sábado. 27.04.2024
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La población está convencida que no se nombra a los más adecuados para dirigir la causa común, sino a los más aceptados o vinculados a la dirección de cada formación política

A tan sólo un mes para la votación a la que democráticamente hemos sido convocados todos los españoles, el escenario electoral está bastante definido. No así el desenlace de la obra. Sobre esto sólo caben interrogantes.

En un clima económico y político relativamente tranquilo, lejos de los momentos álgidos de la brutal crisis económica que comenzó en 2007 y de la violencia del 1 de Octubre del año pasado cuando se celebró el referéndum de Catalunya por la independencia, conflicto canalizado y adormilado en la vía jurídica, la precampaña se ha perdido por derroteros poco significativos.

La conformación de las listas de cada partido, los fichajes de teóricas estrellas mediáticas (mediocres en la mayoría de los casos) y las consabidas depuraciones de los que no apoyan con la suficiente vehemencia al líder de turno de cada formación, han sido el pan nuestro de cada día desde que se anunció la convocatoria.

Numerosos temas quedan para una reflexión más serena pero sin duda el cesarismo y la capacidad de imposición de los líderes respectivos en la conformación de las candidaturas ha sido mayor que nunca, lo que no dice mucho a favor de la democracia interna de nuestros partidos como muy acertadamente ha analizado el dirigente político Adolfo Piñedo Simal en su artículo "De listas y fichajes"

Sobre la idoneidad intelectual, capacidad probada, prestigio y arraigo social de los candidatos, en líneas generales, la población está convencida que no se nombra a los más adecuados para dirigir la causa común, sino a los más aceptados o vinculados a la dirección de cada formación política. Difícil de evitar parece ser esta realidad, pero por lo menos podían hacer un esfuerzo por mejorar los malos hábitos. Más bien profundizan en el error.

Entrar en casos particulares es doloroso, pero llama la atención el salto entre ser tertuliano en alguna cadena de radio y televisión a ser cabeza de lista de una circunscripción provincial donde no se ha estado más que de turismo o bien la de aquellos cuyo mayor mérito profesional, laboral o político es haber sido capaz de mantenerse en todas las guerras internas sin haber destacado ni haber realizado alguna aportación especial durante veinticuatro años como diputado autonómico, en un claro ejemplo de renovación y apertura a la sociedad civil. Hombres, generalmente, de aparato puro y duro para conformar grupos parlamentarios obedientes y disciplinados. El perfil de muchas mujeres candidatas va por la misma línea y normalmente están apadrinadas por sus tutores o maestros políticos.

En cuanto a las opciones de voto que manifiestan las encuestas la separación en tres bloques desiguales aparece muy definido. Derecha, izquierda y nacionalistas. Lo mismo que hace cuarenta años.

En cuanto a las opciones de voto que manifiestan las encuestas la separación en tres bloques desiguales aparece muy definido. Derecha, izquierda y nacionalistas. Lo mismo que hace cuarenta años.

En la derecha, tres opciones pelean descarnadamente a ver quien está más a la derecha. Sus temas estrella que tratan de introducir en la agenda electoral, son Cataluña, la unidad de España, el aborto, la caza, las armas, los toros y sobre todo saber quién es más duro contra los independentistas y quien tiene más ganas de expulsar de la Moncloa a Pedro Sánchez, sobre el que no ahorran epítetos, ninguno de ellos cariñoso.

Al mismo tiempo que discuten quien va a ser ministro de exteriores o de universidades, está claro que todos quieren reeditar el pacto andaluz. Un presidente del Partido Popular con apoyo bien de gobierno o de investidura de Ciudadanos y Vox. Una vez se vote los tres olvidarán todas sus cuitas, se cruzarán las miradas con Aznar que asegura nadie le aguanta su dureza, y se pondrán de acuerdo en menos tiempo de lo que dura un caramelo a la puerta de un colegio.

