viernes. 19.04.2024

El pasado día 9 de diciembre, Sergio Pascual se hacía eco en Público de las dudas generadas por algunos medios acerca del llamado "autogolpe" de Pedro Castillo en Perú, pues, durante años, determinadas familias, las de los "propietarios de los principales sectores productivos y los medios de comunicación", "han construido en Perú el paraíso político del neoliberalismo, un Estado tan mínimo que no requiere de instituciones políticas para caminar", esto es: un "`establishment´ económico" en el que nunca han tenido "problemas para seguir haciendo negocios".

Por ello y "desde el primer minuto en el que un maestro rural mestizo pisó el palacio virreinal que hace de sede de la Presidencia del Perú, decidieron que no le permitirían ostentar el poder -siquiera simbólico- de la alta magistratura", añade Pascual.

¡Tate! Gracias a este artículo, gracias a trabajos como el de Cándido Marquesán Millan para Nueva Tribuna (día 10), visualizamos imágenes del largo  filme de terror de los hacendados menos escrupulosos en tareas de acoso y derribo del dirigente democrático, dado que el triunfo de Castillo en las elecciones presidenciales de junio de 2021 "generó grandes expectativas en los más marginados".

Este último artículo, aportaba, además, otros datos de valor: "Este país lleva ya mucho tiempo en una grave crisis política", ya que se trata de "un país rico con muchos pobres", algo a lo que también hacía referencia el recientemente fallecido Dominique Lapierre en sus diferentes obras.

Ejemplo: "¡La Ciudad de la Alegría! Un nombre totalmente surrealista en un contexto de tamañas desdichas, pero tan fuerte que me impulsa a emprender la investigación más desgarradora de mi vida". Son las memorias de uno de sus libros: India, mon amour, donde da fe del resultado de las abominaciones de otra sociedad radicalmente desequilibrada... al menos, en lo económico.

Cándido Marquesán Millán, en el artículo de este medio, recordaba que todavía no había averiguado "qué delitos de corrupción ha cometido" Pedro Castillo y se preguntaba: "¿Serán los mismos o parecidos a los que utilizó el juez Moro para apartar de las elecciones presidenciales a Lula en Brasil?".

Bien, pues quien les roba unos minutos de su precioso tiempo y por ello les pide perdón, se pregunta, a su vez: ¿Puede, la casualidad, llegar a ser la causa de desgracias tan parecidas en el fondo y en la forma?

Es hora de dar salida a las informaciones más alejadas de la imposición más rastrera.

Perú: un autogolpe muy oportuno