sábado. 18.05.2024

¡Era mentira! No es la economía

En los primeros tiempos de la crisis, medio en broma medio en serio decíamos: no es casualidad que precisamente se ataque a países con gobiernos socialistas, Portugal, España y Grecia. Y efectivamente con el tiempo descubrimos que no era casualidad, pero que además la intención política de esos atacantes iba mucho más allá de la mera sustitución de los gobiernos socialistas.

En los primeros tiempos de la crisis, medio en broma medio en serio decíamos: no es casualidad que precisamente se ataque a países con gobiernos socialistas, Portugal, España y Grecia. Y efectivamente con el tiempo descubrimos que no era casualidad, pero que además la intención política de esos atacantes iba mucho más allá de la mera sustitución de los gobiernos socialistas.

Al mismo tiempo y para obviar ese interés político nos repetimos: los mercados son ciegos, no les importa quién gobierne, van a lo suyo, cosa que se ha demostrado también perfectamente equivocada.

Los que tenemos una formación anticuada sabemos que la economía es el centro dominante en todas las actividades sociales, pero también sabemos que su plasmación y su desarrollo en modelos económicos con uno u otro sentido se plasma a través de la expresión política, incluso en sus subversiones como las guerras y las dictaduras .

Pues bien, otro triunfo del capitalismo actual, que es lo que se esconde tras el término mercados, consiste en haber hecho creer que no tiene interés en la política, que los mercados son ciegos, que no les importa quien gobierne y por lo tanto que un gobierno socialdemócrata, incluso uno no suficientemente neoliberal puede mantenerse simplemente intentando calmar a los mercados.

Ya estamos claramente viendo que esto no es así, que tras el acoso hasta conseguir el cambio en Portugal (por cierto, desde entonces ha desaparecido de la opinión publicada), este cambio también se fuerza en Grecia e incluso en Italia donde Berlusconi será muchas cosas, pero lo que precisamente no ha sido nunca es un neoliberal al gusto de los mercados, y ahora se está aguardando que lo traigan las próximas elecciones en España.

La izquierda reacciona mal ante estos fenómenos en general, la socialdemocracia debe repensarse su estrategia histórica que consiste básicamente en aceptar el capitalismo limitándose a redistribuir más equitativamente la riqueza y comenzar a formular alternativas de cambios profundos en el sistema, pues lo otro se ha revelado, como no podía ser de otra manera, válido exclusivamente hasta que el verdadero poder económico decide que ya no es necesario y que puede poner a los auténticamente suyos directamente a gobernar.

Otra falacia repetida como un mantra, consiste en anteponer la política a la economía o viceversa, esto no significa nada, hay opciones políticas cuyo programa, interés y gobierno consiste justamente en estar al servicio de determinadas opciones económicas generalmente neoliberales, al igual que el capital y los mercados intervienen con mucha fuerza en política intentando que los partidos y los gobiernos respondan a sus intereses y cuando esto no es así, como estamos viendo claramente estos días, realizan todo tipo de maniobras, no importando mucho la legalidad ó la democracia para cambiarlos.

No debería causar asombro el hecho de que estas fuerzas sigan presionando a pesar de que se vayan aceptando todos sus chantajes y lo seguirán haciendo hasta conseguir todos sus objetivos económicos y también políticos ¿por qué habrían de frenarse?

La disyuntiva no es más economía ó más política, ni en el marco español ni en el europeo, la opción, como siempre, consiste en elaborar una alternativa política con una opción económica que no se limite a intentar gestionar mejor dentro del marco existente, cosa que está mostrando en estos momentos sus límites, sino que trabaje por su transformación.

En definitiva se está jugando el futuro económico, cuestión que ocupa ahora todo el plano; pero que el árbol no impida ver el bosque, lo que está sobre el tablero son modelos políticos, mayor ó menor democracia, formulación de gobiernos e instituciones que respondan a los intereses del capital y los mercados o a los de los trabajadores y de los pueblos europeos y en ese sentido las elecciones del 20N son importantes. No dejarse influir por la campaña del no hay remedio o da igual, la política no sirve para nada, participar y votar debe contribuir, no a reforzar la política frente a la economía -falsa disyuntiva- sino a reforzar opciones políticas que entiendan la política y las instituciones, que deben ser cada vez más democráticas, como el marco donde se han dilucidar las diferentes estrategias económicas y hacerlo al servicio de los ciudadanos y de los trabajadores, para lo cual va a ser imprescindible tener la fortaleza y tejer las alianzas necesarias para enfrentarse a los designios marcados por esos mercados.

¡Era mentira! No es la economía
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