jueves. 25.04.2024

Gritos de "huelga general" revientan el mitin de Toxo y Méndez en el Primero de Mayo

LUIS MARTÍNEZ
Cerca de 60.000 personas recorrieron hoy la distancia que separa la Plaza de Neptuno de la Puerta del Sol, con motivo del Día Internacional del Trabajo. Los líderes sindicales advirtieron al Gobierno de un conflicto laboral "de alcance" si éste decide recortar las prestaciones sociales. Incidentes en Grecia, al término de la manifestación.
NUEVATRIBUNA.ES- 01.05.2010

Mal día para las tesis posibilistas. Grupos antisistema lograron reventar el discurso de los lídres sindicales al término de la manifestación por el Primero de Mayo, celebrada hoy en Madrid. Jóvenes antisistema, llamando a la huelga general, interrumpieron constantemente las intervenciones de los líderes de Comisiones Obreras y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que, encaramados al estrado, apenas lograron conectar con la audiencia que les escuchaba al término de la manifestación por las calles de Madrid. Mientras, en Grecia, los recortes sociales anunciados por el Gobierno de Papandreu encendieron los ánimos en una manifestación que termino disuelta por la policía en las calles de Atenas.

Cerca de 60.000 personas -según los organizadores- recorrieron hoy la distancia que separa la Plaza de Neptuno de la Puerta del Sol, con motivo del Día Internacional del Trabajo. En Barcelona, también según la organización, 50.000 personas y, en Valencia, 25.000 asistentes, así como "decenas de miles" en el resto del Estado, acudieron a la llamada sindical a una cita marcada por el vertiginoso aumento del paro, tras dos años de crisis económica.

La manfiestación partió en Madrid de Neptuno y reunión a manifestantes de tendencias diversas, que portaban banderas republicanas, ecuatorianas y bolivianas, junto a los rojos emblemas sindicales y algunas banderas comunistas con la hoz y el martillo.

Los manifestantes portaban pancartas contra los "contratos basura", a favor de la "escuela laica" y hasta un recuerdo a las víctimas en Colombia, donde, según rezaba la pancarta, 900 sindicalistas han muerto en la última década por defender los derechos de los trabajadores.

Un joven grupo de percusionistas animó la marcha, mientras los manfestantes mostraban lemas como "Fuera sueldazos y ayuda a los parados" y "Ni doble jornada, ni la cola del INEM".

La crisis económica y el temor al despido se mezclaron además con otros temas, como la "manipulación" en Telemadrid, según rezaba otra pancarta, sostenida por Juan Carlos Arrieta, responsbale sindical en la televisión pública madrileña. "Esta pancarta nos lleva sirviendo seis años", afirmó tras cargar contra la presidenta 'popular' madrileña Esperanza Aguirre.

"Un bote, dos botes, 'pepero' el que no bote", cantaban, ya frente al Banco de España, algunos jóvenes socialistas de la agrupació madrileña, tras la pancarta: "Para más empleo joven de calidad, compromiso y responsabilidad".

Junto a ellos, Francisco Ariza, pensionista, encara la calle de Alcalá, apoyado en su bastón. En su brazo luce un tatuaje de Camarón de la Isla. A Francisco, la política de Zapatero le parecen "parches", afirma. Por eso, el presidente del Gobierno "lo tiene difícil" para volver a ganar las próximas elecciones. A los sindicatos, les recomienda ser "duros" en la negociación por la reforma laboral. Tras sus gafas azules, advierte contra la pérdida de derechos que puede llegar tras la reforma que ocupa al Gobierno, los sindicatos y la patronal. Que vigilen el "contenido" de la reforma, insiste. "Los obreros siempre salimos perdiendo", concluye antes de despedirse, en dirección a Sol.

Fumadores por la Tolerancia recogiendo firmas, publicitadores de misteriosos documentales sobre el 11-M ("911 días después") que alertan contra conspiraciones universales, en favor de Bush, se entrecruzan en el camino de Teresa y José, llegando a Sol. Él, calzando zapatillas deportivas, a sus 82 años. "¿Tú has leído a Marx?", me pregunta. "Algo he leído", me escapo. Le acompaña Teresa, su mujer, supongo, 76 años, a quien no le importa dar su nombre de pila. No así a José, que se resiste a identificarse al principio de la conversación.

