Baltasar Garzón investigará el ‘lawfare’ en Latinoamérica
Periodistas comprados, operaciones mediáticas para ensuciar a adversarios y tácticas de desinformación, colocan a la prensa argentina entre las seis peores del mundo en lo que respecta a credibilidad.
La impunidad con la que actúan los grandes medios de comunicación ha permitido la instalación de una “realidad” acorde a los intereses y necesidades de la clase dominante. Durante el macrismo, la relación del poder político con sus voceros a sueldo ha sido casi pornográfica. El gobierno de Cambiemos utilizó a la prensa amiga del mismo modo que lo hizo con la Justicia. La guerra mediático-judicial impuso una agenda periodística en la cual la estigmatización del adversario se transformó en una práctica constante.
Tan escandaloso fue el proceso de falsedades impuesto por los medios hegemónicos que, ahora, un grupo de juristas españoles ha decidido crear un tribunal ético para investigar a los periodistas que formaron parte de este entramado. El tribunal analizará y dictará sentencia sobre procesos judiciales y mediáticos entre los que se encuentran los de la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex presidente de Brasil, Lula Da Silva.
El tribunal investigará, además, la participación de periodistas en las denuncias contra los presidentes Rafael Correa y Dilma Rousseff.
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