jueves. 28.03.2024

Análisis de la situación

Estamos en un momento crítico para la Sanidad Pública en España. Quienes luchamos en su defensa tenemos que hacer algunas reflexiones para poder afrontarla con éxito, para ello conviene caracterizar la situación actual, tener en cuenta las tendencias de desarrollo del Sistema Nacional de Salud (SNS), caracterizar los principales problemas y elaborar unas tácticas que nos permitan  tener una probabilidad razonable de éxito en nuestro trabajo

Tendencias históricas del SNS

Aunque el ruido mediático y el desconocimiento de nuestra historia favorecen en parte la falta de comprensión de las políticas actuales, conviene recordar algunas cuestiones:

- En los años 80 se produce un gran desarrollo del SNS, que se caracteriza por la aprobación de la Ley General de Sanidad (LGS), con la asunción de un modelo similar al de los servicios nacionales de salud, que va ampliando su cobertura poblacional (aunque paulatinamente y manteniendo algunos espacios de no cobertura y/o cobertura diferenciada y que no se finalizo hasta la Ley General de Salud Pública de 2011), el desarrollo de la Atención Primaria y de una amplia red hospitalaria que cubría prácticamente todo el territorio.

- En los 90 empiezan a producirse, al rebufo de las reformas de Thatcher en el NHS, las primeras propuestas privatizadoras de envergadura (la Ley de Ordenación Sanitaria de Cataluña en 1990 y el Informe Abril en 1991)

- En 1995 en el Pacto de Toledo se desvincula la financiación sanitaria de la Seguridad Social, con lo que se potencia la atención sanitaria como derecho ciudadano

- En la segunda parte de los 90 comienzan a desarrollarse los primeros pasos en los que se basaría después la privatización. Es el momento de la amplia teorización de la gestión privada y de la empresarización de los centros públicos y de la conveniencia de la instauración de un mercado sanitario (cuyo primer paso fue la separación, inicialmente virtual, de la financiación y la provisión). En este entorno se pondrían en funcionamiento las fundaciones sanitarias, las empresas públicas, las EBAs, las concesiones administrativas, y sus correlatos legislativos (RD10/96 y Ley 15/97).

- En el año 2001 finalizan las transferencias a las CCAA, con la consiguiente descentralización de los servicios sanitarios, momento en el que se acaban de aprobar las leyes de ordenación sanitaria que, en lo general, facilitaban los aspectos de desregulación y privatización antes señalados.

Problemas de fondo

En medio de este proceso el SNS ha arrastrado una serie de problemas de fondo que influyen de manera importante en el desarrollo del sistema sanitario. Los más relevantes serían:

- Ineficiente gestión de los recursos, como consecuencia de una ausencia de política de personal, la incoordinación entre servicios, niveles  asistenciales y de estos con los recursos de salud pública y la colusión de intereses de los profesionales entre el sector público y el privado.

- Sobreutilización tecnológica, vinculada a la lucha de poder entre servicios, al poder de influencia de la industria y a la super-especialización de la atención

- Utilización inapropiada de la prestación farmacéutica, con un uso excesivo y muchas veces inapropiado, que esta en gran parte vinculado a la capacidad de la industria farmacéutica para controlar y/o influir en la formación e investigación médica

- Gerencialismo: el SNS nunca contemplo en la practica mecanismos reales de participación y control de ciudadanos y profesionales

- Abandono del modelo de Salud Pública que en la práctica, no tanto en la teoría, ha derivado en un modelo fundamentalmente asistencial.

El momento actual

En este momento estamos viviendo una especial contrarreforma sanitaria que se caracteriza por:

- Potente ofensiva privatizadora, se ha pasado e una privatización “a paso de tortuga” que caracterizaba el periodo anterior a grandes operaciones extensivas cuyo mejor ejemplo es el denominado “plan de sostenibilidad” de la Comunidad de Madrid.

- Cambio del modelo sanitario que pasa de ser un modelo basado en el derecho de la ciudadanía a un modelo que pivota sobre el aseguramiento

- Copagos generalizados y reducción de la cartera básica (aun por desarrollar en concreto)

- Y por supuesto, persistencia de los 5 problemas de fondo antes señalados que lejos de mejorar se han ido agravando

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE ESTRATEGIA

¿Que hay que hacer en esta coyuntura?. Por supuesto lo primero y fundamental es parar la ofensiva privatizadora, porque cada avance que dan es un paso mas hacia el abismo y porque cuanto mas retrocedamos mas difícil será recuperar el terreno perdido. Como ya se ha señalado a medida que se acercan los calendarios electorales (recuérdese: 2014 europeas, mayo 2015 autonómicas y municipales, noviembre 2015 generales) cada vez tendrán menor margen de maniobra y mas complicado les resultara metabolizar las movilizaciones, o sea que el tiempo ahora juega a nuestro favor. Por eso hay que responde a cada caso concreto y en cada sitio donde se plantee una iniciativa de privatización y hay que desenmascarar a sus aliados.

