nuevatribuna.es
7 de enero de 2010, 12:40
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 7.1.2010
Los sindicatos mayoritarios consideran que el convenio para el período 2009-2012 y que afecta a 300.000 trabajadores resulta "lesivo" para sus derechos e intereses. En concreto, temen que las empresas puedan ampararse en ese convenio para recortar plantillas amparados en el descenso de la facturación, continuando así la sangría que en 2009 se llevó por delante 80.000 empleos en el sector de los grandes almacenes y 180.000 en el conjunto del comercio.
La Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CC.OO. critica que los 14 apartados del convenio que ha impugnado suponen "la pérdida de garantías en el empleo fijo, estable y con derechos; la pérdida de poder adquisitivo; la pérdida de garantías salariales en periodos de enfermedad, y la desregulación de turnos y horarios". En síntesis, considera que esos apartados incumplen artículos del Estatuto de los Trabajadores, la Ley Orgánica de Libertad Sindical y la Constitución Española, al generar "discriminaciones entre los trabajadores del sector".
UGT coincide en que el convenio recoge modelos de contratación que "rebajan las condiciones mínimas" del Estatuto de Trabajadores y, entre otras cuestiones, considera que discrimina al personal de caja --integrado sobre todo por mujeres-- al excluirlo del calendario laboral anual. Además, censura la "injusta situación creada en la relación con la patronal debido a la firma de este convenio regresivo negociado con los sindicatos afines". Anged representa a 16 grandes empresas de distribución, como El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Cortefiel, Eroski e Ikea, entre otras.
Para las organizaciones firmantes, Fasga y Fetico, el convenio apuesta por el mantenimiento del empleo fijo y liga la evolución salarial en los próximos años a la del consumo, en un contexto de crisis económica. Pero, CCOO y UGT objetan que amparándose en el artículo 32 del nuevo convenio las empresas tienen la posibilidad de modificar los horarios a sus empleados en función de las ventas. Esto significa que si, por ejemplo, a un empleado le cambian su contrato inicial de 40 horas a otro de 20 o a turno de fin de semana, cabe la posibilidad de que opte por irse. Además, las empresas, acogiéndose a la disposición transitoria cuarta del nuevo convenio han rescindido todos los contratos a los eventuales y se ha abierto la puerta a que su plaza se cubra con personal fijo. De esta manera, a los fijos se les obliga a hacer jornadas de hasta diez horas para suplir las vacantes que no se cubren.
Los sindicatos mayoritarios afirman, incluso, que los representantes de Fasga y Fetico son puestos por las direcciones de las propias empresas, que ahora justifican los ajustes de personal por el cumplimiento de una sentencia del Tribunal Supremo que les obliga a respetar el descanso semanal de sus empleados. Una sentencia la que nuncia habían hecho ningún caso, pero que ahora les viene muy bien para proceder a la desregularización horaria, con sus consiguientes despidos.
Los sindicatos mayoritarios consideran que el convenio para el período 2009-2012 y que afecta a 300.000 trabajadores resulta "lesivo" para sus derechos e intereses. En concreto, temen que las empresas puedan ampararse en ese convenio para recortar plantillas amparados en el descenso de la facturación, continuando así la sangría que en 2009 se llevó por delante 80.000 empleos en el sector de los grandes almacenes y 180.000 en el conjunto del comercio.
La Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CC.OO. critica que los 14 apartados del convenio que ha impugnado suponen "la pérdida de garantías en el empleo fijo, estable y con derechos; la pérdida de poder adquisitivo; la pérdida de garantías salariales en periodos de enfermedad, y la desregulación de turnos y horarios". En síntesis, considera que esos apartados incumplen artículos del Estatuto de los Trabajadores, la Ley Orgánica de Libertad Sindical y la Constitución Española, al generar "discriminaciones entre los trabajadores del sector".
UGT coincide en que el convenio recoge modelos de contratación que "rebajan las condiciones mínimas" del Estatuto de Trabajadores y, entre otras cuestiones, considera que discrimina al personal de caja --integrado sobre todo por mujeres-- al excluirlo del calendario laboral anual. Además, censura la "injusta situación creada en la relación con la patronal debido a la firma de este convenio regresivo negociado con los sindicatos afines". Anged representa a 16 grandes empresas de distribución, como El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Cortefiel, Eroski e Ikea, entre otras.
Para las organizaciones firmantes, Fasga y Fetico, el convenio apuesta por el mantenimiento del empleo fijo y liga la evolución salarial en los próximos años a la del consumo, en un contexto de crisis económica. Pero, CCOO y UGT objetan que amparándose en el artículo 32 del nuevo convenio las empresas tienen la posibilidad de modificar los horarios a sus empleados en función de las ventas. Esto significa que si, por ejemplo, a un empleado le cambian su contrato inicial de 40 horas a otro de 20 o a turno de fin de semana, cabe la posibilidad de que opte por irse. Además, las empresas, acogiéndose a la disposición transitoria cuarta del nuevo convenio han rescindido todos los contratos a los eventuales y se ha abierto la puerta a que su plaza se cubra con personal fijo. De esta manera, a los fijos se les obliga a hacer jornadas de hasta diez horas para suplir las vacantes que no se cubren.
Los sindicatos mayoritarios afirman, incluso, que los representantes de Fasga y Fetico son puestos por las direcciones de las propias empresas, que ahora justifican los ajustes de personal por el cumplimiento de una sentencia del Tribunal Supremo que les obliga a respetar el descanso semanal de sus empleados. Una sentencia la que nuncia habían hecho ningún caso, pero que ahora les viene muy bien para proceder a la desregularización horaria, con sus consiguientes despidos.
