lunes. 17.06.2024

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El principal riesgo al que se enfrenta la sociedad española ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo es la desmovilización. Si la mayoría de la ciudadanía trabajadora y las clases medias acusan cansancio y desinterés ante las urnas, triunfarán aquellos que contemplan las elecciones del 9 de junio como una oportunidad para imponer su agenda de recorte de derechos y libertades.

En consecuencia, el primer mensaje a lanzar a la ciudadanía es el de la llamada a la participación masiva. Todos aquellos que se movilizaron el 23 de julio para asegurar un Gobierno progresista en España han de confirmar su voluntad el 9 de junio, porque de lo contrario se ponen en peligro los logros alcanzados y por alcanzar en materia de justicia social y avance democrático.

Ante cada elección al Parlamento Europeo solemos asegurar que la próxima es la elección más importante en la historia de la Unión. Pero es que es cierto. Las competencias en manos de las instituciones europeas son cada vez más relevantes para nuestras vidas. Y la dimensión de los retos colectivos, de la transformación digital y la Inteligencia Artificial a la lucha contra el cambio climático o las amenazas belicistas, superan cada día más el limitado escenario político nacional.

Las competencias en manos de las instituciones europeas son cada vez más relevantes para nuestras vidas

Las grandes batallas en defensa de los privilegios de los afortunados por nacimiento o acumulación, y en defensa de los derechos de las mayorías trabajadoras, se van a dar en el campo europeo. O reforzamos las posiciones progresistas en el Parlamento y la Comisión Europea, o los privilegiados se saldrán con la suya a costa de todos los demás.

Las derechas españolas, que siempre van justitas de ingenio y originalidad, plantean estas elecciones como un falaz plebiscito sobre Pedro Sánchez, una vez más. Resulta temerario, en todo caso, porque hasta ahora los han perdido todos.

No obstante, lo cierto que es que las elecciones del 9J se presentan como una dicotomía: Sánchez o la motosierra.

Ambas opciones han acreditado largamente intenciones y credibilidad durante los últimos años. Sánchez representa la Europa de la ampliación de derechos para las mayorías, porque fue el principal impulsor de la respuesta solidaria de los fondos Next Generation para hacer frente a la crisis ocasionada por la guerra en Ucrania. Porque fue el artífice principal en la compra común de vacunas y en las fórmulas para abaratar el coste de la energía. Y representa en Europa los mejores esfuerzos para la paz, respaldando con valentía a ucranianos y palestinos en los foros internacionales.

Sánchez ha comenzado la campaña demostrando con datos que su gestión proporciona crecimiento económico, empleos estables, justicia social y mejoras en la convivencia

La derecha y la ultraderecha de la motosierra representan diez amenazas, al menos.

- La vuelta de los “hombres de negro” y las recetas de austeridad fiscal y recortes sociales que empobrecieron a las mayorías en la crisis anterior.

- Los recortes de impuestos a grandes fortunas y grandes emporios económicos, con la infrafinanciación consiguiente para los programas sociales y ambientales.

- La renacionalización de las decisiones, recortando competencias y capacidad de decisión a las instituciones comunes y capaces de distribuir cargas y beneficios.

- La negación del cambio climático y la reversión de las medidas en favor de la protección ambiental, la biodiversidad y las energías limpias.

- La persecución del feminismo y la relegación de las políticas para la igualdad de la mujer.

- El debilitamiento del Estado de Derecho, con la negativa a renovar instituciones claves y la descalificación populista de los gobiernos legítimos y los parlamentos donde no tienen mayoría.

- La política migratoria de carácter xenófobo, cuando no directamente racista, señalando falsamente a los inmigrantes como culpables de problemas sociales y de seguridad, y promoviendo expulsiones contrarias a los derechos humanos.

- La negación de la ciencia, amparando movimientos anti-vacunas, por ejemplo.

- La generalización de la desinformación y el bulo, complementados con el control grosero de los medios de comunicación, los públicos donde cuentan con gobiernos, y muchos privados vía financiación.

- La subordinación de los propósitos mayoritarios para la paz y la relegación de los intereses geoestratégicos de Europa mediante complicidades espurias con Rusia y China.

Sánchez ha comenzado la campaña demostrando con datos que su gestión proporciona crecimiento económico, empleos estables, justicia social y mejoras en la convivencia. Feijóo ha comenzado la campaña aliándose con la ultraderecha europea, tras elevar a la ultraderecha española a los gobiernos autonómicos y locales.

Las principales funciones de la motosierra son talar, cortar y podar.

La gran mayoría de los españoles no queremos una Europa que tale, que corte y que pode nuestros derechos y libertades.

Vamos a demostrarlo el 9 de junio.

Elecciones europeas: Sánchez o la motosierra