martes. 23.04.2024
Bateria coche
Bateria coche

Llevaba varios meses deshojando la margarita de si me compraba el Tesla Model X que anda por los 120.970 € (más IVA) o me inclinaba por el Tesla Model S que llega hasta los 130.970 € (más IVA). ¿Será por dinero?  Me dije. Si el dueño de Tesla se puede gastar 40.000 millones de euros en comprar una red social…¿Cómo no me voy a dar yo el lujazo de tener un Tesla?.

Mi coche tiene ya 17 años, es según dicen super contaminante porque utiliza gasoil (no duermo por las noches pensando que estoy acabando con el planeta cada vez que piso el acelerador) y la decisión estaba tomada. Un Tesla eléctrico molón y que salga el sol por Antequera. Hace poco me monté unos kilómetros en el de un amigo y cada vez que aceleraba parecía un cohete espacial. Un subidón.

Sin embargo me han entrado dudas. No por el precio claro. Me parecen incluso baratos los modelos que ha diseñado este gran cerebro de la nueva economía mundial.  Para pagarlo venderé unos cuantos bitcoins que en noviembre del año pasado estaban a 64.153 $ y hoy están a 29.790 $ y también me están entrando algunas dudas sobre si seguirán bajando.

Por lo que si me han entrado serias dudas es porque de repente este señor conocido como  Elon Musk dice que ha tenido un “super mal presentimiento” sobre la economía mundial y ha anunciado que va a despedir al 10 % de la plantilla de Tesla, unos 10.000 trabajadores.

Al mismo tiempo ha exigido a todo el mundo que aumente su jornada horaria a 40 horas semanales y que vuelvan a trabajar a las oficinas y talleres aquellos que no lo estén haciendo. Exige 40 horas presenciales y después tele trabajando…todas las que hagan falta. El potente sindicato del Metal de Alemania IG ya le ha plantado cara y ha recordado los derechos que tienen los trabajadores en base a sus convenios, acuerdos y legislación laboral. La pelea está servida.

Los que no regresen de inmediato al trabajo presencial serán despedidos y ha paralizado las nuevas contrataciones de trabajadores a nivel mundial. Musk ha advertido desde hace varias semanas de una posible recesión global y observa que hay  un mercado de ventas de automóviles muy paralizado.

¿Por qué se venden tan pocos automóviles?

Las ventas de coches en España están alrededor de un 40% por debajo de los niveles de 2019 según informes de BBVA Research.  Esto se produce a pesar de que el empleo se ha recuperado a las cifras anteriores a la pandemia y las condiciones de financiación siguen siendo buenas.

Hay factores estructurales y de cambio de mentalidad en las sociedades actuales que están incidiendo de forma clara a la hora de decidirse por qué coche comprar. No se sabe muy bien cómo se va a hacer la transición anunciada al coche eléctrico, ni que calendario va a tener. Se anuncian grandes inversiones en minería de litio, fábricas de baterías por las que se pelean algunas comunidades autónomas, se desconoce a ciencia cierta cuantos kilómetros se podrán recorrer sin tener que parar cada dos por tres a recargar la batería, si abrá "surtidores" suficientes en las gasolineras, cuanto costará cada recarga con los precios de la electricidad por las nubes (aunque el de las gasolinas no le va a la zaga), etc. etc.  ¿No se quedarán obsoletos enseguida estos coches? ¿ Existirá un mercado fluido de venta de segunda mano para darle salida? Son muchas incógnitas las que hay encima de la mesa.

Cambios culturales como los producidos por la ampliación del teletrabajo, la mayor educación de los jóvenes para usar los transportes públicos, los conceptos de ciudad de “los 15 minutos” donde sea menos necesario el uso del transporte privado, el mayor uso de las bicicletas, motos, patinetes y vehículos de alquiler, la generalización de los coches compartidos para largas distancias (modelo bla bla car) y la culpabilización del automóvil como principal agente contaminador están llevando a las familias a posponer la decisión de comprar un coche y mucha gente joven renuncia a la adquisición de un bien que ya no consideran "imprescindible".

En algunos ambientes hasta parece "antigüo" tener un vehículo propio, pagar un elevado seguro, invertir en una plaza de garaje que en las grandes ciudades cuesta más que el propio coche, pagar fuertes multas en cuanto cometes el mímimo error de tráfico, por no hablar de los costes de cualquier reparación de motor, chapa o pintura. 

Otro factor influye también en la menor venta. La producción de automóviles está cerca del 30% por debajo de antes de la pandemia por los problemas de abastecimiento de microchips y la paralización de las exportaciones de China por el coronavirus. Shangai parece que ya se empieza a abrir pero tardará un tiempo en normalizarse el tráfico mundial de mercancías.

Aunque parezca paradójico ante la caída de la demanda los precios han subido considerablemente. Desde hace tres años los precios de los automóviles se han incrementado más del doble de lo que ha hecho el 80% de los bienes y servicios de la cesta de la compra.

La oferta de los coches que se anuncian en televisión es monótonamente homogénea. Todos parecen iguales. Da la sensación que todos los fabricantes han encargado a los mismos ingenieros de diseño que les preparen sus modelos.  El retraso en la utilización de los fondos prometidos por las autoridades europeas para relanzar las economías de la zona euro está suponiendo un retraso en la puesta en marcha de infraestructuras adecuadas y necesarias para la utilización de los coches eléctricos. Los anuncios de los bancos centrales de subidas en los tipos de interés y las incertidumbres de la economía provocadas por la guerra de Ucrania llevan a utilizar los fondos en otros valores refugio, como la vivienda, en detrimento de otros como el automovil que se devaluan con el tiempo, a diferencia del primero.

Faltan estudios imprescindibles sobre aspectos tan relevantes como el consumo de energía eléctrica en cada ciudad que supondría que todos sus coches, por ejemplo, se recarguen en los garajes durante la noche. ¿Aguantaría la potencia instalada esa sobrecarga? ¿Qué inversiones en generación de energía eléctrica serán necesarias para cubrir esos picos de demanda? ¿Cuánto aumentaría el precio del recibo de la luz de una familia si tiene que recargar las baterías de uno o dos coches habitualmente?

Son muchas preguntas sin respuesta por lo que ahora que lo he pensado un poco no le voy a comprar al señor Elon Musk ninguno de sus coches eléctricos. Esperaré lo que haga falta y mientras tanto utilizaré el servicio de transporte público, iré andando siempre que pueda y cuando no tenga más remedio me montaré en mi viejo coche de gasoil garantizando una conducción prudente, sin pasar de 120 kilómetros por hora y no pisando bruscamente el acelerador.

Todo sea por salvar el planeta y no estropearlo demasiado para las generaciones venideras.

Madrid 4 de Junio 2022

Estaba pensando comprarme un TESLA pero me han entrado dudas