jueves. 25.04.2024

El año electoral está en curso, y para la siempre recalcitrante derecha argentina esto significa ajustar al máximo el ingenio con el objetivo de aniquilar al adversario. Un modus operandi que no ha variado considerablemente desde el retorno de la democracia, en 1983.

Ante la ausencia de ideas, propuestas o programas electorales, la descalificación del oponente es la habitual estrategia, la más común y la más cobarde. Pero también la arremetida mediático-judicial con la que despliega una artillería tan ruidosa que impide escuchar con claridad las verdades más incómodas.  

A poco menos de un mes para la definición de los candidatos y candidatas, el ataque sufrido por el Ministro del Interior, Wado de Pedro, es la clara demostración de impunidad con la cual la derecha y sus medios de comunicación escupen ese odio fanático y contagioso que luego a pie de calle se traduce en violencia. 

La siempre recalcitrante derecha argentina  ajusta al máximo el ingenio con el objetivo de aniquilar al adversario

“La sociedad argentina no está preparada para que el presidente sea tartamudo”, dijo esta semana el periodista Gabriel Levinas, refiriéndose a la posible candidatura del actual Ministro del Interior, quien padece de un leve trastorno en su capacidad discursiva como consecuencia del horror de haber sido testigo del asesinato de sus padres durante la última Dictadura Cívico-Militar

Gabriel Levinas y el Grupo Clarín apelaron a la tartamudez del Ministro para definir sus capacidades para ejercer un cargo público. Dicho de otra manera, como no pudieron acusarlo de nada, lo acusaron de tartamudo; una actitud que ejemplifica hasta qué niveles de bajeza puede caer la derecha argentina que sin embargo no se pronunció cuando a Mauricio Macri, en uso del poder, se le hacía dificultoso explayarse en su propia lengua, ya que aún no ha aprendido a leer de corrido. 

Eduardo “Wado” de Pedro tiene disfluencia desde niño. Y este trastorno está ligado al fuerte trauma de su infancia: Sus padres fueron secuestrados, torturados y asesinados por esa misma derecha que ahora, en democracia, mata o pretende hacerlo con el uso de un discurso cargado de odio, propio del fascismo. 

La derecha ha desplegado todo su poderío en la conquista del “sentido común”. Pero esta vez se ha equivocado, no ha sabido comprender que estamos en la segunda década del Siglo XXI y que para atacar al indefenso hay que hacerlo con cautela, no vaya a ser cosa que el tiro pueda salir por la culata. Levinas y el Grupo Clarín han sido repudiados por diversas organizaciones y acusados por discriminación. 

Eduardo “Wado” de Pedro tiene disfluencia desde niño. Y este trastorno está ligado al fuerte trauma de su infancia

El “todo vale” de cara a las presidenciales ha puesto en la mira a las prácticas más aberrantes a las que la derecha y sus medios de comunicación nos han acostumbrado. 

Pero es bueno recordar que el “periodista” que descalificó a Wado de Pedro por su trastorno en el habla, fue condenado por robo por la Jueza Civil Virginia Siminari. Al parecer, el opinólogo televisivo tuvo que pagar 88 mil dólares por robar un conjunto de pinturas y grabados altamente valuados. 

La tartamudez del Ministro del Interior no es un impedimento para su candidatura a la presidencia. La idiotez de Levinas, sin embargo, le impiden razonar de otra manera que no sea precisamente con la descalificación barata. 

Tal vez Levinas hable de corrido. Sin embargo, para lo que dice, debería plantearse si no es menester quedarse callado. 

La discapacidad de la derecha