Para lograrlo con una probabilidad razonable de éxito se necesita propiciar movilizaciones que siguiendo la experiencia de Madrid sean:

- Masivas

- Unitarias

- Sostenibles

- Integradoras

- Imaginativas

- Mediáticas

- Construidas sobre una alianza social y profesional

Hay que buscar la hegemonía ideológica de la importancia de la Sanidad Pública y del carácter lesivo para la salud y para los intereses de la mayoría de las privatizaciones. Esta hegemonía parece haberse logrado de momento, pero es evidente que existe una estrategia para contrarrestarla con la connivencia de los colegios y algunos sectores profesionales (léase “foros profesionales” o fundaciones dependientes de la industria y las grandes empresas). De momento no han tenido mucho éxito pero pueden ser utilizadas para fraccionar.

Evidentemente estos apoyos al Gobierno (central y de algunas autonomías) están generando grandes contradicciones y fracturas en organizaciones corporativas que rechazan unos cambios que contribuirán a deteriorar, aún más la situación de los profesionales como los recortes de plantillas, las reducciones salariales, la pérdida de derechos laborales, y su sometimiento a empresas gestionadas por fondos de capital riesgo multinacionales , centradas en conseguir los máximos beneficios empresariales a costa del deterioro de la práctica profesional y de la asistencia a los pacientes.

Al mismo tiempo la población, especialmente los grupos sociales más afectados por los recortes y copagos, que empiezan a ser mayoritarios por la reducciones salariales, despidos, reducciones de pensiones paro prolongado o colapso de la economía, está sufriendo las consecuencias de esta política. 

Ambas cuestiones deberán orientar nuestras propuestas y actuaciones a corto y medio plazo, potenciando Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública, y que a su vez se articulen con otros colectivos sociales y profesionales cada vez más amplios, siguiendo un modelo de grandes redes en torno a objetivos específicos, claros y consensuados, en defensa del sistema público y de los derechos de los ciudadanos y profesionales sanitarios amenazados por la privatización.

Es muy importante comprender que para detener de una manera efectiva las privatizaciones esindispensable el cambio político en las administraciones, centrales y autonómicas, y que sin ello no es posible una victoria en este terreno. También hay que ser conscientes de que se trata de una condición necesaria, pero no suficiente, porque luego hay que garantizar que los nuevos gobernantes paralicen la situación e inicien la recuperación de lo privatizado, por eso es muy importante comprometer a las posibles alternativas políticas en un  Acuerdo por la Salud que suponga al menos una garantía teórica, y en parte práctica, de que se va a avanzar en el sentido que proponemos.

Evidentemente hay que seguir trabajando sobre los 5 temas de fondo, pero asignándoles el papel real que tienen en este momento. Es preciso centrarse sobre las contradicciones principales (las privatizaciones, los copagos y el cambio del modelo), pero sin olvidar las secundarias en el discurso de fondo.

¿Cuál debe ser nuestra táctica?

En primer lugar detener la ofensiva privatizadora, tarea tan difícil como prioritaria, pero en la que cualquier victoria, por pequeña que sea, es importante

Después acumular fuerzas, a nivel profesional / sectorial, políticas, sindicales y sociales, porque ello es indispensable para poder, en un segundo momento, pasar a la ofensiva.

En este entorno hay que tener claro cuales son nuestros objetivos estratégicos. Queremos un SNS que:

- Sitúe la Salud como un objetivo prioritario

- Tenga una financiación suficiente y con carácter finalista

- Utilice los recursos tecnológicos y humanos de manera racional y basándose en la evidencia.

- Participativo y con un amplio control social y profesional

- Planificado y coherente, asegurando la cohesión y la equidad entre poblaciones y territorios

- Tenga titularidad, provisión y gestión pública

- Basado en la Atención Primaria de Salud

Estamos en un momento crítico para la Sanidad Pública en nuestro país. Si prospera la contrarreforma se producirá una regresión de más de 40 años en nuestro sistema sanitario y consecuentemente un retroceso en las condiciones de salud de la población. El evitarlo es nuestra tarea principal.


Marciano Sánchez Bayle y Manuel Martín García, Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.

Situación, amenazas y estrategias para defender la sanidad pública