sábado. 27.04.2024

 

En estos días, precisamente el 8 de enero, se cumple el 80 aniversario del asesinato del que fuera el último Alcalde de la República en Villaviciosa de Odón, mi pueblo. A la mayoría de los vecinos de Villaviciosa, el nombre de José Santander Reveldería no les dice nada, lo más que podrían indicar algunos vecinos es que se trata del nombre de una calle junto al Cementerio Municipal y muy poquitos, ya muy mayores, conocen algo más, de lo que mejor no hablar.

Efectivamente, José Santander fue el último Alcalde republicano, lo que sin duda le acarreó grandes quebrantos y la perdida de la propia vida, como a tantos y tantos republicanos que una vez terminada la guerra civil fueron objeto de la represión, cuando no de un vil asesinato como es el caso. Porque este es uno de los principales dramas de nuestra Guerra Civil y lo que la distingue de otras, el combate contra los vencidos continuó tras finalizar la contienda, la persecución y en muchos casos el exterminio físico caracterizó los años de posguerra, la humillación y el odio a los republicanos se hizo presente durante toda la dictadura.

Para hacernos una idea del alcance de la represión, es preciso aclarar que la organización territorial de la jurisdicción militar dividía al estado en cinco zonas, la zona uno correspondía a la España central y abarcaba las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Cáceres, Badajoz, Albacete, Valencia, Alicante y Castellón. Pues solo en esta zona, se incoaron en torno a 300.000 procedimientos judiciales por parte de la Justicia Militar, dos de ellos los correspondientes a José Santander.

El combate contra los vencidos continuó tras finalizar la contienda, la persecución y en muchos casos el exterminio físico caracterizó los años de posguerra

¿Pero que hemos podido averiguar de José Santander?

Sabemos que era jornalero, moreno, delgado y con grandes entradas, que no era católico y que muchos le llamaban “el Chirri”, que formó parte de la Corporación Municipal de Villaviciosa de Odón desde las elecciones de 1931, que fue Teniente de Alcalde y posteriormente Alcalde tras las elecciones de febrero de 1936, que se afilió a la Federación Española de Trabajadores de la Tierra (FETT) de UGT en noviembre de 1932 y al PSOE en julio de 1933 y que vivía en la calle Fermín y Galán de nuestro municipio.

Que como consecuencia de su cargo de Alcalde de Villaviciosa de Odón, a los tres días de producirse el golpe de estado contra la República, se constituyó el Comité Local del Frente Popular en nuestra localidad, formado por José Caloto, Eugenio Martínez, Ignacio Reveldería, Florencio Martín, Fabriciano Domingo, Redondo, Rufino Ricote, Manuel Galán y el propio José Santander en calidad de Presidente. Dicho comité organizó las milicias del pueblo y estableció el servicio de control de carreteras, con las armas que recibieron de Madrid, procediendo a la incautación de varias fincas, cosechas y ganado, por indicación del Instituto de la Reforma Agracia, si bien, no realizaron ninguna detención ni ejecución.

Es de destacar que José Santander protegió en esta difícil coyuntura de Guerra Civil, y así es reconocido por todos, a los Padres Agustinos de la localidad, al hijo del General Silvestre y al propio Manuel Gutiérrez Mellado, cuando este último huyó del Regimiento de Artillería a Caballo en Campamento, tras capitular los alzados contra la República de dicho regimiento, refugiándose en Villaviciosa de Odón donde contó con la ayuda de su amigo Ignacio Reveldería y del propio Alcalde, que le acompaña posteriormente junto con unos milicianos, cuando es imposible ocultarlo por más tiempo en el pueblo, a entregarse a Madrid facilitándole un justificante medico falso donde se decía que había estado enfermo y en cama con fiebre desde el 18 de julio hasta su entrega, por lo que no pudo participar en la sublevación, librándose de esta manera de la acusación de sedición. 

De igual forma dio amparo al Secretario del Ayuntamiento Felipe de la Morena, al Administrador del Conde de Chinchón Esteban Sánchez, al Practicante Felipe Fuentes y al Médico del pueblo Luis Menor, todas ellas personas relevantes de Villaviciosa de Odón que gracias a José Santander no encontraron problemas en estos convulsos días. Este grupo de personas declararon en favor de José Santander cuando fue juzgado y condenado en el Consejo de Guerra.

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Con la toma de Villaviciosa de Odón por parte de los sublevados, el 3 de noviembre de 1936, José Santander se traslada a Madrid donde continúa desarrollando tareas para la FETT de UGT presidiendo su Secretariado Provincial.

Tras el final de la contienda civil, José Santander con 53 años de edad, solicitó el 23 de marzo de 1939 un pasaporte para viajar al extranjero con su esposa (a Europa, África o América), por razones políticas y con la intención de exiliarse, sin conseguirlo.

Como muchos de los vencidos, fue detenido y  sometido a Consejo de Guerra en Mayo de 1939 por un Tribunal Militar en San Lorenzo del Escorial, acusado de “adhesión a la rebelión militar”, dicha acusación se concretaba en “haberse personado en la Finca -el Bosque-, en Boadilla del Monte, propiedad de Pilar Navacerrada procediendo a la incautación de muebles y bienes” así como la “incautación y destrucción de imágenes de la Iglesia”, de poco sirvió que alegase en su defensa que los bienes y enseres no salieron de la finca citada y que fueron amontonados en una de las habitaciones, toda vez, que el resto de las dependencias se habilitaron como granero, que también entraron en la capilla de la finca indicando que “en ningún caso se rompieran los santos” y que las incautaciones realizadas respondían a las indicaciones de Instituto de la Reforma Agracia y tenían por objeto el abastecimiento general.

