jueves. 28.03.2024

Para la organización ecologista, la energía nuclear sigue suponiendo “un serio peligro y sin solución a largo plazo y con la central nuclear de Fukushima (Japón) fuera de control”.

Ecologistas en Acción participa en una campaña internacional para conmemorar el 25 aniversario de Chernóbil y que estos días celebra más de 500 eventos en 26 países para reclamar el abandono de la energía nuclear en el mundo. En este sentido, recuerda que las centrales nucleares sólo proporcionan el 6% de la energía primaria consumida en el mundo y el 16% de la electricidad, lo que la convierte en perfectamente prescindible, dado que se puede sustituir por medidas de ahorro y eficiencia y por el desarrollo de energías renovables.

"La energía nuclear ha demostrado una y otra vez no tener sus problemas técnicos resueltos. En concreto, no ha solucionado el grave problema de la inseguridad. La serie de graves accidentes que se han producido, con una frecuencia entre 10 y 20 veces mayor que la estimada teóricamente, poniendo a las claras que esta fuente de energía es incontrolable en caso de accidente, incluso para las mayores potencias tecnológicas".

Tras el accidente de la nuclear de Harrisburg (TMI, EE UU) en 1979, la industria nuclear clamó que ya había aprendido la lección y que no volvería a repetirse.

En 1986 sucedió el accidente de Chernóbil, por motivos distintos, y de nuevo se aseguró que se habían aprendido las lecciones y que no volvería a repetirse. Las víctimas superan las 150.000

Sin embargo en 2011 tiene lugar el accidente de Fukushima, central que se supone estaba equipada con los elementos necesarios para evitar accidentes tipo Chernóbil o TMI. Y sin embargo, "la tozuda realidad muestra en Fukushima que es imposible preverlo todo y que finalmente la reacción nuclear se puede ir de las manos y generar una catástrofe de primera magnitud".

Para los ecologistas, los efectos del accidente de Chernóbil por sí mismos deberían haber sido disuasorios. Una extensión como la tercera parte de España contaminada, una zona de 30 km en torno a la central que será en la práctica eternamente inhabitable, una nube radiactiva que voló por encima de toda Europa y un número de víctimas sobre el que no hay consenso, pero que sin duda superan las 150.000. En este punto, cabe destacar "el lamentable papel de la OMS (Organización Mundial de la Salud), que se avino a negociar las cifras finales de víctimas con el OIEA (Organización Internacional de la Energía Atómica), en lugar de emitir un juicio independiente propio", denuncian.

En la actualidad, el sarcófago, con el que se recubrió el reactor, está muy dañado, pues tiene unos 200 m2 de grietas por las que se filtra agua de lluvia, que acaba contaminando el subsuelo de la zona, y por las que continúa escapando radiactividad. En la última conferencia de donantes no se han conseguido los fondos necesarios para la construcción de un nuevo sarcófago y un depósito de residuos de alta actividad, que se cifran en unos 1.750 millones de euros.

El accidente se ha valorado en unos 240.000 millones de euros por fuentes independientes y una parte habrá que satisfacerlos a terceros países, como Bielorusia que sufrió la peor parte del accidente.

Para Ecologistas en Acción "tras estos sucesos con estas terribles consecuencias, lo más sensato y racional sería proceder al abandono total y gradual de la energía nuclear2.

Chernobil, 25 años después