sábado. 20.04.2024
sobrebia megalomania
Imagen: Pixabay

Actualizado el 28 de junio de 2022

  1. Etimología
  2. Dante
  3. Unamuno
  4. Rasgos de la soberbia

Etimología

La palabra soberbia etimológicamente deriva del latín superbia, altivo.

Sinónimos suyos son el orgullo, arrogancia, vanidad, engreimiento o presunción;

Sus antónimos: humildad, modestia, timidez o docilidad ayudan, en una primera aproximación, a entenderla, como la falta de estos. 

Dante

En unas breves pinceladas históricas vemos que la soberbia es considerada por el cristianismo como uno de los siete pecados capitales, considerándolo el más grave de los siete. 

Los siete pecados capitales fueron mencionados por San Gregorio Magno en el siglo VI y aunque en la Biblia no son citados de esta manera, se encuentran implícitos en toda su extensión. 

Se identifica a la soberbia por que la persona que la padece tiene un inmenso deseo de ser más que los otros, careciendo de halagos para los demás.

En la Divina Comedia; Dante Alighieri, pone a la soberbia en el primer círculo: 

“En la terraza hay almas orgullosas purgando sus culpas, Dante y Virgilio ven hermosas esculturas expresando humildad de los orgullosos, quienes han sido doblados por el peso de enormes piedras en sus espaldas. Mientras ellos caminan por la terraza, pueden llegar a ver y analizar los ejemplos de humildad en las esculturas, de esta forma es castigada la soberbia".

Dante recomienda procurar no cometer este pecado pues la pena por este es muy maléfica. 

Unamuno

En su escrito, Sobre la soberbia, Miguel de Unamuno escribe

Sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que, en algo, y de una o de otra manera, se nos parece; lo absolutamente contrario o en absoluto diferente de nosotros no nos merece ni amor ni odio, sino indiferencia. Y es que, de ordinario, lo que aborrezco en otros aborrézcalo por sentirlo en mí mismo; y si me hiere aquella púa del prójimo, es porque esa misma púa me está hiriendo en mi interior. Es mi envidia, mi soberbia, mi petulancia, mi codicia, las que me hacen aborrecer la soberbia, la envidia, la petulancia, la codicia ajena. Y así sucede que lo mismo que une el amor al amante y al amado, une también el odio al odiador y al odiado, y no los une ni menos fuerte ni menos duraderamente que aquél. Hay con frecuencia un sostén o un sedimento de amor en el fondo de no pocos odios; muchas personas se aborrecen, o creen más bien aborrecerse, porque se respetan, se estiman, y hasta se quieren mutuamente. 

Rasgos de la soberbia

Los rasgos de las personas soberbias apuntan a la susceptibilidad y a la ira.

Cualquier reproche lo interpretan como un ataque y tienen muy baja tolerancia a la frustración.

La falta de empatía es otro rasgo característico, viven para ellos mismos.

El rasgo narcisista, propio del soberbio, modela una persona fría, prepotente y obsesionada consigo misma.

Derivado del predominio de su rasgo narcisista de personalidad:

> no son capaces de admitir que han hecho algo mal, una persona orgullosa siempre cree que lo hace todo bien, que toma las mejores decisiones y que jamás se equivoca;
> siempre creen tener la razón, las personas soberbias tienen la creencia irracional de que siempre están en lo cierto, que sus ideas son las únicas válidas y si alguien está en contra de ellas es que se equivoca;
> necesitan y piden halagos de manera constante, aunque no lo digan de manera directa, las personas soberbias necesitan halagos y cumplidos para seguir manteniendo a flote su seguridad y autoestima;
> pueden ser muy hirientes, si se pone en evidencia algo que han hecho o algo que piensan, es probable que se sientan atacados y respondan con ira;
> casi siempre se limitan a hablar de sus éxitos, suelen así reforzar su propia autoimagen.


Por último, compartir esta reflexión de Albert Einstein sobre la persona soberbia: 

“El que se erige en juez de la verdad y el conocimiento, es desalentado por las carcajadas de los dioses”.

Rasgos de la soberbia (autoexamen)