lunes. 29.04.2024

El asesinato de una niña de 11 años, ocurrido este miércoles en Lanús (Buenos Aires), produjo la suspensión y clausura de campaña de los precandidatos que este domingo se juegan su continuidad electoral en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, PASO.

Tras ser asaltada y salvajemente golpeada por dos delincuentes cuando se dirigía a la escuela, Morena Domínguez falleció en el Hospital Evita de la localidad de Lanús. El asesinato de la niña quedó registrado por una cámara instalada a pocos metros del lugar del hecho, en la acera de la escuela a la que concurría. Los autores del crimen ya han sido detenidos y alojados en la Comisaría 5 de ese distrito bonaerense, en donde se les tomará declaración.

El asesinato de una niña de 11 años, ocurrido este miércoles en Lanús (Buenos Aires), produjo la suspensión y clausura de campaña

La agenda política se detuvo abruptamente tras conocerse la noticia que conmocionó a la Argentina. “Asesinan a una niña para robarle el teléfono celular”. Los puntos en común y las divergencias ocuparon las primeras planas de los medios que siguieron en directo el desarrollo de una de las noticias más tristes y terribles de las que se tenga memoria. Repentinamente fue desplazado el monopolio de la economía, la deriva de un dólar inestable, el galope de una inflación insostenible y un largo etcétera de temas que se tratan a diario, de cara a las elecciones del próximo domingo. El asesinato de una niña de once años transformó en papel pintado todo el palabrerío absurdo del que hace gala esa clase política retrógrada y oportunista, cuyos referentes -a pesar de la suspensión inmediata de sus respectivas campañas- no dudaron en sacar rédito de la tragedia. De derecha a izquierda y de izquierda a derecha volaron las acusaciones por la inseguridad en los distritos más pobres y desatendidos del conurbano bonaerense.

El uso electoral del crimen de Morena se evidenció de manera inmediata tras conocerse la noticia. La “mano dura” que prometen los referentes de la derecha más reaccionaria, encontró justificante; así como también la propuesta de bajar la edad de imputabilidad que provino de la falsa noticia que indicaba que el autor del crimen era un menor de 14 años. “Argentina es un país invivible”, sostuvo en su cuenta de Twitter la candidata por Juntos Por el Cambio, Patricia Bullrich, émula de Bolsonaro, Trump y Abascal. Por su parte, Javier Milei, candidato a presidente por La Libertad Avanza, responsabilizó al oficialismo por la muerte de Morena, argumentando que “está del lado de los delincuentes y no de las víctimas”.

De derecha a izquierda y de izquierda a derecha volaron las acusaciones por la inseguridad en los distritos más pobres y desatendidos del conurbano bonaerense

La catarata de verborragia plagó el éter y produjo un reguero de tinta en la que referentes de la política, del periodismo y de la sociología, expusieron lo mejor y lo peor de sí mismos y de las profesiones a las que dedican su tiempo. Y mientras esto sucedía, los restos de la niña asesinada rebelaban el primer informe de autopsia. “Una hemorragia producto de un fuerte golpe abdominal”, titulaban los diarios Clarín y La Nación que, a esas horas, preferían no hacer mención de la ciudad en la que había sucedido el hecho, ya que su intendente (candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires), Néstor Grindetti, es miembro del partido político al que defiende y protege desde sus páginas siempre tendenciosas.

El asesinato de Morena desnuda la inoperancia de una clase política vieja, desfasada, tan alejada de la gente que ni siquiera habita el suelo que gobierna, tal como sucede en este caso, ya que Grintetti no reside en la ciudad de la que es intendente; una extraña curiosidad en la que -quizás- se encuentre la explicación a semejante tragedia.

Morena, un crimen que conmociona al país