Ciudadanos ha causado cierto estupor en sectores de la derecha económica y mediática que le impulsó en su momento, cuando ha manifestado que rotundamente nunca negociará con el Partido Socialista Obrero Español ni con Pedro Sánchez. Es de suponer que no le creerán y son conocedores que puede cambiar de opinión con mucha facilidad dadas experiencias anteriores. Si es sólo para ganar votos y después ya se verá son aceptadas las bravuconadas. Por ello la posición de muchos medios de comunicación (no es necesario hacer la lista) y de los sectores económicos más potentes (dígase Banca y patronales) es ir abriendo puertas y ofreciendo argumentos para que si no suman mayoría absoluta Partido Popular, Ciudadanos y VOX (que no ocultan es su opción favorita) como mal menor Ciudadanos debe apoyar al Partido Socialista Obrero Español, primero en todas las encuestas, evitando un gobierno apoyado por los que impulsaron la moción de censura a Mariano Rajoy.

El segundo bloque nítido es la izquierda de carácter estatal. Partido Socialista Obrero Español  y la coalición entre Podemos e Izquierda Unida que esta vez se presentan con la denominación Unidas Podemos.

Lo primero a destacar es que el nivel de trasvase de votos del bloque de derechas hacia la izquierda parece descartado. Quizás algunas personas que votaron a Ciudadanos ahora pueden votar al Partido Socialista pero esto queda de sobra compensado por los votos socialistas que no coinciden con la postura de dialogo con el independentismo catalán del que acusan a Pedro Sánchez. Corbacho, MesquidaVázquez o Leguina entre otros son los ejemplos más visibles de esta postura que ha abandonado a su partido de siempre.

Las encuestas, (pinchando en este enlace puedes ver las últimas publicadas) convertidas en la guía, biblia y oráculo que condiciona la estrategia electoral y cada palabra que se quiere decir, apuntan a un cambio importante en la correlación de fuerzas dentro del bloque de las izquierdas.

Sólo si el Partido Socialista aglutina por encima de los ocho millones de votos, permaneciendo Unidas Podemos por encima de los dos millones y medio, podría producirse un salto relevante de diputados de izquierdas

De un virtual empate a 5 millones de votos en elecciones anteriores para cada compareciente y fracasado el conocido como “sorpasso” de Podemos sobre el Partido Socialista Obrero Español que afortunadamente nadie parece proponerse como meta en estos momentos (Quizás Julio Anguita sigue soñando con ello), todo apunta a un reequilibrio a favor del partido de Pedro Sánchez.

El Partido Socialista, no debe olvidarse, cayó de casi 11 millones de votos con Rodríguez Zapatero a poco más de 5 millones en muy poco tiempo. Se dice pronto pero la hecatombe fue tremenda. Un aspecto clave en este proceso electoral es saber hasta donde va a recuperar votos que se le fueron bien a Podemos o bien a la abstención. De la profundidad del reequilibrio que se produzca dependerá la posibilidad de un gobierno de izquierdas. Sólo si el Partido Socialista aglutina por encima de los ocho millones de votos, permaneciendo Unidas Podemos por encima de los dos millones y medio, podría producirse un salto relevante de diputados, aprovechado la división de los votos de derechas en tres formaciones con representación parlamentaria.

No conviene tampoco olvidar que el Partido Socialista consiguió 202 diputados en 1982 solamente cuando el Partido Comunista de España se hundió y alcanzó cuatro diputados en toda España con el 48,11% de los votos el PSOE y el 4,02% el Partido Comunista de España. Eran otros tiempos.

Todo está por decidir. Si parece que los movimientos de votos entre Partido Socialista Obrero Español e Unidas Podemos están activos en ambos sentidos y queda mucho por dilucidar en ese ámbito. Hay mucho indeciso en el mundo de la izquierda que no acaba de decantarse hacia una u otra opción.

