sábado. 20.04.2024
pobreza

Cada cinco años aproximadamente, Cáritas española, a través de la fundación Foessa, publica un informe sobre la situación de la pobreza y la exclusión social en nuestro país y en estos días acaba de aparecer el VIII Informe.

Estos informes suelen despertar cierta polémica por dos razones básicas, por el retrato tan preciso, riguroso y contundente de la realidad española y por venir impulsado por una organización vinculada a la Iglesia Católica y por tanto no sospechosa de veleidades izquierdistas.

Si cada vez los sucesivos informes han mejorado en sus contenidos y análisis, (personalmente han venido siendo una ayuda inestimable para mi trabajo en CCOO), el actual es formidable. La presentación y las facilidades para su utilización, la cuantía de datos e información están muy trabajadas, pero lo mas importante son los análisis, reflexiones y propuestas.

En el resumen ejecutivo me puse a subrayar lo que consideraba imprescindible y al final tuve que dejar de hacerlo, porque todo me resultaba de gran interés. En mi opinión Foessa y Cáritas han hecho un enorme esfuerzo para profundizar en la realidad, como nunca hasta ahora. El punto de partida son las tremendas consecuencias de las políticas neoliberales para hacer frente a la crisis, la valoración de la paulatina e innegable salida de la crisis, la situación actual y las posibles perspectivas. Por supuesto todos los análisis y conclusiones están respaldados por cifras y datos.

Cáritas alerta de que, pese a haber salido de la crisis, no se han recuperado los niveles de bienestar, empleo, calidad de vida y protección social que había en 2007

La realidad de hoy es que, si bien se ha salido de la crisis y la situación es claramente mejor que hace 4 o 5 años, en absoluto se han recuperado los niveles de bienestar, empleo, calidad de vida, protección social, etc., del 2007, año en el que, no lo olvidemos, todavía teníamos un claro diferencial con los países más avanzados de la Unión Europea y por ello con déficits estructurales que arrastrábamos de décadas anteriores.

Aunque el Informe rehuye las conclusiones tremendistas, una conclusión destacada es que “la salida de la crisis parece haber consolidado el triunfo práctico del neoliberalismo en su proceso de contrarreforma del sistema de bienestar social pactado tras la segunda guerra mundial (…) Corremos el riesgo de ser gobernados por una plutocracia mundial al margen de control político alguno (…) Estamos envueltos en una crisis ecosocial que no termina de verse ni de afrontarse adecuadamente”. Esto lo venimos diciendo la izquierda desde hace tiempo, lo significativo es que lo comparta Cáritas.

“El empleo se ha convertido en un privilegio más que en un derecho”, señala el informe

El informe es profundamente crítico con la situación del mercado laboral, señalando que lo que denomina “el precariado”, sigue creciendo porque se adecua al modelo productivo español. Insiste reiteradamente que la consecución de empleo ya no es garantía de inclusión social y que aumenta el numero de trabajadores pobres; algo que los sindicatos vienen subrayando desde hace años. “El empleo se ha convertido en un privilegio más que en un derecho”.

Como muy oportunas son dos conclusiones en materia de vivienda: “el haber tenido acceso a la compra de una vivienda marca la diferencia en términos de exclusión social” y “una vivienda digna se esta convirtiendo en un derecho humano inaccesible”.

Resulta igualmente interesante la reflexión de que nuestra democracia se asienta en un “compromiso político de baja intensidad asociativa y sobre una movilización social ocasional a través de Internet”. En los barrios con mayor exclusión social y sobre todo con mayor presencia de exclusión severa, el nivel de abstención habitual llega hasta el 75%.

LA SALIDA DE LA CRISIS ESTÁ SIENDO PARCIAL

La salida de la crisis esta siendo parcial, el 48’4% de la población esta plenamente integrada, el 33’2% con una integración precaria, el 9’6% con una exclusión moderada y el 8’8% con una exclusión severa. Desde el momento más álgido de la crisis (2013), la población plenamente integrada ha crecido 14’3 puntos, mientras la exclusión severa solo ha disminuido 2 puntos.

El “eje mediterráneo” concentra los mayores niveles de exclusión

Es muy significativo dónde se encuentra estancada la exclusión social (moderada y severa), además de Canarias (29%) y Extremadura (23´2%), el “eje mediterráneo” concentra los mayores niveles de exclusión, Baleares (21’5%), País Valenciano (20’5%), Cataluña (19’3%). Andalucía (18’6%) y Murcia (18’5%).

