viernes. 29.03.2024
debate 15 mayo2
Fotos: Flickr PSOE

“Si el PSOE no remonta electoralmente me marcharé sin hacer ruido ni fracturar el partido”, afirma Susana Díaz

Susana Díaz y Pedro Sánchez se dijeron este lunes a la cara lo que durante meses se han venido reprochando por boca de terceros. Separados físicamente por al atril que ha ocupado el también candidato Patxi López, la presidenta andaluza y el exsecretario general del PSOE utilizaron toda la munición disponible para descabalar los argumentos del contrario en un duro enfrentamiento que no hizo más que evidenciar el distanciamiento entre ambos. Si algo ha quedado claro en el único debate que se celebrará en la campaña para las primarias socialistas del próximo 21 de mayo es que las espadas siguen en todo lo alto pese a los intentos conciliadores de un enojado exlehendakari por lograr pasar página a la dura crisis interna que vive el PSOE.

“Si el PSOE no remonta electoralmente me marcharé sin hacer ruido ni fracturar el partido”, sentenció Susana Díaz quien culpó a Pedro Sánchez de llevar al PSOE al peor resultado electoral de su historia y de parapetarse tras la militancia por el fracaso en las urnas en lugar de asumir su responsabilidad en primera persona. La presidenta andaluza se comprometió a devolver el “rumbo” al PSOE y aunque reconoció la “difícil y dolorosa” decisión de la abstención a Rajoy subrayó que la debacle socialista, frente a un PP “tóxico e infame”, vino dada por la gestión de Sánchez, por sus “bandazos y vaivenes” políticos, “cambiando de opinión” en función de lo que le venía bien y desconcertando al votante socialista. Díaz calificó de “curiosa” aquella teoría por la cual hay dos PSOE, uno que le conviene a la derecha y otro que no, y se preguntó si al PSOE le conviene un candidato que “ha perdido dos veces” u otra -en alusión a ella misma- que ha ganado en Andalucía, no solo al PP sino también a Podemos.

Pero Sánchez no se dejó amilanar y recordó, no una ni dos, sino más veces el “error” que supuso la abstención a Rajoy al que calificó de “manzana podrida” por la corrupción y que dejó al PSOE “en tierra de nadie”. En este sentido se comprometió que, de salir elegido secretario general, pedirá la dimisión del presidente del Gobierno. El exdirigente socialista defendió un partido de la militancia frente al “partido de notables” e intentó desmontar los argumentos con los que algunos dirigentes socialistas le acusan de querer ‘podemizar’ el partido, recordando que algunos barones del PSOE han llegado a acuerdos con la formación morada para gobernar comunidades autónomas. Con dos gráficos en la mano, Sánchez puso en evidencia la candidatura de Susana Díaz al situarla como la candidata preferida por los votantes del PP en contra de su proyecto que, según afirmó, sigue siendo el preferido por militantes y votantes socialistas.  

Frente a este rifirrafe, Patxi López mostró su tono más enojado enfatizando el leitmotiv de su campaña, un proyecto de unidad para sacar al PSOE de la pelea interna y de la guerra fratricida. El exlehendakari afeó a sus oponentes por el continuo rifirrafe entre ambos en la campaña a las primarias: “Se trata de derrotar a la derecha, no de derrotarnos entre nosotros”, afirmó. López se posicionó en contra de la abstención a Rajoy pero a la vez pidió pasar página sobre este asunto: “no tenemos que votar todas las semanas los decretos del PP a cambio de retales”, dijo, pero tampoco alcanzar “alianzas ciegas” con Podemos; “no tenemos que desplazarnos al centro yendo más a la derecha pero tampoco a una izquierda artificial e impostada”, enfatizó. Patxi López abogó por derogar la reforma laboral del PP y la ‘ley mordaza’, por batallar, en el marco del Pacto de Toledo, porque las pensiones recuperen poder adquisitivo y por “empezar a recuperar ya todo lo que nos ha quitado el PP”. En política de pactos, no se trata -defendió- con quién se pacta, sino para qué y recordó el acuerdo alcanzado en Euskadi con el PP para acabar con el terrorismo. El objetivo de Patxi López es “ganar al PP, no pactar con Podemos”.

Sin embargo, el tono paternalista de López no frenó los reproches entre los otros dos candidatos. Susana Díaz siguió acusando a Sánchez de “faltar a la verdad”, de cambiar de idea como de chaqueta defendiendo cosas diferentes dependiendo en qué lugar de España se encuentre. Aseguró que los socialistas no son nacionalistas sino internacionalistas e intentó poner en evidencia a Sánchez por la falta de confianza que ha generado en el interno el ahora exsecretario general, con la mayoría de los que fueron miembros de su Ejecutiva en contra, y con la pérdida de confianza manifestada por los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. “Tu problema no soy yo -dijo-, tu problema eres tú”.

“No se puede cuestionar diariamente al secretario general”, advierte Pedro Sánchez

Como réplica, Sánchez fue citando varias declaraciones de Susana Díaz sobre el debate territorial e incluso los reproches que en su momento formuló a Zapatero por el Estatuto de Cataluña. A su juicio, España es una nación de naciones y recordó que esto mismo ya lo dijo en su momento el expresidente González tal y como relata Josep Borrell en su libro ‘Los Idus de Octubre’. Sánchez afeó a Díaz no haber presentado un proyecto propio (lo hará este martes tras el debate) y se situó como víctima de los ataques internos recibidos: “No se puede cuestionar diariamente al secretario general”, señaló.

“Como no resolvamos los problemas de división podemos incluso desaparecer”, avisa Patxi López 

En el bloque dedicado al modelo de partido, Patxi López fue el más elocuente al plantear propuestas concretas frente a una Susana Díaz que se quedó en generalidades. El dirigente vasco defendió que un secretario general solo puede ser revocado por la militancia o por una moción de censura planteada por el Comité Federal. Abogó por regular las consultas, por eliminar la recogida de avales para presentarse a unas primarias, por regular la dación de cuentas obligando a las ejecutivas a que rindan cuentas una vez al año de su gestión y por revitalizar las Casas del Pueblo. “Ningún militante sin voz”, dijo, pero también “ningún dirigente sin control”. Por su parte, Pedro Sánchez defendió que los acuerdos poselectorales se sometan siempre a la consulta de la militancia, que un secretario general solo pueda ser revocado por los militantes y, coincidiendo con Patxi López, que las primarias sean a doble vuelta.

Los últimos mensajes lanzados por los candidatos pidiendo el voto apelaron al compromiso de todos ellos de intentar cerrar las heridas abiertas el día siguiente a las primarias. Sánchez volvió a tender la mano a López y prometió unidad, pero también “lealtad”.  El exlehendakari aseguró que “necesitamos un secretario general a jornada completa”, dijo en alusión al doble papel que jugaría Susana Díaz como presidenta autonómica en caso de salir elegida secretaria general del PSOE, e hizo una advertencia final, “el riesgo es enorme” y “como no resolvamos los problemas de división podemos incluso desaparecer”, afirmó.  

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