viernes. 29.03.2024
AGENCIAS - 22.3.2009

La presidenta de la Comunidad necesitaría un acuerdo con el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y los socialistas para sacar adelante la reforma, pues la aprobación de ambos textos requieren el voto de dos tercios de los 320 vocales. Y es que el reparto de fuerzas deja en evidencia lo obstinado de las cifras, pues los miembros designados por el Partido Popular, tanto por parte del Ayuntamiento como de la Comunidad, suman 120 y los del PSOE 70. Una aprobación que es, por tanto, a todas luces muy complicada en la situación actual, por lo que, diferentes fuentes políticas sitúan la pelota en el tejado del presidente del PP, Mariano Rajoy, quien tras designar a Cristóbal Montoro como negociador, no ha conseguido todavía poner orden en sus filas para lograr la cohesión del PP que resuelva el futuro de la entidad.

El delegado de Economía y Hacienda, Juan Bravo, consideró "muy difícil" que la Asamblea apruebe la reforma puesto que para ello se requiere el voto de dos terceras partes de los vocales y recordó que esta regla, que afecta también a la elección de presidente, se impuso precisamente para que las decisiones se tomaran en la entidad por el "máximo consenso".

Bravo recordó que los consejeros generales, conforme a la Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros, tienen que obrar a título propio y bajo su responsabilidad personal, independientemente de por qué instituciones hayan sido nombrados.

El caso del PSOE también queda por definir pues, hasta ahora, se había posicionado a favor de la ley vigente, en la práctica, del bando de los "aguirristas", pero todavía podría producirse un vuelco hacia el lado de la abstención. Esta posición sería coherente con la mantenida hasta ahora, y además, favorecería el fiasco de la votación, y por ende, una batalla perdida para Esperanza Aguirre.

Las últimas declaraciones del secretario general del PSM, Tomás Gómez, al respecto subrayan, precisamente, que no está en su voluntad votar en contra de los Estatutos, pero que tiene bien presente que todos los problemas por los que atraviesa la caja se deben a la "guerra interna" dentro del Partido Popular. "A Caja Madrid la ha metido en este lío judicial el PP, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, por sus miserias internas, sus guerras internas y sus ambiciones personales y por la consecución de sus objetivos personales", afirmó.

Mientras, el sindicato CC.OO. es de los que considera que los Estatutos no saldrán adelante porque no recibirán el respaldo de los dos tercios de los vocales. "Si nada cambia evidentemente los Estatutos no van a salir aprobados porque no creo que se alcancen los dos tercios", explicó el portavoz de CC.OO. en la entidad, Jaime Cedrún.

Y DESPUÉS, ¿QUÉ?

En el caso de que la Asamblea rechace el texto, el consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta, tiene 31 días naturales de plazo para dictar la Orden de aprobación de los nuevos Estatutos, independientemente de la opinión de los consejeros generales, por lo que tiene en la práctica la última palabra.

No obstante, en el caso de que la Asamblea "tumbe" los Estatutos podría ser utilizado por parte de la Consejería como una excusa loable para modificar si no la Ley, sí los Estatutos y el Reglamento, y buscar acomodo a las partes más reticentes. "Podría ser el caso de Comisiones Obreras, aunque el Ayuntamiento nunca conseguirá todo lo que pide", respecto a reducir el impacto del recorte que imprime la nueva ley en su representación, señalan fuentes aguirristas. Sin embargo, todo ello deberá derivar de un acuerdo político entre populares que, por el momento, no parece inminente.

La Asamblea General de Caja Madrid votará los nuevos estatutos