viernes. 29.03.2024
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Las retoricas promocionales que pueblan el discurso oficial sirio se basan en la polarización entre el glorioso pasado del país de Oriente Medio, cuna de la civilización, y la devastación del presente

Una imagen del centro histórico de Alepo reducido a escombros encabezaba el stand sirio en la Feria FITUR 2018. Delante del cartel, una mujer disponía de una serie de tejidos tradicionales y otros objetos de artesanía. En la parte inferior del panel, las imágenes relumbrantes de Alepo de antes del conflicto. En el lateral del stand, otro panel dedicado a Palmira partida en dos: antes y después del conflicto.

“Siria te estamos esperando ahora”, recita el motto de la campaña con la cual Siria vuelve, después de 6 años, a una de las ferias de turismo más importante del mundo.  “La crisis está casi terminada” explica el Director de la promoción del Ministerio sirio, Bassam Barsik.

Las retoricas promocionales que pueblan el discurso oficial sirio se basan en la polarización entre el glorioso pasado del país de Oriente Medio, cuna de la civilización, y la devastación del presente; un presente que, sin embargo, está a punto de acabarse, siguiendo al discurso promocional, para dar paso a un futuro esperanzador. 

A través de la puesta en escena de tres temporalidades que se entrecruzan, el relato turístico de Siria parece, así, oscilar entre la ocultación del conflicto y de los escombros (“La crisis ya está a nuestras espaldas"- afirma Bassam Barsik) y una magnificación de las ruinas como símbolo de la civilización eterna del país y, al mismo tiempo, de su trágico presente marcado por la guerra y por el terrorismo.

Si el controvertido video promocional lanzado por el Ministerio de Turismo de Siria en su canal de YouTube en 2016 mostrando la costa de Tartus repleta de bañistas, negaba totalmente la presencia de la guerra, las imágenes de Siria en FITUR 2018 parecen reflejar una estrategia de comunicación diferente, desdibujando un pasaje semántico complejo e interesante que se sitúa entre el patrimonio histórico artístico (las “ruinas del pasado”) y el patrimonio en ruinas del presente que ya tiene un valor memorial y testimonial.



En FITUR exponen otros países que están presentes en la lista negra de las Naciones Unidas en tema de derechos humanos, empezando con Estados Unidos y siguiendo por la Federación Rusa

La presencia del pabellón sirio en FITUR 2018 ha desatado críticas y comentarios tanto en los medios de comunicación, como en redes sociales. En ambos emplazamientos se ha atacado al Gobierno sirio por ser cómplice y responsable de las matanzas de civiles en el país en los siete años de guerra civil. Pero también al gobierno español tachándolo de hipócrita.

Lejos de negar la importancia de una reflexión sobre una ética del turismo, pensamos que el debate en torno a la presencia de Siria en FITUR no debe reducirse únicamente a un problema en la seguridad del país expositor. En FITUR exponen otros países que están presentes en la lista negra de las Naciones Unidas en tema de derechos humanos, empezando con Estados Unidos y siguiendo por la Federación Rusa.

Sin poder querer entrar en el fondo de cuestiones de tal envergadura, es cierto que FITUR no se limita a ser un escaparate donde se promocionan y venden destinos, más o menos seguros, sino que se presenta como un laboratorio de imágenes y discursos sobre la definición de conceptos como patrimonio y memoria. Las ruinas del pasado y las ruinas del presente.


Elsa Soro | Semióloga especializada en turismo e investigadora GRIT-Ostelea

La belleza de las ruinas. La presencia de Siria en FITUR 2018