sábado. 27.04.2024
internacional

Los marinos tendrían derecho a una reducción de las horas de trabajo, imponiéndose un tope, así como unas tasas especiales de salario para las horas extraordinarias. En los domingos y días festivos el trabajo debía reducirse a lo indispensable en los barcos

El socialista alemán Stoerner expuso en un largo discurso la situación de los trabajadores marítimos en la última sesión del Congreso parisino. En su informe detalló las reformas que había que conseguir en los parlamentos nacionales respectivos. En primer lugar, había que conseguir la eliminación de los agentes marítimos de colocación, y que se estableciesen oficinas gratuitas de colocación en los puertos de mar, y bajo supervisión de las organizaciones obreras. En segundo lugar, debían abrirse hospederías y casas de marineros, bajo una dirección combinada, formada por miembros de las respectivas organizaciones obreras, y de las autoridades municipales. La tercera cuestión de tipo institucional tendría que ver con la creación de tribunales especiales, con participación de los marineros, para resolver los contenciosos que pudieran generarse durante los viajes. En este sentido, se hacía necesario limitar las funciones sancionadoras de los oficiales de marina.

Los marinos tendrían derecho a una reducción de las horas de trabajo, imponiéndose un tope, así como unas tasas especiales de salario para las horas extraordinarias. En los domingos y días festivos el trabajo debía reducirse a lo indispensable en los barcos. Por otro lado, había que fijar un salario mínimo para los marineros.

Ante los riesgos derivados del trabajo, el orador socialista planteaba la necesidad del establecimiento de indemnizaciones para los heridos o los marineros que quedaran imposibilitados. En caso de muerte por accidente debía establecerse una pensión para las personas que dependían del fallecido. La cuestión de los accidentes preocupaba mucho a los socialistas, y por eso deseaban la creación de un servicio de inspección para evitarlos, así como la obligación de que los barcos llevasen un cuaderno de quejas, estuvieran en buenas condiciones y bien equipados, y con información en varios idiomas. También eran importantes los asuntos de alimentación, sanidad e higiene.

Todas estas condiciones debían ser obligatorias para contratar marineros, y no se podrían hacer contratos fuera de ellas.

En el informe también se incluían medidas parecidas de protección, jornadas laborales, salarios, contratación y defensa de los trabajadores del transporte.

El Congreso recomendaba que era condición fundamental para que estas reivindicaciones se convirtieran en realidad que todas las Sociedades de marineros, pescadores y obreros de los puertos se unieran a la Federación Internacional de los obreros del transporte. Por su parte, el socialista belga Octors precisó que se entendía por obreros marítimos los marineros, los obreros de los docks y muelles, y los conductores de camiones.

La resolución se votó por unanimidad.

Hemos empleado como fuente el número 761 de El Socialista. Por otro lado, podemos consultar la tesis de Juan Zamora Terrés sobre el Sindicato libre de la Marina Mercante porque aporta datos y referencias acerca del movimiento obrero de la marina mercante (Barcelona, 1996). Interesa el capítulo donde hace una cronología con explicación de las huelgas de la marina mercante en España desde el año 1901.

La Segunda Internacional y los trabajadores del mar