viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 28.1.2010

El resultado ha sido de 303 votos a favor de los 325 válidos. Los restantes 22 han sido votos en blanco.

Los elegidos formarán parte del Consejo de Administración que, a continuación, nombrará a Rodrigo Rato presidente de la entidad en sustitución de Miguel Blesa, que abandona el cargo después de 12 años. El todavía presidente se ha despedido recordando el cambio protagonizado por la institución financiera durante su mandato, en el que la institución financiera casi sextuplicó su tamaño. Este crecimiento se concreta en las cifras que reflejan que la caja ha crecido de forma exponencial al pasar de un volumen de activos próximo a los 33.000 millones de euros en 1996, cuando Blesa llegó a la presidencia, a superar los 190.000 millones al cierre de 2009.

Pero no todo han sido parabienes. Blesa también ha puesto una nota amarga al referirse a sus desavenencias con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y lamentar que en su marcha haya sido demasiado ruidosa: "El camino no ha sido el más adecuado, porque ha habido más ruido que el deseable". (...) "Se podría haber tomado otro camino, pero alguien no quiso que así fuera".

Estas palabras han sido el colofón al proceso electoral más largo y polémico vivido en la cuarta entidad financiera de España para renovar sus órganos de gobierno, un proceso en el que las arduas negociaciones en las que han participado los partidos y los agentes sociales, tanto empresariales como sindicales, han degenerado con demasiada frecuencia en lo que José Blanco llamó "un producto del género 'gore', un episodio de casquería política que, efectivamente, produce vómito. Pero produce mucha más preocupación". Blanco aludía en su blog a las declaraciones del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, contra la presidenta regional, Esperanza Aguirre, por intentar imponer a su vicepresidente, Ignacio González al frente de la entidad. Este episodio dió lugar a uno de los más graves enfrentamientos que se han producido entre la Comunidad y el Ayuntamiento, abriendo una nueva crisis en el PP en pleno escándalo por el caso Gürtel. Finalmente, Aguirre perdió el pulso pero acaba de llevarse el premio de consolación con la suspensión de militancia durante un año impuesta a Cobo.

Este jueves, se ha podido ver desfilar, al término de la Asamblea General, a los protagonistas del vodevil: el nuevo presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid y antiguo aspirante a la presidencia de la caja, Ignacio González; el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, y el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo.

Mientras, una docena de activistas de la Asamblea Social de Madrid se concentraban frente a la sede de la caja, disfrazados de reclusos, para denunciar que "el capitalismo les tiene presos".

LOS DESAFÍOS DE RODRIGO RATO

Una vez elegido, Rato hereda la segunda caja del país por activos (detrás de La Caixa) que en 2009 presentó un beneficio anual de 265,8 millones de euros, con una caída del 68,4%, a causa de un fuerte incremento de sus provisiones extraordinarias.

A nadie le pasa desapercibido que una figura con tanto calado no llega a la entidad sólo para seguir pilotándola. En una situación en la que casi se habla más de la reordenación de las cajas que de la del sistema financiero, Caja Madrid también entra en el 'baile' de las fusiones entre estas entidades. Fuentes financieras próximas al PP hablan con insistencia de la posibilidad de crear una gran caja popular, que agruparía a Caja Madrid, Caja Mediterráneo, Caixanova y Caixa Galicia, con lo que la superentidad resultante del proceso se situaría por delante de La Caixa de Catalunya, con unos activos de más de 300.000 millones.

Pero, de momento, lo que más se valora de la figura del nuevo presidente es su gran experiencia y la esperanza de que ocupe el cargo por un "largo período de tiempo", dotando a la entidad de la estabilidad que tanto necesita tras las convulsiones del último año.

Blesa se despide y empieza la 'era Rato'