Dos reflexiones quisiera hacer por mi cuenta al respecto. El crecimiento económico sustentado en un modelo de sector servicios precario, basado en el turismo intensivo, no evita altos niveles de exclusión social. En segundo lugar, el balance de la gestión independentista en Cataluña se ha traducido, entre otras cosas, que esta Comunidad se situé en el quinto puesto del ránking de exclusión social, por delante incluso de Andalucía o Murcia.

Mientras que el mantenimiento del sistema de pensiones y los derechos sanitarios y de servicios sociales para las personas mayores de 65 años se han traducido en la reducción continuada de la exclusión social en este colectivo, con la tasa mas baja por edad (11’4%), la práctica ausencia de redes específicas de protección social para los menores de 30 años, supone que en este segmento de población ha ido creciendo significativamente la exclusión situándose en el 23%.

Aunque el Informe confirma una vez más que el nivel de xenofobia en España es muy inferior a la media de los países de la Unión Europea, alerta que en el medio plazo se pueden producir fuertes tensiones, de no afrontarse las situaciones de exclusión social y el crecimiento de los trabajadores pobres.

La brecha de genero se evidencia también en materia de exclusión. El 20% de los hogares sustentados por mujeres están en situación de exclusión, frente al 16% en el caso de los hombres.

El Informe califica el estado de bienestar social español como “low cost”, señalando que nuestras políticas sociales no se han adaptado a la evolución de los viejos riesgos sociales y a la aparición de los nuevos. Mientras el sistema de prestaciones económicas no ha sufrido los intensos recortes de los demás servicios de protección social (sanidad, educación y dependencia), los moderados crecimientos de estos servicios en los 3 últimos años no han sido suficientes para recuperar la situación previa a la crisis.

Hubiera sido de enorme interés que, en las semanas previas a los recientes procesos electorales, los eclesiásticos hubieran leído en la homilía dominical de las iglesias de nuestro país, algunos párrafos de este Informe

Es muy interesante la reflexión de la situación de las clases medias. Frente a lo que se ha argumentado de su intenso empobrecimiento y de que ellas han sido el sector mas perjudicado por la crisis, el Informe señala tajantemente que el deterioro de las condiciones de vida ha sido sobre todo en las clases bajas, que estaban en situación o en riesgo de exclusión, aunque también haya dañado a algunas franjas de la clase media.

Sin embargo, el Informe refleja una fuerte sensación de incertidumbre de las clases medias, no solo ni fundamentalmente por la crisis sino también por los cambios intensos que se están produciendo en nuestro mundo como efecto de la globalización, la modernización social y los fenómenos migratorios.

Las clases medias no encuentran respuestas ante esos cambios, se consideran las grandes perdedoras de la crisis, pierden su confianza en los partidos progresistas y buscan la vuelta a tiempos pasados que consideran más seguros y se convierten en un granero de votos de la extrema derecha.

En mi opinión, la crítica que el Informe realiza al surgimiento de los populismos de extrema derecha y nacionalistas, es de lo más riguroso y elaborado que he leído en estos años. Hubiera sido de enorme interés que, en las semanas previas a los recientes procesos electorales, los eclesiásticos hubieran leído en la homilía dominical de las iglesias de nuestro país, algunos párrafos de este Informe. 

El Informe si bien confirma que la sociedad española es defensora de un sólido estado de bienestar social, del protagonismo de lo público y de la necesidad de un sistema fiscal potente y justo, sin embargo, resulta imprescindible hacer mucho más visible la relación entre políticas públicas y “para qué sirven mis impuestos”, porque además se acrecienta la desconfianza hacia la clase política encargada de gestionar los recursos públicos.

En definitiva, más claro el agua.

Cáritas no tiene una buena imagen ni de los partidos de izquierda ni de los sindicatos

Una última reflexión, en este caso de mi propia cosecha. Desde hace bastantes años he venido defendiendo la imprescindible colaboración entre los sindicatos de clase, los partidos progresistas, las ONG y movimientos sociales solidarios y Cáritas. Algunos gestos han tenido lugar, pero mas bien pocos. La izquierda política, social y sindical es reticente a estabilizar esa relación. Caritas, por su parte, no tiene una buena imagen ni de los partidos de izquierda ni de los sindicatos.

Yo que Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y los Secretarios Generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, mañana mismo pediría una reunión con la dirección de Cáritas para hablar de este VIII Informe e intercambiar propuestas para hacer frente a las situaciones de exclusión social de nuestro país.

Cáritas califica de 'low cost' el Estado de Bienestar español