jueves. 18.04.2024

No deja de llamar la atención quesalvo los estoicos, que hablaron de la necesidad de aceptar la frustración como algo inherente a la vida, el fracaso parece no haber interesado a los filósofos clásicos. Ni Platón, ni Descartes, ni Kant lo analizaron.

Para el teólogo Ives Congar el fracaso es un hecho ambivalente y que es nuestro particular modo de asumirlo lo que lo convierte en derrota definitiva o en punto de partida de un nuevo esfuerzo. 

  1. Antropología negacionista
  2. Causas del fracaso
  3. Superar el fracaso

De un modo u otro, todo ser humano terminará por tener que enfrentarse a la temida vivencia de fracaso. Así lo que se denomina sensación de fracaso alude a una multiplicidad de vivencias, de muy diversa naturaleza, donde intervienen la mirada de otros, la arquitectura psíquica del sujeto y la capacidad para afrontar tanto las propias impotencias como las dificultades de la vida.

Antropología negacionista

En la segunda mitad del s. XX, diversas corrientes de pensamiento promovieron una antropología negacionista de la limitación y finitud. Se apuntaron grandes eslóganes “optimistas”, empujando a las personas a tratar de vivir como si se pudieran minimizar las dificultades reales y, en el fondo, todo dependiera de vivir con la actitud correcta. Esto sólo conduce a frustraciones con sentimientos de culpa porque, si no se logra lo que parece tan fácil, será porque uno no lo ha intentado de la manera adecuada o con la intensidad suficiente. 

Uno de los vectores más determinantes de la anticipación ansiosa del fracaso es que vivimos en una sociedad presuntamente meritocrática

Afortunadamente, cada vez resurgen con más fuerza planteamientos más pegados a la realidad humana y menos apegados a intereses mercantiles, que integran en la naturalidad de las cosas la presencia de los imponderables, la inevitable necesidad del esfuerzo y de la lucha, la necesidad de superación; también, la imposibilidad de evitar fracasos; todo ello forma parte de la breve vida humana. Sintetiza esto el filósofo Alain de Botton, sugiriendo que uno de los vectores más determinantes de la anticipación ansiosa del fracaso es que vivimos en una sociedad presuntamente meritocrática. El mensaje “si tienes talento, energía y habilidad llegarás a la cima”, lo invade todo. La posición de cada uno en la vida no es accidental sino ganada y merecida; por tanto, quien esté abajo, quien fracase, es porque se lo merece, porque vale poco.

Causas del fracaso

Podemos considerar que las principales causas por las que las personas fracasan son:

  1. La falta de ambición. Una persona está abocada al fracaso si no tiene interés alguno en avanzar en la vida y en intentar mejorar algún aspecto de ésta.
  2. La falta de un propósito definido en la vida. La persona que no tenga un objetivo o meta definida en su vida tendrá más dificultades para alcanzar el éxito y posiblemente fracasará.
  3. La falta de autodisciplina. Antes de poder controlar los aspectos externos de tu vida, debes aprender a controlarte a ti mismo. Si no se logra controlar el ego, este te conquistará a ti. 
  4. El aplazamiento. Es uno de los principales motivos por los que las personas fracasan. El aplazamiento es la tendencia de dejar todo siempre para más adelante. Es una consecuencia directa de la falta de autodisciplina. 
  5. La falta de persistencia. Es una causa mayor, propia de la sociedad occidental, donde el individuo se ha acostumbrado a no practicar la cultura del esfuerzo. Solo hay que mirar los últimos cambios en educación propiciados por el ministerio de cultura.
  6. La personalidad negativa. Si algo he aprendido es que la mala suerte se atrae, y los pensamientos negativos también. Una persona que solo tiene rondando en su cabeza cosas negativas no puede conseguir sus objetivos y a veces ni plantearlos. 
  7. La selección errónea de una vocación. Si no se disfruta con lo que se hace, difícilmente se puede alcanzar el objetivo, ya que no se dedica todo el esfuerzo requerido.
  8. La excesiva preocupación. Para triunfar hay que tomar riesgos. Ser demasiado precavidos es tan perjudicial como serlo demasiado poco. Es una realidad que la vida está repleta de riesgos, pero si no los tomamos en alguna ocasión, no avanzaremos.

Superar el fracaso

Algunas reflexiones nos pueden ayudar a superar el fracaso:

1. ¿Qué es lo peor que puede pasar?: En la mayoría de los casos, sobredimensionamos las consecuencias de que las cosas no salgan bien. Nos imaginamos que si fallamos será el fin del mundo, y gracias a dios no es así. Por eso, ayuda mucho preguntarse: ¿qué es lo peor que podría pasar?

2. Falta de información: Muchas veces el origen del miedo al fracaso es la falta de información. Cuando nos enfrentamos algo desconocido, que no hemos hecho antes,

3. Tendemos a pensar que es más difícil de lo que realmente es, y por eso nos asusta más de lo que debería. Es algo que me ha pasado una y otra vez, y la mejor manera de solucionarlo suele ser actuando, porque una vez que la persona se pone manos a la obra se da cuenta de que no era para tanto.

4. Pasar del qué dirán: Si se profundiza en el porqué del miedo al fracaso, puede que se descubra que realmente no se teme a fracasar, sino a los comentarios de la gente al respecto. Los famosos “ya te lo avisé” y “te está bien empleado”. Para empezar, no se pueden tomar decisiones basándote únicamente en qué dirán o pensarán los demás. Segundo, se hagas lo que se haga, nunca se conseguirá contentar a todo el mundo. Por último, ignora los comentarios de aquellas personas que no significan nada para.

5. Todo es relativo: El concepto de fracaso es muy relativo. Hay que dejar que pase el tiempo antes de evaluar si algo fue realmente negativo o positivo.

6. Salir a ganar: Tener éxito y que las cosas te salgan bien es muchísimo mejor que fracasar, se pongan como se pongan los grandes gurús, que consideran que del fracaso viene el éxito. Pero la realidad es que, a pesar de todas las bondades del fracaso, si se puede evitar, mejor. Por lo tanto, no se debe tener miedo al fracaso sino a tomar malas decisiones.

7. Que no vuelva a ocurrir: Los fracasos de la vida, aunque escuezan bastante, pueden servir como una puesta en la realidad para tomar las medidas necesarias para no volver a tropezar otra vez con la misma piedra. 

Por último, compartir esta reflexión de Elbert Hubbard: ”Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia”.

El fracaso, derrota definitiva o punto de partida