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NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 28.07.2009

A Esperanza Aguirre le ha salido caro marear tanto la perdiz en Caja Madrid. Más que nada porque ha terminado volviendo al punto de partida después de meses de enfrentamientos, rifirrafes y malabares legislativos que le han obligado a reformar la ley de cajas aprobada en diciembre pasado y que destapó la caja de los truenos.

La presidenta madrileña selló este martes un ‘pacto de caballeros’ con el líder socialista Tomás Gómez y los responsables sindicales de UGT y CCOO de Madrid. El encuentro, celebrado en la sede del Ejecutivo regional, acabó con acuerdo, de palabra sí, pero al fin y al cabo acuerdo para retomar en septiembre el proceso electoral en la entidad financiera.

Dos fueron las condiciones que Gómez llevó a la reunión. Por un lado, el compromiso del PP de cambiar la política financiera de la caja -“menos operaciones en Florida, en México, menos compras de Iberias”, señalan fuentes del PSM-; y por otro, el “compromiso verbal” de que todos los grupos representantes de los madrileños tendrán su adecuada representación en la caja.

En la reunión no se habló de nombres pero sí de acordar entre todas las partes la futura “lista de integración”. Las mismas fuentes señalan que el candidato idóneo del PSOE para presidir la entidad será aquel que tenga un perfil “técnicamente solvente”. Con el acuerdo, Miguel Blesa queda definitivamente fuera de juego, al tiempo que Aguirre da su palabra de que los socialistas tendrán una vicepresidencia y presencia en la Comisión Ejecutiva.

Los socialistas interpretan el giro dado por Aguirre como de “sentido común”, ya que hubiera sido una “hecatombe” que el PSOE y sindicatos se hubieran quedado fuera, dicen. Respecto al pacto alcanzado con IU y Confía, todo apunta a que quede en papel mojado. Los hay quienes también creen que la presidenta se ha visto obligada a replegarse por la propia situación del sistema financiero y el horizonte de fusiones que se están poniendo sobre la mesa, como la posibilidad de que Caja Madrid absorba a Caja Guadalajara o Caja Castilla-La Mancha.

La posibilidad la dejó caer Blesa en un intento –denuncian los socialistas- por salvar su propia cabeza.

Desde el PSOE también se culpa del culebrón que se ha vivido en los últimos meses en la entidad a los “tejemanejes” de dirigentes como el vicepresidente Ignacio González y los consejeros Francisco Granados y Antonio Beteta, por su “ambiciones personales”.

En cualquier caso la vía queda libre para, en septiembre, concluir el proceso de renovación de cargos donde el PP sigue teniendo la prerrogativa (así lo acepta el PSOE) de proponer al futuro presidente en sustitución de Blesa.

El PSOE quiere una persona "técnicamente solvente" al frente de Caja Madrid