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NUEVATRIBUNA.ES 18.09.2009

Un crédito puente y la pérdida de valor de su negocio del fútbol se hallan detrás, según algunas voces, de la campaña emprendida por el Grupo Prisa contra el presidente del Gobierno. Si el editor de El País no logra reunir en el plazo de seis meses los 2.000 millones de euros que adeuda a la banca, el grupo no tiene garantizada su supervivencia. Todo ello en medio de una feroz lucha por el poder dentro del grupo, que, aseguran, enfrenta a Juan Luis Cebrián con los sucesores de Polanco.

En este contexto, la nueva regulación de la nueva televisión de pago TDT se ha interpretado en Prisa como un misil dirigido a la línea de flotación del grupo. Sin embargo, según recoge El Mundo, el impulso dado a la nueva televisión era una necesidad impostergable para el gobierno, ante la proximidad del apagón analógico, previsto el año que viene.

Para el diario que dirige Pedro J. Ramírez, el Grupo Prisa debería estar, en cambio, agradecido al Gobierno, que según el diario, postergó la decisión de regular la TDT hasta más allá de lo razonable, a fin de conceder a Prisa una oportunidad para fusionar su negocio con La Sexta, su rival en este negocio. Concluido el intento de fusión sin éxito, al Gobierno no le quedó otra opción, continúa el diario, que regular de manera urgente el sistema de pago a través de la TDT.

Por contra, en Prisa, la regulación de la TDT de pago se ha visto como un ejemplo más de la “improvisación” con que el gobierno lleva su política, al tiempo que acusan al Ejecutivo de favorecer a los intereses de “sus allegados”, el empresario catalán Jaime Roures, propietario de Mediapro y de La Sexta. Además, el editorialista de El País abunda en sus críticas contra Zapatero y La Sexta, a quienes acusa de ser incapaces de ver otro negocio que no sea el del fútbol en la nueva televisión.

En marzo, el Grupo Prisa tendrá de nuevo en frente al grupo de bancos que hace unos meses le hicieron el favor de renegociar su deuda, según algunas voces, gracias a las presiones del Gobierno, a través de un crédito puente por valor de 2.000 millones de euros. Este tipo de de créditos normalmente consiste en que los bancos permiten al deudor el pago sólo de los intereses sin que el deudor tenga que afrontar el principal de la deuda.

En el momento de la refinanciación de la deuda, hay quien asegura que se vivieron momentos de gran tensión entre Prisa y los bancos acreedores, entre ellos HSBC, La Caixa, BNP, Banesto, Caja Madrid y Natixis. Según estas voces, Prisa llegó incluso a desafiar a una de estas entidades financieras, en concreto, HSBC, animándole a que ejecutara la deuda que pesa sobre el Grupo.

El aplazamiento del pago de los 1.950 millones de crédito puente, que obtuvo para la compra de Sogecable, deberían permitir al Grupo hacer el ajuste necesario para sanear la empresa, que adeuda en total 5.000 millones de euros. Para ello, Prisa necesita desesperadamente vender Digital +. Sin embargo, el nuevo rival salido al paso gracias al decreto del gobierno resta valor a Digital + por lo que ha sido imposible hasta el momento vender la plataforma por satélite.

La única aproximación accionarial hasta el momento que ha vivido el grupo editor de El País ha llegado por parte de la estadounidense IBN. El pasado verano, el grupo presentó a bombo y platillo su alianza con este distribuidor de contenidos audiovisuales tras el cual se esconde, según aseguran, el magnate mexicano Carlos Slim. El interés de otros compradores, entre los cuales, se habló de Vivendi, tampoco se ha traducido hasta la fecha en una oferta concreta.

Los Polanco también están dispuestos a vender Santillana, la editorial que es considerada como una de las joyas de la corona del grupo. Sin embargo, el valor de la compañía, que podría rondar los 500 millones de euros, tampoco está claro en el actual contexto de crisis, y los posibles compradores se resisten en llegar.

Por otro lado, otras voces apuntan a que en el interior del grupo se ha desatado una guerra por el poder, protagonizada por el actual consejero delegado Juan Luis Cebrián y el hijo del fundador, Manuel de Polanco. Según estas fuentes, el hijo de Polanco contaría con el apoyo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que habría puesto como condición para sacar a Prisa del atolladero la jubilación de Cebrián, y su sustitución por Polanco.

El interés por los movimientos de Prisa en el negocio de la televisión no se ha visto correspondido hasta el momento con un mejor índice de audiencia en los canales de TV que posee. Así, mientras el grupo asegura que aún mantiene 2,4 millones de abonados en Digital +, en algunas fuentes se duda de que esa cifra corresponda a la realidad, al menos en cuanto a abonados al corriente en sus pagos.

Además, Cuatro, la cadena de televisión que el grupo emite en abierto, tampoco ha visto remontar el interés por sus programas al cosechar el pasado mes de agosto un 7,5 por ciento de cuota de pantalla, su peor dato por segundo mes consecutivo en lo que va de año.

En conjunto, el grupo redujo sus beneficios cerca de un 70 por ciento en el primer semestre del año, hasta los 27 millones de euros, y vio caer sus ingresos por publicidad más de un 25 por ciento. Sus acciones cotizaban hoy en torno a los 4,22 euros, muy lejos del máximo alcanzado en 2007, cuando cada acción del grupo llegó a valer más de 16 euros.

Ahora, cuado faltan seis meses para que se cumpla la amenaza de los bancos, y sin que se concrete la venta de ninguna de sus divisiones, Prisa se encuentra acorralada, sin capacidad para generar liquidez, en frente del Gobierno de un partido que tuvo siempre como aliado.

En fuentes socialistas, se reconocía hoy que los ataques de Prisa preocupan por el daño que pueda hacer a un Gobierno que atraviesa una situación muy delicada, ante el alud de críticas que ha motivado su gestión de la crisis. En este contexto, florecen como setas los mensajes que recuerdan con añoranza la época felipista e incluso el comisario europeo Joaquín Almunia tuvo que salir hoy a desmentir su interés por suceder a Zapatero al frente del Gobierno.

Por fin, en medio de este marasmo de alianzas rotas, sorprendió hoy la procedencia de uno de los más encendidos elogios que se recuerdan hacia el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Procedía del diario El Mundo, que en un editorial y admitía que Zapatero ha demostrado en esta situación “su integridad personal y entereza política”. “Al menos, el presidente del Gobierno no está en venta”, afirma el diario dirigido por Pedro J. Business is business.

Tribulaciones de Cebrián en la campaña de desarme a Zapatero