Nuevamente la Unión Europea plantea una nueva vuelta de tuerca económica, que provocará un nuevo empeoramiento de la calidad de vida de millones de españoles y que solo benefician a las clases ricas del país.
¿Qué nos propone la ultraliberal Unión Europea?
Una bajada de cinco puntos en las contribuciones sociales, que los empresarios pagan por los trabajadores. ¿Qué implica esto? El empresario ganara más por el menor coste del trabajador pero el sistema de pensiones se resentirá al disminuir sus ingresos y en consecuencia se volverá a poner en cuestión las pensiones, que tras la última reforma ya se han quedado famélicas.
Para compensar esa bajada de recaudación, proponen un aumento del IVA al consumo, que provocará un encarecimiento generalizado de todos los productos y que pagamos todos indistintamente de nuestros ingresos, añadiendo más crisis y profundizando en la caída del consumo y en consecuencia en un mayor aumento del paro.
Unas vez más, la Unión Europea muestra su rostro más neoliberal y el carácter antisocial de todas las medidas que propone. Los que nos sentimos europeístas y defendemos la Unión Europea como un proyecto de futuro, estas políticas neoliberales y antisociales que propugnan, así como las del Banco Central Europeo nos lleva a cuestionar a la propia Unión Europea, pues se ha convertido en un proyecto antidemocrático y que no defiende los intereses de la generalidad de los europeos pero sí los de la elites. Ya vale de ignominias de la Comisión Europea.
Como vemos, estas medidas inmediatamente son apoyadas por el Partido Popular porque son las que implantarán. Por parte del PSOE se produce un resistencia cosmética pero al final acabarán aplicando y aceptando.
Se argumenta desde el mundo neoliberal europeo, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE…, que el Estado no puede seguir endeudándose por la falta de ingresos, en consecuencia debe de disminuir el estado del bienestar para así ganar competitividad y todos debemos aceptar un empeoramiento de nuestra calidad de vida. Nos dicen que no hay otra alternativa económica y para ello la prensa solo difunden la de ellos anulando las otras alternativas que las hay, pero las callan con el silencio más absoluto de los medios de comunicación que una vez más están al servicio de sus jefes.
El neoliberalismo siempre parte de principios económicos que no son reales ni científicos porque nunca sus propuestas han podido ser demostradas como científicas y cuya única finalidad es favorecer a las elites, que se están enriqueciendo como nunca.
Hay otras alternativas económicas, que son más viables y sobre todo más justas socialmente para solucionar las carencias de medios económicos del Estado y que pasan fundamentalmente por fomentar una fiscalidad nueva.
Según los últimos datos publicado por Eurostat, en 2009, España recaudaba el 31,3% del PIB, mientras que la media europea es del 40,4%. Sirva como ejemplo que Francia recauda el 43,5 %, Alemania el 41,5% o la denostada Italia de Berlusconi el 43,4%.
El gran escándalo fiscal que se da en nuestro país es monumental y sin embargo es silenciado. Los últimos cálculos de la asociación de inspectores de Hacienda sobre la defraudación fiscal es de unos 90.000 millones de euros anuales y la clase social que es señalada por no pagar son los ricos españoles, porque aquí los únicos que pagan los impuestos son los trabajadores. La media de pago de la clase trabajadora española esta por encima de la media europea. Es decir, el problema de las cuentas del Estado español es un problema de que las clases ricas NO PAGAN.
España es uno de los países europeos con un nivel de gravamen más bajo en el IRPF con un máximo del 43% mientras que en Suecia es del 56%, Bélgica un 54% y Holanda un 52%. Respecto al pago sobre las rentas del capital, nuevamente España es de los más bajo, con un 30%, mientras que Francia son del 35% o en Bélgica es un 34%.
Han oído ustedes alguna vez a la Unión Europea decir que España debe subir los impuestos directos para homologarlos con el resto de la media europea sería lo justo. ¿Por qué no hacen este tipo de propuestas y si el de bajar a los ricos y aumentar el IVA?
