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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 21.09.2009

La canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro de Finanzas, Peer Steinrbrück, reiteraron hoy su propósito de lograr que se impongan regulaciones internacionales más rigurosas a los bancos, en cuanto al porcentaje obligatorio de capital propio.

Tanto Merkel como Steinbrück subrayaron que viajaran con ese propósito a la cumbre del G20 en Pittburgh (EEUU) y que esas reglas son necesarias para evitar que se repita una situación en la que los estados puedan ser prácticamente chantajeados por los grandes bancos.

Se trata, ante todo, de evitar que haya bancos que, por no tener reservas de capital y de liquidez, queden al borde de la quiebra y que el Estado no tenga otro remedio de entrar en su ayuda para evitar que arrastren consigo todo el sistema financiero.

Para el caso de que una quiebra sea inevitable, el Gobierno alemán quiere que los bancos dejen una especie de testamento en el que consignen un plan para su liquidación en la que, antes de que el Estado entrase en acción, los propietarios y los acreedores tendrían que ser llamados a pagar la factura.

"Vamos por buen camino pero la cuestión no está todavía zanjada", dijo Merkel.

La canciller criticó que algunos países están pensando otra vez en un crecimiento rápido y por ello están poco interesados en nuevas regulaciones.

"Tenemos que acostumbrarnos a la idea de que no tendremos tasas de crecimiento exorbitantes porque estas sólo son posibles con un aumento de los riesgos", dijo Merkel.

Steinbrück, por su parte, dijo que nuevas regulaciones sobre el capital de los bancos son necesarias para que estos tengan más disciplina a la hora de evaluar los riesgos.

Además de las reglas sobre el capital bancarios, Steinbrück considera necesarias nuevas normas sobre liquidez y sobre transparencia en los balances.

Además, el ministro expresó su esperanza de que se llegue a un acuerdo sobre limitaciones a las bonificaciones de los directivos bancarios.

Merkel insiste en regulaciones bancarias internacionales más rigurosas