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NUEVATRIBUNA.ES - 29.10.2009

La llegada de 2010 puede marcar un punto de inflexión en el precio de la vivienda en España. Si hasta ahora los bancos se han resistido a bajar los precios de los pisos que terminaron en su poder por el repunte de la morosidad, la llegada del nuevo año podría forzarles a admitir una rebaja generalizada de los precios de los más de 110.000 pisos que anidan en sus balances.

La llave que podría abrir la puerta de una vivienda a los miles de familias que esperan una rebaja de precios tiene la forma abstracta de la contabilidad. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha decidido endurecer el sistema que obliga a las entidades a acumular fondos –en forma de provisiones- por cada piso fallido. Previsiblemente a partir de enero, esta reserva obligatoria de fondos pasará al 20 por ciento del valor de tasación del piso en cuestión, desde el 10 por ciento actual.

El cambio contable supondrá un impulso para la banca saque al mercado hasta 110.000 casas -quizás con rebajas del 30 por ciento- que actualmente cogen polvo mientras llega la recuperación económica. "Vamos a mantener los activos inmobiliarios, no a malvenderlos”, reconoció en julio el director general del Banco Popular, Jacobo González-Robatto. “No tenemos ninguna intención de venderlos a precios por debajo de los de mercado porque podemos aguantar sin problemas", admitió.

La resistencia de la banca a vender esas viviendas podría acabar a principios de año, según apuntan fuentes del sector. La exigencia de provisionar un 20 por ciento del valor de tasación del inmueble –cuando cumpla un año en el balance del banco- supone un incentivo claro para que las entidades saquen al mercado esos inmuebles, aunque tengan que bajar los precios, señalan los expertos.

PÉRDIDAS POR 90.000 MILLONES DE EUROS

El sector financiero acabará colocando las viviendas y otros activos inmobiliarios en el mercado con descuentos en torno al 30 por ciento, lo que supondrá que las entidades tendrán que asumir pérdidas de hasta 90.000 millones, dijo ayer el director general adjunto de La Caixa, Juan Antonio Alcaraz.

"Hay 320.000 millones de créditos a promotores en el conjunto del sistema financiero español y el 30 por ciento son 90.000 millones, y somos las entidades financieras las que tenemos que asumir esta pérdida", reconoció.

Sin embargo, la exigencia de nuevas reservas no impedirá que algunos bancos se resistan a vender esas viviendas, tal y como anunció el martes Joseph Oliu, presidente del Banco de Sabadell, quien afirmó su intención de mantener esos activos en cartera durante tres o cuatro años para venderlos después con plusvalías, aunque reconoce que el incremento impulsará al sector financiero a vender esos activos.

GUANTE BLANCO

La nueva exigencia respecto a la vivienda choca con la política desarrollada hasta ahora por el Banco de España, cuyo gobernador Fernández Ordóñez ha tratado de minimizar el impacto de la crisis sobre las entidades financieras hoy convertidas en la mayor inmobiliaria del país. En este sentido, se engloban las medidas del supervisor bancario español que han flexibilizado, tanto las tasaciones, como la normativa de provisiones, que Ordóñez modificó en julio para permitir a la banca apuntarse como pérdidas tan sólo un 30 por ciento de un crédito moroso, en lugar del 100% anterior.

Sin embargo, los tiempos han cambiado, y el gobernador del Banco de España, que no está satisfecho con la colaboración de bancos y cajas en el proceso de reestructuración del sector, ha decidido dar una ‘vuelta de tuerca’ y obligar a las entidades en peor situación a deshacerse de los activos inmobiliarios, un lastre que pesa, no sólo en sus cuentas, sino sobre el conjunto de la economía española, al retrasar la recuperación, según indican todos los expertos.

DEMANDA EMBOLSADA

"Hay una demanda real que está dispuesta a comprar a un determinado precio, pero esto supone un descuento de un 30 por ciento del precio", reconoce Juan Antonio Alcaraz, director general adjunto de La Caixa.

En España, se venderán este año unas 350.000 viviendas, una cantidad que apenas alcanza la mitad de las ventas de los años del ‘boom’ inmobiliario. A pesar de estas ventas, el problema es que la vivienda aún no ha encontrado su precio, indican algunas voces que señalan a la banca y su enorme poder a la hora de regular el flujo de crédito como un obstáculo –hasta ahora insalvable- para liquidar el gigantesco ‘stock’ de pisos vacíos, en torno a un millón, según algunas estimaciones.

En este sentido, las rebajas actuales ofrecidas por los bancos son “totalmente ficticias”, indican los expertos, ya que la banca fija esos descuentos en relación con un valor de tasación “irreal”, apoyados en una normativa sobre tasaciones anormalmente blanda, y en la generosa manga ancha del Banco de España sobre sus balances.

Además, la banca ha decretado un ‘cerrojazo’ al crédito promotor que retrolimenta la incertidumbre que pesa sobre el inmobiliario y que ha provocado el hundimiento en la construcción de viviendas nuevas, un 60 por ciento por debajo del año pasado, según la cifra de visados concedida hasta agosto.

En esta situación, la nueva exigencia sobre el sector financiero por parte del gobernador del Banco de España abre un horizonte nuevo para miles de familias que hasta ahora han postergado su decisión de comprar una vivienda ante la incertidumbre de un sector que no ha logrado fijar un precio para su producto tras dos años de caída.

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