jueves. 18.04.2024
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La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), es un organismo público, independiente del Gobierno y sometido al control parlamentario, que tiene como objetivo el buen funcionamiento de los mercados y la competencia en interés de los consumidores y las empresas, elaboró en el año 2016 un informe sobre el mundo del taxi para argumentar la demanda presentada ante la Audiencia Nacional contra el decreto de la Generalitat de Cataluña que regula las aplicaciones y plataformas digitales para reservar taxi. En el documento se detalla la evolución de licencias en la comunidad y cómo está impactando en el precio de las licencias y al usuario de este transporte.

Comprar una licencia de taxi en Barcelona costó 134.115 euros en 2016, según el Instituto Metropolitano del Taxi del Área Metropolitana de Barcelona.

El valor ha aumentado un 503,7% en los últimos 30 años entre las ventas y compras de particulares, favorecido por la limitación de emisiones nuevas de licencias por parte del ayuntamiento

Comparativamente, duplica la rentabilidad que ofrece el Ibex 35 en el mismo período. Córdoba concedió licencias por 457 euros en 2012, el año 2016 se revendían por más 100.000 euros.

La CNMC  ha utilizado los datos del Instituto Metropolitano del Taxi del Área Metropolitana de Barcelona para revelar que la licencia de taxi en Barcelona ascendió en 2016 a 134.115 euros. Un precio que se da entre particulares que compran y venden las autorizaciones para prestar servicio, al margen de la concesión administrativa que concede el Ayuntamiento.

Estos precios se alcanzan por la limitación de la emisión de nuevas licencias de taxi en la ciudad condal. En el año 2016 el número total de licencias de taxi en Cataluña ascendió a 13.424.

En el Área Metropolitana de Barcelona el número se situó en 10.523, lo que supone un 78,4% de todas las licencias de Cataluña. Desde 1994, el número de licencias de taxi en Cataluña ha pasado de 13.696 a 13.424 en el año 2016, reduciéndose en un 2,0% en términos absolutos en este período. Una contracción de la oferta "artificial" que dispara los precios de las licencias en el "mercado secundario".

La CNMC destaca que la evolución de licencias va contracorriente de la expansión demográfica y económica de la región. Desde 1980 a 2016, no se han concedido nuevas licencias de taxi en el Área Metropolitana de Barcelona. El informe dice que el comportamiento es parecido a otras zonas del territorio nacional, "su evolución ha seguido una senda no constante, con tendencia descendente a lo largo del período".

La situación ha llevado a que una licencia de taxi sea un activo muy valioso comparable a las inversiones financieras más rentables de los últimos años

"A lo largo del tiempo, las licencias de taxi, que en un mercado competitivo carecerían de valor, se han convertido en un activo con una elevada rentabilidad, superior a la de otro tipo de activos, como los activos bursátiles", explica la CNMC.

Entre 1987 y 2016, el valor de una licencia de taxi en el mercado secundario ha aumentado un 503,7%, mientras que el Ibex 35, el índice bursátil más representativo de la evolución en bolsa de las principales empresas españolas, ha aumentado un 233,7%. Pero en los últimos 15 años, la revalorización de los permisos de taxis ha superado con creces al mercado bursátil. Mientras los inversores han llegado a perder dinero, los propietarios de licencias se han beneficiado de un repunte de la rentabilidad anual del 9%. Según la Competencia, la licencia de taxi bate al Ibex 35 hasta cuando su máxima revalorización en 2007, cuando cotizó por encima de los 16.000 puntos.

El precio que paga un taxista por una licencia nueva puede ascender a 457 euros, en forma de tasa de expedición, según los datos obtenidos en Córdoba en 2012, una de las pocas ciudades españolas que ha concedido nuevos permisos en los últimos años. Pero el valor de una licencia en el mercado secundario en Córdoba se situó en 102.102 euros en el mismo año.

"El valor de las licencias de taxi en el mercado secundario es la prueba más evidente de las rentas regulatorias de monopolio generadas por una regulación restrictiva que limita la entrada, restringe la competencia en precios, calidad e innovación, transfiere renta de la sociedad a los operadores establecidos en el mercado del taxi, y reduce el bienestar general", concluye la CNMC.

La CNMC ha sido desde el principio una firme defensora de la libre competencia en el sector. El supervisor defiende la teoría de que "muchos de los elementos que configuran la normativa actual en el sector del taxi restringen la competencia sin que ello esté justificado en los principios de regulación económica eficiente".

Competencia culpa a la administración de proteger a los taxistas. "La dualidad regulatoria entre taxis y VTC, como se conoce en términos administrativos a los servicios que presta Uber y otras plataformas,  se explica en gran medida por la intención del legislador de blindar y mantener un régimen de monopolio en el sector del taxi", expresa en el último documento.

La CNMC calcula que el sector del taxi facturó solo en Barcelona 470 millones en 2016. Las restricciones de entrada y de precio en el mercado del taxi en el Área Metropolitana de Barcelona ocasionaban un sobreprecio de un 12,3% a los consumidores generando una pérdida anual en el bienestar de los consumidores de 61,4 millones de euros, según el supervisor. "La estimación es conservadora, dado que no se tienen en cuenta ineficiencias productivas y dinámicas derivadas de un entorno no competitivo ni el coste en términos de un mayor tiempo de espera en comparación con una situación de libertad de entrada y de precio", advierte.

Hay que explicar asimismo que 9.592 de las 10.522 son gestionadas por autónomos, no por trabajadores por cuenta ajena. 233 de ellos disponen de varias licencias para los que trabajan por cuenta ajena 772 personas. A su vez 1565 operan con más de un conductor y trabajan 3.183 trabajadores por cuenta ajena empleados de los autónomos.

En el sector de los VTC todos los chóferes son trabajadores por cuenta ajena contratados por las diferentes empresas que articulan ese sector. Sus condiciones están conformadas por una parte fija, en torno a los 1.100 €, y una parte variable que oscila entre el 35 y el 40% de los importes que se facturen a partir de los 3.500 o 4.000 € mensuales.

Cada vehículo de VTC es conducido por un mínimo de dos chóferes y habitualmente debe ser entregado y recogido a una hora fija en los aparcamientos de las compañias, o bien ser entregados a la persona de relevo en el lugar convenido.

Sobre los ingresos que se perciben realmente y los ingresos netos de su actividad, por parte de los taxistas autónomos, una vez descontados gastos e impuestos, resulta muy difícil conocerlos con exactitud y varía sustancialmente de unas ciudades a otras.

Sí se conocen los salarios de los trabajadores por cuenta ajena que deben estar registrados en las oficinas correspondientes del INEM.

En 24 años las licencias de taxi catalanas han pasado de 13.696 a 13.424