El propio Jefe de FET y de las JONS de Villaviciosa de Odón, Luciano Arroyo Contador afirmó, que si bien, José Santander era un “acalorado” socialista, siempre se opuso a que se llevaran del pueblo a nadie de derechas, evitándolo a veces incluso pistola en mano.

José Santander fue condenado, el 31 de mayo de 1939 y confirmada la sentencia el 7 de junio del mismo año, a una pena de doce años y un día de reclusión, reconociéndose en la propia sentencia el atenuante de “salvar la vida de vecinos y agustinos”, motivo este por el cual se explica que la misma fuera relativamente baja en relación con otras similares dictadas por adhesión a la rebelión, que solían concluir con pena de muerte o cadena perpetua.

De no ser por la tragedia sería todo un sarcasmo, los alzados contra el orden constitucional acusando de rebeldes a quienes defendieron la legalidad. ¿Es posible mayor despropósito?

De la prisión de El Escorial pasó a la prisión de Salamanca el 19 de julio de 1939, alcanzando la libertad provisional vigilada por la Guardia Civil el 9 de septiembre de 1941, pero poco tiempo estaría en esta situación.

El 8 de Enero de 1942 sobre las 16:45h, encontrándose en Villaviciosa, en su casa de la Calle Nueva número 9, junto con su esposa Emilia Menéndez Fernández y su hermano Francisco Santander, dos individuos tocaron a la ventana de su casa preguntando por José Santander, entraron en la casa identificándose como policías y mostrando una chapa acreditativa, preguntaron si no habían recibido una citación de El Escorial, para posteriormente indicar que tenían que llevarse a José Santander a la Dirección General de Seguridad en Madrid para tomarle declaración.

Con el propósito de evitar la detención, su esposa les contestó que su marido estaba enfermo y bajo la vigilancia de la Guardia Civil de Villaviciosa de Odón, a lo que los policías contestaron asegurándole que en la Dirección General de Seguridad le atendería un médico de aquella institución y que si era necesario ellos mismos le llevarían de vuelta a Villaviciosa. Tras lo cual ayudó a su marido a ponerse los zapatos y vio cómo era introducido en un coche oscuro que esperaba a la puerta de la casa, a cuyo volante estaba otra persona.

La Sra. Menéndez describe a ambos individuos como “altos, fuertes, bien vestidos, con ropas elegantes y nuevas”. Algunos vecinos vieron el coche pasar, aquellos que se encontraban en la fuente, recogiendo agua o abrevando las mulas, la vecina Leonor Sanz Contreras se fijó incluso en que los neumáticos eran muy nuevos, dejando los rombos del dibujo impresos en las rodadas que el vehículo hizo en su camino a la carretera.

A las 20:30 horas de ese mismo día, su mujer y su hermano se dirigieron a la Guardia Civil, para contar lo ocurrido. Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, la Guardia Civil llamó a su hermano Francisco para preguntarle cómo iba vestido José Santander, al objeto de comprobar si coincidía con el del cuerpo encontrado. A las nueve de la noche su hermano Francisco, junto con la Guardia Civil, reconoció  el cadáver.

El cadáver fue reconocido por su hermano Francisco, al que le fue entregado su reloj de marca Helvecia y las diez pesetas en dos billetes de cinco que llevaba en el bolsillo.

José Santander Reveldería, tenía 56 años y vestía gabán marrón, jersey gris y camisa blanca con rayas azules cuando se le llevaron, apareció asesinado el 9 de enero de 1942, en el kilómetro 4,950 de la carretera de Pozuelo a Boadilla con dos heridas mortales de arma de fuego (9 mm cañón corto), la primera en la sien derecha y la segunda en el lado izquierdo del pecho, entre los dos disparos mediaron cinco minutos, según determino la autopsia. El cadáver fue reconocido por su hermano Francisco, al que le fue entregado su reloj de marca Helvecia y las diez pesetas en dos billetes de cinco que llevaba en el bolsillo.

Inspectores de la Brigada Político Social se personaron en Villaviciosa el día 11 de enero, concluyendo rápidamente la investigación y determinando que el asesinato respondería a un ajuste de cuentas entre rojos y que en ningún caso se trataba, como se había querido presentar, de “justicia extra Oficial”  termino este con el que se identificaba a los asesinatos llevados a cabo por las bandas de falangistas, al margen de los procedimientos militares. En el pueblo se dio por asumida la versión de que se trataba de una venganza de las gentes de derechas, sin determinar el porqué.

Nunca se identificó a los individuos que se lo llevaron, ni al vehículo en que fue introducido, las autoridades judiciales publicaron un edicto en ABC donde requerían a personarse ante ellas a las dos personas que se presentaron en el domicilio de José Santander el día 8 de enero de 1942. Por supuesto nadie respondió a semejante petición, pareciendo más bien un intento, por parte de las autoridades franquistas, de mostrar cierto celo e interés en investigar un secuestro y asesinato.

Resulta curioso que el 31 de enero de 1944, cuando habían pasado ya dos años de su asesinato, le fuera conmutada la pena de prisión por la de cuatro años.

Conocemos por el testimonio de familiares directos que el hermano de José Santander, Francisco “murió con el inmenso dolor producido por la injusticia cometida con su hermano, del que siempre escuché hablar, como una persona honrada y defensor de las gentes de este municipio, según mi familia de profundas convicciones, pero antes campesino y amante de su pueblo, que político”.

Ahora ya sabemos algo más de José Santander Revelderia, un jornalero que entro en política cuando la política no estaba pensada para las gentes del campo, que creyó en una Constitución que en su artículo primero decía “España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”

Hoy en el 80 aniversario de su asesinato honramos su memoria.

En el 80 aniversario del asesinato de José Santander