jueves. 28.03.2024
REDUCE EL NÚMERO DE CONTRIBUYENTES

Piden centrar en las grandes fortunas la vuelta del Impuesto del Patrimonio

La Fundación Alternativas envía al Gobierno un informe que defiende la recuperación del tributo que permanece desde 2008 en estado ‘zombie’. El estudio asegura que, con la cantidad que ha dejado de recaudar desde entonces, podría pagarse la obra del AVE Madrid-Albacete.

| Documento: La imposición sobre el patrimonio como instrumento para una distribución equitativa de la riqueza[PDF]

nuevatribuna.es | 21.01.2011

Lo llaman “impuesto zombie”. Es el Impuesto del Patrimonio. Aunque no está suprimido, nadie lo paga. El Gobierno decidió ‘suspenderlo’ en tiempo de regalos fiscales. Con su supresión, desde 2008 se han dejado de recaudar más de 6.000 millones de euros, la mayor parte procedentes de las más grandes fortunas. Una cantidad nada desdeñable, si tenemos en cuenta que, con ella, se podría haber pagado -casi completa- la obra del AVE Madrid-Albacete.

El Gobierno tiene ya sobre la mesa una nueva propuesta para recuperar el Impuesto de Patrimonio (IP), suprimido desde el año 2008. El vicepresidente de la Fundación Alternativas, Nicolás Sartorius –ex diputado de Izquierda Unida y cofundador de Comisiones Obreras- presentó hoy el informe que la Fundación hará llegar a todas la fuerzas políticas y que pide la recuperación, con modificaciones, del Impuesto del Patrimonio. “Cuando se mete la pata, lo primero es sacarla”, dice Sartorius, tras rememorar la supresión del Impuesto –“en un tiempo de regalos fiscales”- por parte del Gobierno socialista.

“Mi propuesta es aprovechar la recuperación del Impuesto de Patrimonio para mejorarlo”, tercia César Martínez, autor del informe e investigador de derecho financiero y tributario en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). En la presentación del estudio este viernes en Madrid, Martínez asegura que su propuesta pretende, en primer lugar, que el Impuesto del Patrimonio lo pague la gente “que tiene muchos bienes”. Para ello sería necesario elevar el mínimo exento hasta los 600.000 euros (excluida la vivienda habitual). Es decir, según esta iniciativa, nadie tendría que pagar el impuesto siempre que su patrimonio no supere los 600.000 euros.

Además, para evitar una competición entre las comunidades autónomas por reducir la carga fiscal-, el estudio demanda una modificación en el Impuesto del Patrimonio que permita a la Administración General del Estado garantizar un tipo mínimo en cada región, algo que no existió en la vida anterior del impuesto, cuando “algunas comunidades llegaron a bonificar el 100% del impuesto”, explica el autor del informe patrocinado por la Fundación.

Actualmente, el Impuesto sobre el Patrimonio sigue vivo, pero el Estado bonifica el 100% de la cuota, es decir, nadie lo paga. Por eso lo llaman “impuesto zombie”, aclara Martínez. Otras modificaciones en la recuperación de este Impuesto serían ajustar las cuotas a la “valoración real” de los activos, algo que “no es tan sencillo”, según el autor del informe. También se debería sustituir por una bonificación la actual exención de los bienes afectos a una actividad productiva. Con la exención, las grandes fortunas consiguen eludir el pago del tributo, creando empresas “más o menos ficticias”, asegura. Con la bonificación se seguiría incentivando la actividad productiva, “pero se evita el fraude”, sostiene.

Las modificaciones del Impuesto persiguen excluir a la clase media del pago del tributo. Al elevar el mínimo exento, se libra a mucha gente del pago del Impuesto. “Y el dinero que perdemos es muy poco”, argumenta Sartorius. Por ejemplo, en 2007, el último año que se pagó este Impuesto, en torno a un millón de personas contribuyeron por este concepto. En cambio, si se aceptaran las modificaciones, sólo una cuarta parte –unos 250.000 contribuyentes- tendrían que volver a tributar. Estas personas son quienes tienen un patrimonio más abultado, que en aquel año proporcionaron un 70 por ciento del total recaudado, unos 2.000 millones de euros.

Los defensores de la recuperación del Impuesto argumentan que, con lo que se recaudaba anualmente, se podría haber evitado la congelación de las pensiones. “El Gobierno ha reconocido que se equivocó al quitar el Impuesto de Sucesiones”, razona Sartorius.

El vicepresidente de la Fundación Alternativas rechaza además algunas críticas vertidas por quienes se oponen al Impuesto. “Yo no creo que una finca se pueda traer a Madrid”, argumenta. “Además, nadie cambia de residencia” para eludir una cantidad tan pequeña como la que se recaudaba con este impuesto, cuyo tipo máximo alcanzaba el 2,5 por ciento, “nominal”, aclara Martínez, tras recordar las numerosas exenciones y bonificaciones. Hasta su desaparición efectiva, el Impuesto gravaba los patrimonios superiores a 108.000 euros.

“¿Por qué este regalo a las personas con más patrimonio?”, se pregunta Sartorius. “Son argumentos que no se sostienen”, continúa. En su opinión, algunas de las tesis que critican la existencia del impuesto “no son verdad”. “La tesis de que los ricos invierten más cuando se libran de los impuestos no es cierta”, afirma, tras enmarcarla en la corriente “neoliberalista”.

Por su parte, Martínez detecta “un cambio de tendencia” en países muy reacios a subir los impuestos, como el Reino Unido, donde –al igual que en Irlanda- se han subido. Por el momento, en España, para enfrentarse a la crisis, apunta este experto, “lo que se ha buscado es recaudar más”, afirma al referirse a la pasada subida del IVA.

RAZONES PARA RECUPERAR EL IP

El informe avalado por la Fundación Alternativas compara el Impuesto sobre el Patrimonio español con el francés ‘Impuesto sobre la Solidaridad de la Riqueza’. El autor del informe afirma que su trabajo se ha guiado con la principal intención de lograr una mejor distribución de la renta. En esta línea, el autor apuesta por “la solidaridad” en política fiscal y pide “poner en valor en Estado Social”. “La distribución equitativa de la riqueza es uno de los pilares del pensamiento progresista”, concluye.

Martínez asegura que este impuesto es el que ofrece mayor equidad en la carga tributaria. Fomenta la utilización más productiva del patrimonio. Y supone “muy buen” complemento para el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD); es un elemento decisivo para prevenir el fraude. En su opinión, es el impuesto que tiene mayor efecto redistributivo. Sin olvidar el aumento de la recaudación. Un incremento “nada desdeñable”, que cuantifica en 6.000 millones de euros en los últimos tres ejercicios.

Por otro lado, Martínez descarta que el Impuesto sobre el Patrimonio sea un castigo para los ahorradores, como sostienen sus detractores. “No se persigue el ahorro, sino la acumulación de riqueza”, afirma, tras añadir que ahora hay un tratamiento “privilegiado” al ahorro en el IRPF.

Además, el Impuesto obligaría a las personas con patrimonio a ponerlo en funcionamiento, algo “muy importante” en tiempos de crisis. Por otro lado niega que recuperar el Impuesto suponga una pérdida de competitividad para España. Y recuerda que este tributo lo pagan los residentes en España, por lo que lo seguirían pagando aunque se llevaran las cuentas a otro país. Aun así, sentencia, nadie cambia de residencia por una cantidad tan baja.

Piden centrar en las grandes fortunas la vuelta del Impuesto del Patrimonio