Según José, al "capital" le interesa que en "la fuerza del trabajo" a la que aludiera Marx haya una "legión de parados". Respecto al Gobierno, su política es "fatal en lo social". Y, apunta Teresa, en lo económico, peor, "de canallesca", precisa. Ellos no están aquí por sus pensiones, que creen "garantizadas". "Es por el futuro", aclara Teresa, siempre más locuaz, ante la mirada preocupada de José. Llegamos Sol y, con pasos muy cuidadosos, desaparecen entre la multitud.

Sol congrega, no una multitud, sino muchos huecos. Mimos que se dejan fotografiar con banderas rojas y un puesto donde "El militante.net" vende, junto al Manifiesto Comunista de Carlos Marx, unas camisetas de Supermán, donde la hoz y el martillo han sustituído a la S del superhéroe, en el triángulo con fondo amarillo.

La manifestación llena aún la calle Alcalá cuando, en Sol, con muchas calvas todavía, el líder de UGT Madrid, José Ricardo Martínez y el de Comisiones Obreras, Javier López, consiguen levantar los primeros aplausos. "El partido de los tertulianos no puede gobernar este país", brama López que, con verbo incendiario, advierte agorero que "pasarán años" hasta que vuelva a crearse empleo en el país.

Los manifestantes continúan afluyendo a la Puerta del Sol. Entre ellos, miembros de grupos radicales comienzan a lanzar gritos favorables a la huelga general. El guirigay logra despistar a Cándido Méndez, experto orador, que, sin embargo, no logra conectar con el público bajo el sol de mayo en Madrid.

Las explicaciones de Mández sobre los nuevos actores económicos chocan con nuevos gritos favorables a la huelga. Los extremos se tocan. Y la idea de que una huelga es pertinente en el momento actual -sostenida por algunos grupos de la derecha- también cala en los grupos de la llamada izquierda anticapitalista, que poco a poco va tomando la plaza.

Méndez recurre al fútbol. Pero nada. Su explicación de que este partido -el económico-, al igual que los Mundiales de fútbol, es algo que siempre gana Alemania apenas logra encender los ánimos.

Los grupos favorables a la huelga han ido tomando los puestos más próximos al estrado. Toxo, Méndez y el resto de sindicalistas parecen arrinconados, con "La Mallorquina" y las bocacalles de Mayor y Arenal de fondo. Con valentía, Méndez no se arredra y recuerda el valor del pacto entre patrones y obreros por la negociación colectiva, firmado hace unos meses.

"Las organizaciones empresariales y sindicales sí hemos hecho algo por este país", viene a decir el líder de UGT. Todo demasiado abstracto, como la solidaridad reclamada con Chile y Haiti, como para calar entre los pocos manifestantes que se han quedado a escuchar a los líderes sindicales.

Tras amenazar con "un conflicto laboral de alcance" al Gobierno si éste recorta las prestaciones sociales, Méndez critica el papel de Zapatero y su "profundo error" al proponer un retraso en la edad de la jubilación, "atenazado", según él, por el "pánico" a los mercados financieros.

"Huelga, huelga", claman los mismos, aunque ahora más agrupados frente al estrado. Llega el turno de Ignacio Fernández Toxo, que rompe a hablar deprisa para ahogar los gritos del sector anticapitalista. Méndez sólo ha llegado a levantar aplausos al reivindicar la "memoria contra el franquismo", cuando reclamó "cerrar de una vez la Transición". "Un deber de España. Un deber de amor de España para sus hijos e hijas", clama. También carga contra el PP, "poco patriota", afirma, por su falta de colaboración contra la crisis.

"Vivimos una crisis ética y moral", retoma Toxo. Pero, a estas alturas, cuando los anticapitalistas ya no callan en sus gritos por la huelga general, el discurso es doble. Uno, razonado, repasa la actualidad económica y sindical. El otro, tan sólo pide y repite "huelga general".

"Estamos a disposición de la clase trabajadora", reivindica Toxo. Algunos manifestantes hacen con las manos el gesto de bla, bla, bla. "Viva el Primero de Mayo", concluye Toxo. Y un megáfono desvencijado, sostenido entre las filas de la izquierda anticapitalista, desafina al entonar "Agrupémonos todos en la lucha final... ".

Gritos de "huelga general" revientan el mitin de Toxo y Méndez en el Primero de Mayo