nuevatribuna.es
3 de agosto de 2009, 15:27
NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 03.08.2009
Caja Madrid lleva dos meses sondeando la posible fusión con Caja de Ahorros del Mediterráneo y con Caixa Galicia según han confirmado fuentes de toda solvencia a nuevatribuna.es. El proceso no será fácil pero responde a la necesaria reestructuración del sistema de cajas de ahorro españolas por su actual dispersión y por la dificultad de algunas entidades de superar los escollos provocados por la crisis financiera.
La operación se está diseñando en paralelo al proceso de renovación de los órganos directivos de la caja paralizado por las refriegas políticas y por los continuos cambios legislativos que se prevé pueda echar a andar en septiembre tras el último acuerdo de palabra alcanzado entre PP, PSOE y los dos sindicatos mayoritarios.
El factor político puede ser determinante a la hora de cerrar una fusión. Para algunas fuentes consultadas la estrategia del actual presidente de la caja, Miguel Blesa, es apostar por una operación “rápida” que dejaría el proceso electoral paralizado asegurándole la permanencia al frente de la entidad. Ni el PP de Esperanza Aguirre ni el PSM dirigido por Tomás Gómez contemplan esta opción, de ahí las prisas por renovar los cargos y nombrar a otro presidente que no sea Blesa.
La fusión con estas dos cajas obligaría a un cambio en los estatutos y a configurar nuevos órganos de gobierno virtud a la entrada de nuevos impositores, quitando al parlamento regional madrileño la tutela exclusiva que ahora ostenta y cambiando así las reglas del juego.
Desde los sindicatos se alerta de que una operación de este calibre no puede hacerse solo para que algunos mantengan el poder y apuestan por un acuerdo de futuro que dé estabilidad a al caja. “Lo fundamental –según fuentes sindicales- es que las fusiones se hagan con criterios de asentar el modelo de cajas de ahorro españolas y no que estén sujetas al juego político”.
El proceso de fusiones que ya empieza a vislumbrarse cuenta con el apoyo del Gobierno central, del Banco de España y del PP nacional mientras en la esfera local (gobierno de Esperanza Aguirre y socialistas madrileños) se intentará a partir de septiembre poner sobre el papel el pacto de palabra alcanzado en la última reunión a la que también acudieron UGT y CCOO. No obstante, y pese a la voluntad expresada por todos los protagonistas, el acuerdo de parte alcanzado por la presidenta, IU y Confía (la rama de banca de Comisiones Obreras) sigue en el aire, sin que por el momento nadie haya roto la baraja.
Caja Madrid lleva dos meses sondeando la posible fusión con Caja de Ahorros del Mediterráneo y con Caixa Galicia según han confirmado fuentes de toda solvencia a nuevatribuna.es. El proceso no será fácil pero responde a la necesaria reestructuración del sistema de cajas de ahorro españolas por su actual dispersión y por la dificultad de algunas entidades de superar los escollos provocados por la crisis financiera.
La operación se está diseñando en paralelo al proceso de renovación de los órganos directivos de la caja paralizado por las refriegas políticas y por los continuos cambios legislativos que se prevé pueda echar a andar en septiembre tras el último acuerdo de palabra alcanzado entre PP, PSOE y los dos sindicatos mayoritarios.
El factor político puede ser determinante a la hora de cerrar una fusión. Para algunas fuentes consultadas la estrategia del actual presidente de la caja, Miguel Blesa, es apostar por una operación “rápida” que dejaría el proceso electoral paralizado asegurándole la permanencia al frente de la entidad. Ni el PP de Esperanza Aguirre ni el PSM dirigido por Tomás Gómez contemplan esta opción, de ahí las prisas por renovar los cargos y nombrar a otro presidente que no sea Blesa.
La fusión con estas dos cajas obligaría a un cambio en los estatutos y a configurar nuevos órganos de gobierno virtud a la entrada de nuevos impositores, quitando al parlamento regional madrileño la tutela exclusiva que ahora ostenta y cambiando así las reglas del juego.
Desde los sindicatos se alerta de que una operación de este calibre no puede hacerse solo para que algunos mantengan el poder y apuestan por un acuerdo de futuro que dé estabilidad a al caja. “Lo fundamental –según fuentes sindicales- es que las fusiones se hagan con criterios de asentar el modelo de cajas de ahorro españolas y no que estén sujetas al juego político”.
El proceso de fusiones que ya empieza a vislumbrarse cuenta con el apoyo del Gobierno central, del Banco de España y del PP nacional mientras en la esfera local (gobierno de Esperanza Aguirre y socialistas madrileños) se intentará a partir de septiembre poner sobre el papel el pacto de palabra alcanzado en la última reunión a la que también acudieron UGT y CCOO. No obstante, y pese a la voluntad expresada por todos los protagonistas, el acuerdo de parte alcanzado por la presidenta, IU y Confía (la rama de banca de Comisiones Obreras) sigue en el aire, sin que por el momento nadie haya roto la baraja.