La posición de Podemos en temas centrales de la política española son bastante nítidos. Referéndum en Cataluña donde quepan más de dos respuestas(si o no a la independencia), supresión de la reforma laboral, gobierno de coalición con el Partido Socialista Obrero Español y con el apoyo de los independentistas. Un gobierno como el surgido de la moción de censura pero con su presencia.

La posición del Partido Socialista Obrero Español es básicamente capitalizar el logro de expulsar al Partido Popular y su gestión positiva durante los nueve meses que ha conseguido mantenerse.  Sobre Cataluña propone seguir negociando en el marco de la Constitución y seguir negociando sobre la reforma laboral con los agentes sociales. Sobre coaliciones dice estar abierto a negociar con todos incluyendo tanto por una parte a Ciudadanos como por la otra a Podemos y nacionalistas. Sobre Cataluña Iceta, secretario general del Partit dels Socialistes de Catalunya, plantea una opción más abierta pensando sin duda en los votantes catalanes y Abalos u otros lideres regionales plantean una opción de rechazo a un posible referéndum, pensando también en los electores del resto de España. Sobre con quien gobernar Abalos dice sorprendentemente , sumándose a Susana Diaz, Page, Lamban, etc. que prefiere a Ciudadanos y Pedro Sánchez hace la esfinge de forma más prudente y dice que ya veremos. Las declaraciones de Abalos, dicen algunos de los que le conocen bien,  llevan un mensaje dentro. “Me gustaría gobernar con Ciudadanos, pero como ellos no quieren, no nos queda más remedio que negociar con los partidos que apoyaron la moción de censura”. 

La pregunta es la de siempre. ¿Se reparten los papeles para contentar a todos buscando votos dispares? O ¿Piensan soluciones diferentes a los problemas que hay planteados encima de la mesa? Nunca se sabe que es lo cierto. 

En el tercer bloque están los independentistas declarados y los nacionalistas digamos más prudentes o “etapistas”.  La encuesta publicada hoy por el Parlamento Europeo para sus elecciones concede casi el 5% de votos y 3 eurodiputados a “Ahora Republicas” conformado por Esquerra Republicana de Catalunya-Bloque Nacionalista Galego y Euskal Herria Bildu. El Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista Vasco con el 1,4% y el Partido Demócrata Europeo Catalán el 1% tienen muy difícil conseguir un escaño por lo que Puigdemont no conseguiría su tan deseada e imprescindible acta de diputado europeo.

Algunos biempensantes aspiran a que el bloque pilotado por Esquerra Republicana de Catalunya sea razonable y esté dispuesto a apoyar un gobierno conformado por el Partido Socialista Obrero Español y Unidas Podemos. Pero dicha apreciación no tiene ningún soporte cierto ni en declaraciones ni en hechos objetivos. Es un deseo que se piensa en base a repetirlo pueda convertirse en realidad.

Por tanto y sin ser exhaustivos quedan por aclarar unas cuantas dudas:

1.- Saber si conseguirá o no el bloque Partido Popular-Ciudadanos-Vox mayoría absoluta de escaños.

2.- Cual será la correlación de diputados y votos entre Partido Socialista Obrero Español y Unidas Podemos.

3.- Conocer cual será la inclinación en el Partido Socialista Obrero Español sino gana la alianza de las tres derechas, bien a intentar un acuerdo con Ciudadanos como el alcanzado el 24 de febrero de 2016 o bien volver a intentar la investidura con la mayoría de la moción de censura ganada el 1 de junio de 2018.

4.- También queda la duda de saber si Esquerra Republicana de Catalunya y sus aliados apoyarán una investidura de Pedro Sánchez sin conseguir un acuerdo donde se reconozca el derecho de autodeterminación o bien la celebración de un referéndum en Cataluña para aprobar o rechazar su independencia.

5.- Y la última y no menos relevante: ¿Ganará el Fútbol Club Barcelona la Champions League de este año?

Todo por decidir. Nunca hubo tanta emoción en unas elecciones generales