jueves. 28.03.2024
contaminacion

Los niveles elevados de ozono troposférico afectan de manera estructural al 85% de la población y el 93% del territorio estatal

Con la ola de calor que de forma casi continuada viene sufriendo la mayor parte del país desde el inicio del verano, el intenso tráfico motorizado que soportan las principales ciudades y autopistas y el incremento del consumo de electricidad procedente de centrales térmicas por el mayor uso de aire acondicionado han provocado que se disparen los niveles de ozono, sin que se estén adoptando las medidas legalmente previstas para proteger a la población.

En los últimos días, los Gobiernos de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña y Madrid han difundido comunicados rutinarios en los que avisan de la superación en sus territorios del umbral de información de ozono troposférico, establecido por la normativa en 180 microgramos de ozono por metro cúbico de aire, medidos en una hora.

Esta superación se ha producido en el área metropolitana de Sevilla, el interior de Cataluña (desde Lleida a Girona), el Sur de Castilla y León y la totalidad de las comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid, afectando a más de 10 millones de personas. La máxima contaminación se ha registrado en la estación de control de Campisábalos, entre las dos Castillas, donde a las 4 de la tarde del pasado miércoles 15 de julio se alcanzó un nivel de ozono de 267 microgramos por metro cúbico, desbordando por primera vez desde el año 2012 el umbral de alerta, establecido por la normativa en 240 microgramos por metro cúbico.

La previsión de la superación de los umbrales de información y alerta obliga a las autoridades autonómicas a advertir a las personas más sensibles a la contaminación atmosférica, tales como niños, ancianos, mujeres gestantes o personas con problemas respiratorios o cardiovasculares, de que se protejan evitando en las horas centrales del día cualquier esfuerzo físico y los ejercicios al aire libre. También deben informar sobre la previsión de evolución de la contaminación, las áreas afectadas y la duración del episodio.

No obstante, el mero aviso, que en el caso de la alerta en Campisábalos además se ha omitido, no es suficiente para proteger la salud de la población. De hecho, según el último informe sobre la calidad del aire publicado por Ecologistas en Acción, los niveles elevados de ozono troposférico afectan de manera estructural al 85% de la población y el 93% del territorio estatal, siendo el contaminante más extendido y con mayor tendencia al alza en España.

La organización ecologista denuncian que el Gobierno central y las Comunidades Autónomas acumulan una década de retraso en la redacción de los preceptivos Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir los niveles de ozono, planes obligatorios desde el año 2004, sin que hasta la fecha se haya aprobado ni uno sólo, por lo que exigen a las Administraciones autonómicas que cumplan con sus obligaciones legales y elaboren, aprueben y apliquen sin más dilación dichos Planes de Mejora, coordinados por el propio Gobierno central cuando el problema es compartido por varias Comunidades, como en el caso de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Ecologistas en Acción trasladará esta semana esta petición al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en el curso de verano “Bases Científico-Técnicas para mejorara la calidad del aire en España” que organiza el Ministerio los días 20 y 21 de julio en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander. 

Ante la persistencia de las altas temperaturas durante al menos esta y la próxima semana, Ecologistas en Acción demanda a la Comunidad de Madrid, la Generalitat de Cataluña y las Juntas de Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha, como territorios más afectados, la adopción de las medidas necesarias de urgencia para evitar volver a alcanzar el nivel de alerta por ozono. Medidas que deben pasar por la limitación del tráfico urbano e interurbano, principal emisor de los contaminantes precursores del ozono, y también del funcionamiento de las centrales de térmicas, cuando sus emisiones sean la causa de los altos niveles de ozono.

El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias. Por inhalación, provoca un incremento de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La OMS estima en cerca de 2.000 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados en lo que llevamos de verano. El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.

Buena parte de España en aviso por los elevados niveles de ozono troposférico