¿Existe algo más ideológico que hacer un llamamiento a dejar de lado las ideologías? Pues el recién asumido presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, ha expresado durante su discurso de toma de poder, que “es necesario dejar de lado las cuestiones ideológicas que diferencian a los gobiernos del Mercosur, para concentrarse en fortalecer el bloque comercial en el concierto internacional”.
Luego de quince años de gobierno de izquierda del Frente Amplio, Lacalle Pou, abogado de 46 años y líder del Partido Nacional, logró convencer al electorado con un programa de medidas de corte neoliberal. Ya en octubre de 2019, ante la avanzada de la derecha en las encuestas electorales, el analista económico Pablo Kunich había anticipado que, de darse el triunfo de Lacalle Pou, se impondría en Uruguay una serie de medidas neoliberales que atentan contra los logros sociales alcanzados durante los catorce años del gobierno del Frente Amplio.
Luis Lacalle Pou viene de una tradición de políticas represivas y neoliberales
El llamamiento a dejar de lado las ideologías es casi una copia de manual que repiten en la región los líderes de la derecha. Lo había sugerido Sebastián Piñera en Chile apenas comenzadas las protestas por las desigualdades generadas por sus políticas económicas y sociales. “Dejar de lado las ideologías”, cuando gobierna la derecha, es una invitación a aceptar grandes sacrificios en pos de un modelo que no suele encajar sin represión.
El triunfo de Lacalle Pou, según Kunich, significa el inicio de una política de ajustes económicos que bien pueden imponerse por la vía gradual o la del shock.
Luis Lacalle Pou viene de una tradición de políticas represivas y neoliberales. Durante su función como senador se negó sistemáticamente a votar a favor de las políticas de ampliación de derechos promovidas por el Frente Amplio.
Lacalle Pou recibe un Uruguay con buenos índices macroeconómicos, sin riesgos que puedan afectar la estabilidad económica; y con una sociedad que valora las conquistas sociales de los últimos catorce años.
El flamante presidente anunció también su intención de concretar cambios radicales en política exterior; algo que ya se puso de manifiesto en las invitaciones cursadas para su investidura, de las que quedaron excluidos los presidentes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sí estuvieron presentes, en cambio, los presidentes de Brasil, Chile y Colombia; y el Rey de España, Felipe VI.