Porque todos los organismos internacionales y la Unión Europea están llenos de neoliberales y representantes de las clases ricas y elites mundiales, al final el dinero es el que manda. Yo me rebelo.
Se ve perfectamente que nuestro sistema fiscal es duro con los trabajadores y muy laxo y dulce con las cales ricas y elites españolas, siempre muy alejados por debajo de la media europea.
Los ricos españoles sistemáticamente se han visto favorecidos por las políticas fiscales tanto del Partido Popular como por el PSOE. Por si esto ya no fuera suficiente el escándalo todavía es mayor porque ni siquiera cumplen con sus obligaciones fiscales, siendo la misma clase social que nos habla de ESPAÑA, de patria, etc…, aquí su única patria es el dinero.
El gran error de la izquierda es que nunca ha combatido la idea de la derecha que ve el sistema fiscal como un mal. Por eso, frases como las pronunciadas por Zapatero que dijo “que bajar impuestos es política de izquierda” demuestra su catadura moral y pasará a la antología de los disparates, mostrando la verdadera cara neoliberal del PSOE.
Las gentes progresistas debemos reclamar una SUBIDA DE IMPUESTOS, como una medida social imprescindible para una salida más justa de la crisis. Esta subida repercutiría positivamente en las clases sociales bajas porque pagarían menos y además saldrían reforzados los servicios sociales tan imprescindibles para la gente y haría pagar a los ricos lo que es de justicia pues son los que deben aportar el dinero, que ahora no pagan. Veamos:
Los impuestos indirectos, unos deben mantenerse como en el tema de tabacos, licores y productos de lujo. Otros deben bajar su nivel impositivo. Así por ejemplo el IVA de los productos básicos debería bajar dos puntos, con lo cual saldrían beneficiadas las clases pobres.
La gran cuestión está en los impuestos directos y esto pasaría por las siguientes medidas:
• Modificación del IRPF haciéndolo más progresivo su gravamen. Descendiendo un 10% el pago de los sectores con rentas inferiores a los 22.000 euros anuales y llegando al 50% en el gravamen de las clases ricas.
• Recuperación del impuesto de sucesiones ya abolido y que sea redactado de forma que no puedan eludir el pago los ricos como sucedía en la anterior ley.
• Volver al impuesto de Patrimonio para las grandes fortunas. Un mayor gravamen a las SICAV pues el actual es un escándalo.
• Un aumento de cuatro puntos en el pago impositivo de las rentas del capital.
• Un nuevo impuesto a las empresas eléctricas por el uso del agua pública para su beneficio privado, impuesto este ya existente en otros países y que supondrían unos 1.200 millones de euros anuales.
• Un impuesto a las centrales nucleares que alarguen su vida útil. Supondría unos 800 millones de euros anuales, que fue el mismo que impuso la canciller Merkel en Alemania.
• Lucha sin tregua y efectiva no cara a la galería de la economía sumergida que supone anualmente una defraudación de 30.000 millones de euros anuales.
• Presentación en todos los organismos internacionales la propuesta para que desaparezcan los paraísos fiscales, refugio de los ricos españoles.
• Plan concreto sobre la lucha contra la defraudación fiscal de las clases ricas para eliminar esos 90.000 millones de euros anuales, que no se cobran, provocando una gran injusticia social.
• Exigir a nivel internacional la aplicación de la TASA TOBIN a las actividades financieras.
Como vemos, estas medias si son populares y de justicia social, porque significarían un alivio económico a las clases trabajadoras y que las clases más ricas del país pagaran lo que deben a la sociedad española.
Esto si sería una consolidación fiscal, con lo cual no habría problema de deuda pública sino que aseguraríamos nuestro sistema del bienestar social e incluso habría una mejora ostensible del mismo.
Los progresistas debemos defender siempre una fiscalidad basada en la progresividad impositiva directa y que se luche contra la defraudación.
La izquierda debe de luchar contra la falacia fiscal de la derecha y decir a los trabajadores que el sistema aquí planteado defiende sus intereses, además que es de justicia social.