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AGENCIAS / LUIS MARTÍNEZ | 23.02.2009

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, pidió hoy a los países del G-20 que pasen de "las palabras a los hechos, de las intenciones a las decisiones y de los análisis a los instrumentos" en la próxima reunión del 2 de abril, en Londres, para alcanzar una salida a la crisis.

Un día después de la cumbre europea en Berlín para preparar la posición europea ante dicha reunión, Almunia aprovechó su intervención en la V Conferencia Internacional de ABC "Europa y América ante los cambios" para asegurar que el G-20 tiene en esa fecha un "desafío clave".

Según dijo, "si la cumbre es un éxito, esa formación va a ser la plataforma que impulse, anime y lidere la agenda de instituciones internacionales, pero existe el riesgo de que no sea un éxito y, si es así, nos vamos a encontrar en un momento muy duro de la crisis con la incertidumbre sobre quién está al mando, quién está en el puesto del conductor". En tono tranquilizador, Almunia añadió que "hay trabajo avanzado" para que la cumbre llegue a buen puerto.

RIESGO DE EXCESO DE REGULACIÓN.

Así, Almunia animó a tomar "decisiones imprescindibles" sobre la regulación del sistema financiero, porque "no hay otra alternativa", aunque advirtió nuevamente del riesgo de incurrir en un "exceso de regulación".

"Hay que regular mejor las agencias de "rating", los criterios contables que han impulsado el "boom" financiero, los sistemas de remuneración, algunos son éticamente inaceptables, y el modo en que las instituciones financieras tratan con estos temas", planteó.

Más concretamente, Almunia indicó la necesidad de contar con una institución o mecanismo único a escala global para vigilar los mercados, y dirigió su mirada al Fondo Monetario Internacional (FMI). "Hay que modificar el esquema de toma de decisiones del FMI para encontrar ahí la institución que sea capaz de poner en marcha las regulaciones", aseguró, antes de añadir que en esta "reinvención", Europa tiene "un papel clave".

TENSIONES POLÍTICAS A LA VISTA.

Por otro lado, Almunia indicó que ésta "no es sólo una crisis económica, ni financiera, ya que hay tensiones sociales". Además, auguró que "también va a tener consecuencias políticas", con especial dramatismo en los países emergentes, ya que sus instituciones no son tan sólidas.

Almunia avisó además de que el sistema financiero será en el futuro "más regulado, menos apalancado" e "impulsará menos la actividad económica global". "La potencia de su motor será menor, lo que es una garantía de que no se saldrá por una curva del camino", ilustró.

"La economía real tiene algunas palancas claras de crecimiento, como todo lo que tiene que ver con el cambio climático", apostilló.

Solbes dice que la cumbre de Londres será un punto de "inflexión"
Por su parte, el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, afirmó que si la cumbre del G-20 del próximo 2 de abril es un "éxito", las perspectivas mejorarán y se podría hablar de un "momento de inflexión" a partir de cual se empiece a ver el final de la crisis actual.

"Si en Londres somos capaces de llegar a conclusiones válidas para el G-20 y toda la economía global, creo que podemos empezar a ser algo más optimistas respecto a cuándo encontrar el final de esta crisis y cómo volver a una situación de mayor normalidad", señaló Solbes en una conferencia organizada por ABC.

El vicepresidente insistió en la necesidad de alcanzar un compromiso político a nivel global para que las medidas económicas no creen "distorsiones" en la competencia y para evitar caer en tendencias proteccionistas "que solo dificultarán y alargarán la superación de la crisis".

Sobre las conclusiones de ayer en la cumbre europea de Berlín, preparatoria de la cita de Londres, Solbes señaló que existe la idea que el Fondo Monetario Internacional (FMI) gane un papel de mayor protagonismo, para lo que consideró necesario dotarle de más recursos y potenciar su vertiente supervisora.

En cuanto a la idea de crear un supervisor único, el vicepresidente económico del Gobierno indicó que es una opción "atractiva", aunque actualmente es un paso que está "muy lejos". Asimismo, destacó que a nivel europeo se aboga por supervisar "todas" las entidades, actividades y productos y, sobre todo, "acabar con los paraísos fiscales".

ESPAÑA LLEVA VENTAJA.

Por otro lado, Solbes insistió en que España parte de una situación mejor que otros países gracias a la solvencia del sistema financiero, la sostenibilidad de las cuentas públicas y el reducido nivel de deuda pública que, además, en ningún caso, "ni siquiera en éste", deberá superar el 60% del PIB.

En este punto, hizo referencia al expediente por exceso de déficit abierto por la UE a España e indicó que no debe verse "como una sanción", sino como "una oportunidad y una palanca para ir en la buena dirección".

En cualquier caso, Solbes indicó que el año 2009 será "muy difícil", ya que será cuando la crisis alcance su máxima intensidad. Así, tras la una "caída fuerte" del PIB durante este año, se dará una "gradual reactivación" de la economía durante 2010, de modo que el año 2011 la economía ya debería crecer con "razonable vigor".

Almunia pide al G-20 que pase "de las palabras a los hechos"