jueves. 25.04.2024
ASALTO AL CONGRESO DE BRASIL 8 DE ENERO 2022

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron este domingo la sede del Congreso Nacional, El Tribunal Supremo y el palacio Presidencial en una manifestación planificada que pide una intervención del ejercito para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva. 

La intervención federal de Brasilia, decretada por Lula, supone en la práctica el desplamiento del gobernador del distrito federal, el opositor Ibaneis Rocha, en todo lo relacionado con la seguridad de la capital. Rocha destituyó horas antes a su secretario de Seguridad Anderson Torres, que fue hasta el domingo pasado Ministro de Justicia de Jair Bolsonaro.

Las primeras imágenes enviadas a través de videos en las redes sociales recogen rotura de las puertas y ventanas de cristal, muy escasa resistencia policial y la incorporación de una turba cada vez más violenta.

 El grupo, que defiende tesis golpistas, superó las barreras policiales y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado. Centenares de bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.

Brasil está viviendo en estos momentos un escenario similar al que sucediera en Estados Unidos hace ya dos años, tras la salida de Donald Trump del gobierno.

Decenas de miles de bolsonaristas, concentrados este domingo en una manifestación no autorizada en Brasilia, se han dirigido hasta los alrededores del Palácio Do Planalto, sede del ejecutivo del país, y han decidido saltarse las barreras y avanzar hasta el edificio, pese a los intentos de los pocos policías desplegados por impedirlo.

Este hecho, sucedido hace escasos minutos, está comenzando a ser retransmitido por medios como Globo, si bien apenas hay reacciones, y está por ver hasta dónde llegarán los manifestantes.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, autorizó la actuación de la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de élite de los cuerpos de Policía de todo el país, que se moviliza para misiones especiales. Desde el triunfo de Lula en la segunda vuelta electoral del 30 de octubre, con el 50,9 % de los votos válidos frente al 49,1 % de Bolsonaro, los simpatizantes de este se han concentrado en las afueras de los cuarteles del Ejército.

Antes de la invasión del Congreso, Dino se pronunció en las redes sociales y dijo que los opositores deberán esperar hasta 2026, cuando se celebren las próximas elecciones presidenciales, así como el actual Gobierno esperó entre 2018 y 2022.

En un comunicado, el ministro manifestó que el Ministerio de Justicia convocó una reunión de emergencia con los organismos de seguridad para hacer frente a las manifestaciones.

Los extremistas se niegan a aceptar la victoria de Lula en las elecciones del pasado octubre. 

Lula tenía previsto visitar esta tarde Araraquara, una ciudad del interior del Estado de São Paulo afectada por las intensas lluvias de los últimos días.

El asalto de Brasilia recuerda como dos gotas de agua al perpetrado por Trump en el Capitolio de Estados Unidos hace dos años con la diferencia de que el Congreso brasileño no está en sesión, solo retomará sus actividades en febrero. El derrotado Bolsonaro está en Estados Unidos, en Orlando, Florida, donde se marchó dos días antes de la toma de posesión de Lula para evitar darle el solemne revelo y colocarle la banda presidencial.

El área donde se concentran las sedes de los Tres Poderes había sido acordonada por las autoridades pero los manifestantes han logrado superar esas barreras y han entrado en los tres edificios. Las imágenes de redes sociales y de las televisiones les muestran dentro de los inmuebles. Los golpistas han llegado hasta la tercera planta del Palacio de Plananto, donde despachan los presidentes de la República. Y algunos de ellos se han enfrentado a la policía legislativa con palos. Se han producido roturas de cristales y se está a la espera de la respuesta del gobierno de Lula.

Miles de seguidores de Bolsonaro asaltan el Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo