jueves. 28.03.2024
Gustavo Petro y Nicolás Maduro | Imagen de Prensa Presidencial Venezuela.

Desde que el pasado 7 de agosto Gustavo Petro accediera al cargo de Presidente de Colombia uno de los temas más comentados y analizados a nivel internacional es la nueva relación que se iba a establecer entre dicho país y su vecina Venezuela. Desde el primer momento las señales de distensión y la voluntad de mejorar la relación se ha hecho patente con hechos concretos como la apertura de fronteras y actos conjuntos de personalidades de ambos países. 

La reunión entre Gustavo Petro y Nicolás Maduro el pasado martes 1 de Noviembre ha supuesto un gran paso adelante en el reencuentro entre ambas naciones que a lo largo de la historia han tenido fases de acercamiento junto a otros de severos desencuentros.

En dos horas de reunión celebrada en el Palacio de Miraflores, los mandatarios acordaron restablecer la coordinación de organismos de inteligencia de los dos países para atacar la acción de bandas armadas en la frontera entre otros numerosos asuntos. Ambos mandatarios dieron muestras de estar satisfechos con el desarrollo de la reunión y fue llamativo ver como ambos vestían de una forma muy similiar: pantalones negros y camisas blancas. Petro ingresó al Palacio de Miraflores acompañado por Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, caminando por una alfombra roja y fue recibido por Maduro y su esposa, Cilia Flores.

Según Gustavo Petro, esa zona fronteriza está actualmente en manos de mafias, y acordó con Maduro en que hay que “recuperarla por completo”.

Primer encuentro entre mandatarios de Venezuela y Colombia en seis años.

Entre Caracas y Bogotá hay una distancia de 1.400 kilómetros, que Gustavo Petro sobrevoló para encontrarse con Nicolás Maduro e intentar acortar esa brecha. “Separar dos naciones vecinas es una aventura suicida”, decía Petro, poco después de estrechar la mano, por primera vez de forma oficial, a Nicolás Maduro. Que dos países vecinos no se hablen es “antinatural”, dijo Petro ante las cámaras, en el final de la visita.

«Colombia y Venezuela, si algo tenemos, es un destino común», expresó Nicolás Maduro, quien resaltó que las relaciones entre Caracas y Bogotá siempre deberían estar signadas por «la hermandad y el entendimiento». «Los gobiernos estamos obligados, en la diversidad de nuestras visiones, siempre a trabajar por el bien común», agregó.

La separación “ocurrió en un mal momento”, citaba Petro, que ahora intenta acortar distancias. Durante el almuerzo y la reunión, el colombiano se ofreció a mediar en los diálogos entre el Gobierno y la oposición, un tema espinoso, pero en el que se esperan novedades pronto.

Maduro comentó que conversaron sobre las relaciones comerciales, económicas, y los «nuevos pasos» que darán «hacia una apertura total y asegurada de las fronteras entre Colombia y Venezuela», así como también de «la seguridad y funcionamiento debido y correspondiente» de la zona fronteriza.

La cumbre, a la que asistieron altos funcionarios de ambos países fue clave para lo que se viene, como que Venezuela regresará a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la recuperación de la frontera, que se abriría completamente el 1 de enero próximo, así como el acuerdo conjunto en la defensa del Amazonas en la COP27 que se desarrollará la próxima semana en Egipto.

La llegada de Lula a la presidencia en Brasil a partir de enero le dará un nuevo tono a la relación entre vecinos. Se habla en Caracas incluso de un encuentro entre los tres, Lula, Petro y Maduro, el año que viene

Petro dijo que en la reunión hablaron de los problemas internos hasta las situaciones más complejas del mundo: «Es antihistórico que Colombia y Venezuela se separen. Alguna vez ocurrió, pero no debe volver a pasar porque lazos de sangre nos unen”, remarcó el mandatario colombiano. “Vamos a vivir una nueva fase que debe generar una verdadera integración americana en la práctica, en los hechos”, añadió.

«Debemos vincularnos al pueblo y poder alumbrar un nuevo siglo para gritar democracia y libertad, esa nuestra invitación (…) Gracias por estas horas y seguiremos en estas discusiones, debates y encuentros de una hermandad que nunca debió ser quebrada»: así concluyó Gustavo Petro su visita a Caracas, que según su anfitrión, fue "fructífera, auspiciosa y con buenos resultados".

Las relaciones entre ambos países se empezaron a tensar durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), con la salida de muchas empresas colombianas y la nacionalización de otras; Juan Manuel Santos (2010-2018) las intentó recomponer, pero sus denuncias públicas de irregularidades en la elección de Maduro en 2013 sirvieron para mantener el recelo en Caracas.

El último encuentro presidencial había sido en agosto de 2016 entre el presidente Nicolás Maduro, en su primer mandato y el presidente Juan Manuel Santos. Pero más que una visita oficial fue solamente un encuentro de trabajo para llegar a acuerdos sobre la compleja frontera común, que nunca se llevaron a término.

Todo se torció definitivamente cuando llegó Iván Duque a la presidencia de Colombia. Duque reconoció al opositor Juan Guaidó como “presidente interino” en 2019 y convirtió a Colombia en el primer detractor del gobierno de Maduro y una de las sedes de la oposición radical venezolana.

Se cortaron relaciones y se arreció el control en una frontera de 2.219 kilómetros, por donde se mueven millones de personas. De Colombia partieron intentos de invasión, mercenarios, intentos de golpe de Estado y magnicidio.

Una tensión que no paró de crecer y que estuvo varias veces a punto de escalar en el terreno militar directo. La llegada de Gustavo Petro a la presidencia en Colombia marca el fracaso de esa política de conspiración y confrontación.

Petro también dijo que este encuentro tiene que aportar hacia una integración regional real, no en los papeles. Y le pidió a Maduro que Venezuela vuelva al sistema interamericano de derechos de humanos y también a la comunidad andina de naciones. Esto último según dijo Nicolás Maduro estaría prácticamente acordado.

La llegada de Lula a la presidencia en Brasil a partir de enero le dará un nuevo tono a la relación entre vecinos. Se habla en Caracas incluso de un encuentro entre los tres, Lula, Petro y Maduro, el año que viene.

Está claro que para el continente y especialmente para la asediada Venezuela están son muy buenas noticias. La nueva situación creada con los procesos electorales de los últimos años en América Latina abrirá nuevas oportunidades de relación tanto entre las propias naciones latinoamericanas como en su relación con Europa. España y la Comunidad Europea siguen en teoría reconociendo a Juan Guaido como presidente legítimo de Venezuela hecho que está cada vez más siendo cuestionado en el conjunto de los países europeos.

En ese sentido el papel que puede jugar Colombia para favorecer la normalidad de relaciones entre Venezuela y la Comunidad Internacional se considera cada día más relevante. En respuesta a la visita, un portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., según informa el New York Times,  dijo que Washington instó a Colombia “a responsabilizar a los gobiernos que han descartado las normas democráticas, como el régimen autoritario de Maduro”. Pero el gobierno de Joe Biden no criticó ni elogió explícitamente la decisión de Gustavo Petro.

Gustavo Petro y Nicolás Maduro se reúnen en Caracas