viernes. 19.04.2024
180424_love-and-money-are-you-ignoring-the-business-side-of-you-romatinc-relationship-scaled

El amor maduro o maduroflexia (neologismo usado por mi como amor maduro/flexible) es el que perdura, porque a pesar de que la llama del amor irracional puede ser muy intensa, se disuelve en su propio fuego

El amor maduro es un amor que se alimenta de la comprensión, del respeto por parte de los dos miembros de la pareja. La relación amorosa madura es libre y se basa en la comunicación y la negociación. Este amor no nace, se construye a través del tiempo y se cuida, en base a la flexibilidad por ambas partes para gestionar adecuadamente lo que no gusta del otro.

  1. Nacemos para amar
  2. Componentes del amor maduro
  3. Intimidad, pasión y compromiso
  4. Antropología transcultural

Nacemos para amar

Según la antropóloga Helen Fisher, las personas nacemos para amar. Ya sea de forma más o menos acertada, ese sentimiento intenso, a la vez que complejo, es también la fuente de nuestra existencia, de la creatividad y también de muchas de nuestras preocupaciones. Por tanto, conocer la evolución del amor en la pareja nos permitirá profundizar también en la esencia de nosotros mismos.

Si dijéramos ahora mismo que el “amor lo es todo”, muchos tomarían esta afirmación con algo de escepticismo. Como cultura, solemos ser algo cínicos con esa idea, sin embargo, desde un punto de vista biológico e incluso antropológico, esa sensación, ese impulso vital revolucionario nos ha permitido afianzarnos como especie.

El afecto da forma a la cooperación, nos permite involucrarnos en la atención y cuidado de otra persona. El amor nos da aliento para reducir la ansiedad y el estrés, apaga los miedos e incluso despierta nuestro lado creativo. Entender por tanto sus cambios, profundizar en la evolución del amor en la pareja nos permitirá ver cómo cada etapa, cada fase en nuestra relación encierra también su beneficio, su función, su trascendencia.

El amor maduro es un amor que se alimenta de la comprensión, del respeto por parte de los dos miembros de la pareja

Componentes del amor maduro

Para que el amor maduro se desarrolle a través del tiempo son necesarios varios componentes básicos:

1) La solicitud significa que uno cree en el cónyuge y le hace saber: "eres importante para mí. Me interesa lo que te pueda ocurrir. Te cuidaré." Se trata de ser solícito con la pareja a través del afecto y el interés, esto forma parte del compromiso de la relación.

2) La aceptación ha de ser incondicional. Respetando las diferencias de ideas, por ejemplo, admitiendo que el cónyuge tenga preferencias políticas o religiosas diferentes a las propias. Entendiendo que la pareja tenga necesidades distintas, por ejemplo, puede ser el cónyuge necesite un tiempo de soledad. Aceptar las debilidades e incapacidades del compañero, "te quiero, tal como eres".

3) La empatía es la capacidad para sintonizar con los sentimientos del compañero, de experimentar en cierto grado el dolor o el placer de él o ella. La empatía es saber compartir las vivencias del otro, sin confundirse y sin perder de vista la capacidad para apoyar a la pareja en los momentos difíciles.

4) La sensibilidad a las preocupaciones y puntos vulnerables del compañero. La sensibilidad reside en conocer la parte oculta de la pareja, sus miedos, sus necesidades y sus deseos. Por ejemplo, un esposo puede reaccionar de forma exagerada cuando su esposa no es puntual en una cita. Si ella sabe que esta reacción responde al miedo de él a que algo malo le pudiera ocurrir, puede aceptar esta reacción y en un futuro intentará avisar si llega tarde. La sensibilidad se aprende a partir de una relación sincera, donde cada uno puede expresar sus miedos y necesidades. De esta forma puede comprenderse la conducta del compañero y evitar los malentendidos.

5) La intimidad se extiende desde las discusiones sobre los detalles de la vida diaria, a los instantes en que la pareja confía los sentimientos más íntimos hasta su relación sexual. La intimidad ha de cultivarse y preservarse.

Intimidad, pasión y compromiso

Según Stemberg, psicólogo estadounidense experto en el estudio de las emociones, en el amor maduro se crea el equilibro entre la interacción de la intimidad, la pasión y el compromiso con la pareja. Es en esta etapa de superación y estabilidad cuando la pareja se percibe como un punto de apoyo tras la cual se puede o bien continuar en esta fase, o bien reiniciar el ciclo de las etapas del amor.

A medida que este amor avanza y pasa el tiempo al margen de la “química”, adquieren gran importancia y protagonismo la afinidad, las experiencias compartidas y el compromiso emocional.

Antropología transcultural

Una aportación antropológica transcultural es que para los japoneses existe una palabra que expresa los sentimientos y vivencias de una pareja amorosa: amae. Proviene de una palabra que sígnica “dulce”. Involucra sentimientos de calidez, seguridad e intimidad, los cuales emergen cuando se sabe que la otra persona los aportará incondicionalmente.

Para la cultura japonesa es muy reprochable la manifestación de conductas inapropiadas con el pacto implícito de una reciprocidad de indulgencia

Amae es más que un estado emocional, hace referencia a los comportamientos asociados con los sentimientos de amor. En síntesis, es una palabra que indica que el otro está dispuesto a aceptarme y a ser indulgente conmigo.

Para la cultura japonesa es muy reprochable la manifestación de conductas inapropiadas con el pacto implícito de una reciprocidad de indulgencia, es decir de facilitarse uno al otro el perdón y conceder las gracias. Esa actitud está reflejada en la palabra amae que expresa una relación con extremo respeto y consideración.

Amae es una emoción asociada a la creencia de que todas las personas merecen respeto, lo cual conlleva a que surjan las sensaciones emocionales de confianza y respeto. Aunque estos investigadores observaron que la detección de amae no ocurre de todos modos en presencia de las mencionadas sensaciones.

En otras palabras, amae puede ser desmembrada como emoción, sentimiento, comportamiento y juicio moral. En el ámbito transcultural resaltar el análisis de los datos de los 32 países de un estudio realizado por Buss, quien encontró que, en general, en todos los países, el amor es una condición más importante para establecer relaciones íntimas que la atracción física o la seguridad económica. Sin embargo, tanto el amor como la atracción física son prerrequisitos menos importantes en culturas colectivistas, de relaciones sociales desiguales o fuertemente jerárquicas y de menor desarrollo social.

También se han encontrado diferencias interculturales en la importancia que se le da al amor como prerrequisito para casarse. El amor tendía a ser más importante en los países occidentalizados, más desarrollados e individualistas (Estados Unidos, seguido de Brasil, Inglaterra y Australia) y menos importante en naciones menos desarrolladas y colectivistas de Oriente (India, Pakistán, Tailandia y Filipinas), mientras que los dos países menos colectivistas y económicamente más desarrollados de los países asiáticos, Japón y Hong-Kong, le otorgaban al amor una importancia intermedia.

Por último, compartir esta greguería de Ramón Gómez de la Serna: “Como daba besos lentos le duraban más los amores”.

Amor maduro: comunicación y negociación