilegiada como la suya y unos abdominales a juego. A la espera de sus ansiadas Obras Completas, que Faes ya prepara para regalar en Navidad junto a su busto de escayola a tamaño natural, es decir, pequeño, me tuve que conformar con escuchar por la radio algunas de sus consideraciones.
Ahora que, por la maldita situación económica, ha habido rescisiones de contratos hasta en Barrio Sésamo ya podrían aprovechar para ficharle como asesor externo por horas. No me digan que su intelecto no está por encima del de Epi y Blas. Por lo menos por encima del de uno de lo dos. De esta manera, además de ayudar a desentrañar las claves financieras mundiales, también se le podría desagraviar de esa gran injusticia que fue despedirle del fondo británico de capital riesgo Centaurus. Al parecer, al tercer ‘estamos trabajando en ello’ se dieron cuenta que no había mayor riesgo que tenerle a él dentro.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS