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Para Salgado es prioritario mantener los 7.500 empleos que Opel tiene en España

El futuro del fabricante de automóviles en el mundo sigue sumido en la más absoluta incertidumbre después de que una maratoniana reunión celebrada la pasada noche para buscar soluciones terminara sin ningún acuerdo.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 28.5.2009

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, condicionó hoy cualquier ayuda a Opel al mantenimiento de los 7.500 puestos de trabajo que conforman la plantilla de la factoría de Figueruelas (Zaragoza). "Será una cuestión que habrá que ver y siempre condicionada al mantenimiento del empleo", indicó Salgado, en declaraciones a la Cadena Ser, para añadir a continuación que el Gobierno está trabajando para mantener los puestos de trabajo.

La vicepresidenta económica indicó que el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, le ha trasladado que el Gobierno está haciendo "todas las gestiones necesarias para que esta fábrica continúe con su producción y con su empleo". Asimismo, Salgado subrayó que la factoría de Opel en la localidad aragonesa de Figueruelas, que produce los modelos Corsa y Meriva, "es la más competitiva de Opel en todo el mundo".

Por su parte, el secretario general de la sección sindical de UGT en GM, Pedro Bona, explicó que Alemania "ha dejado claro" a los otros países que deben aportar una "cantidad equivalente" a la suya en los próximos tres o cuatro meses, hasta que se decida el socio inversor de la nueva Opel. "Tengo constancia de que el Gobierno español ha estado en continuas consultas con GM y el Gobierno alemán pero no puedo ir más allá", señaló. No obstante, Bona avanzó que el Ejecutivo español "está dispuesto" a aportar para la planta de Figueruelas en la línea del aval de 200 millones de euros concedido por la comunidad de Aragón, si bien esta posibilidad depende de la presentación de un proyecto industrial.

A nivel internacional, el futuro de Opel y la plantilla de la filial de General Motors sigue sumido en la incertidumbre debido a las diferencias entre el Gobierno alemán y sus interlocutores de EEUU en una maratón negociadora que sólo sirvió para descartar como potencial inversor a Ripplewood, mientras Fiat y Magna siguen en liza.

DESACUERDO TRAS OCHO HORAS DE REUNIÓN

Ocho horas largas de discusiones en la cancillería de Angela Merkel, con los jefes de los grupos ofertantes, por un lado, y los representantes de GM y el departamento del Tesoro de EEUU, no fueron suficientes para aclarar el camino a la solución fiduciaria que proponía Berlín. De EEUU llegaron, de pronto, "nuevas cifras por sorpresa", afirmó, visiblemente enojado, el ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, al comparecer a eso de las cuatro y media de la madrugada ante los medios para anunciar una nueva reunión para el viernes.

La central de GM, que el mismo miércoles había abierto la vía a un posible comprador al acceder a la separación total de Opel, tal como exigía Berlín, pide una financiación adicional de 300 millones de euros, a añadir a los 1.500 millones previstos por Berlín. A ello se unieron las conversaciones, igualmente infructuosas, con el enviado del Tesoro, un funcionario sin capacidad real de decisión, cuya gestión en Cancillería se concentraba en consultar telefónicamente con sus superiores en EEUU. Al parecer, el Gobierno estadounidense -que tiene la última palabra en la operación- no ve suficientemente sólido el modelo fiduciario que plantea Berlín, consistente en una solución transitoria a la espera del inversor deseado.

Las cifras por sorpresa, más la falta de acuerdo con EEUU, llevan a "una nueva situación", en palabras de Guttenberg, que obliga a replantearse la viabilidad del modelo fiduciario. "No tenemos suficientes garantías", indicó el ministro, quien compareció acompañado por el titular de Finanzas, el socialdemócrata Peer Steinbrück, tanto o más enojado que su colega conservador por una maratoniana negociación que no arrojó resultados.

La cita en Cancillería se abrió a las 18.00 GMT de ayer y se cerró con las primeras luces de la mañana. Por parte alemana, la representación era de alto rango, ya que junto a los dos ministros y la canciller Angela Merkel asistían los líderes de los cuatro "L�nder" con plantas de Opel. La representación de los inversores potenciales era asimismo del mayor nivel -el consejero delegado de Fiat, Sergio Marchionne, y el fundador de Magna, Frank Stronach-. EEUU, por contra, envió a un funcionario, lo que sumó demoras y más demoras hasta la disolución de la ronda.

Hasta esa reunión, Berlín mantenía abiertas las opciones de los tres principales inversores potenciales, el grupo italiano Fiat, el austríaco canadiense Magna y el estadounidense Rippelwood, a la espera de que concretase sus intenciones un ofertante de último minuto, el grupo chino Beijing Automotive Industry Corp (BAIC). Rippelwood se da por descartado, los chinos no asistían a la cita, por premura de tiempo. El gobierno de Berlín emplazó a todo esto a Magna y Fiat a mejorar hasta la reunión del vienes sus planes -que en ambos casos suponen la destrucción de unos 10.000 puestos de entre los 52.000 trabajadores de Opel en Europa.

La decisión corresponderá a EEUU, pero Berlín juega un papel determinante en la búsqueda de una solución para Opel, en tanto que principal avalista de los créditos que precisará la filial europea de GM para esa transición. Guttenberg se ha pronunciado repetidamente por una "insolvencia ordenada" y ésa es asimismo la fórmula que favorecen algunos expertos, que consideran el Gobierno alemán no debe dejarse "extorsionar" por potenciales inversores ni por EEUU.

La reunión en la Cancillería se había abierto bajo los teóricos buenos auspicios del anuncio de la casa matriz accediendo a separarse totalmente de Opel, pero también las informaciones de una quiebra inminente de GM, hundido en un mar de deudas.

Opel tiene fábricas en Alemania, Suecia, España, Reino Unido, Polonia y Bélgica, con un total de 52.000 empleados, de los cuales 25.000 corresponden a las plantas germanas.

Para Salgado es prioritario mantener los 7.500 empleos que Opel tiene en España