Todos los ministros de Hacienda abanderan la lucha contra la economía sumergida pero, ¿la reducen?
Si analizamos la evolución histórica de los datos facilitados por diferentes estudios, el volumen de fraude siempre se ha mantenido por encima del 20% salvo en 2001 y en la década de los ochenta.
En la última legislatura, el ministro Cristóbal Montoro ha intensificado los mensajes relacionados con la necesidad de mejorar los resultados en la lucha contra el fraude. Y aprovecha los balances que ofrece puntualmente la Agencia Tributaria para sacar pecho, pero en realidad durante su mandato se ha alcanzado una de las mayores cotas de economía sumergida de la democracia, con el 24,6% del PIB, más de 250.000 millones de euros, que se dice pronto.
Sin embargo, el caso de Montoro no es, ni mucho menos, el único. Sus predecesores tampoco se han empleado muy a fondo en la reducción de la economía sumergida. Así, si analizamos la evolución histórica de los datos facilitados por diferentes estudios, el volumen de fraude siempre se ha mantenido por encima del 20% salvo en el año 2001 y en la década de los ochenta.
Pero tampoco han tenido la iniciativa para elaborar informes oficiales de economía sumergida, limitar la cantidad de pago en efectivo o una reorganización en profundidad del Ministerio de Hacienda que otorgue más capacidad y autonomía a los miles de técnicos de Hacienda. Por tanto, está muy bien abanderar la lucha contra la economía sumergida, pero de poco sirve si no aflora, porque no se adoptan las medidas necesarias.
Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda