viernes. 29.03.2024
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Diferentes corrientes de pensamiento intentan interpretar los hechos y explicar el motivo de semejante fuente de desigualdad, existen teorías que intentan explicar de qué manera se produce la brecha salarial para poder combatirla.

La Constitución Española y el Estatuto de los Trabajadores prohíben la discriminación en el sentido más amplio de la misma. Es  decir, es contrario al sentido jurídico que en una empresa un trabajador cobre más que otro si ambos realizan las mismas funciones. Eso incluye diferentes escenarios y razones, “sexo, religión, raza, condición o cualquier circunstancia personal o social”.

Por ello entendemos que si una trabajadora está cobrando menos en una determinada empresa por el mero y exclusivo hecho de ser mujer, estamos ante un ilícito flagrante, y ello constituiría un motivo para demandar por vulneración de DERECHOS FUNDAMENTALES.

El problema radica en otro punto, se trata de la sectorización, o de una distribución heterogénea de géneros. Lamentablemente muchísimos sectores productivos establecen diferencias y preferencias en lo relativo a contratar a un hombre o  contratar a una mujer. Ello parece tener origen en nuestro pasado político y social. Un ejemplo de ello; a nadie le extraña que sectores como el mecánico, o el de la construcción sean sectores masculinizados, y sectores relacionados con el cuidado de las personas o tareas de administración, están en cierto modo feminizados.

Al parecer, ese es uno de los motivos de la realidad de la brecha salarial. Por alguna razón, y desde una perspectiva generalizadora, los sectores feminizados han tenido condiciones salariales menos favorables. Las tesis que se barajan para entender este hecho hay que cogerlas con pinzas, pues son muy difíciles de sondear, no obstante, todo ello obedece a una multi-causalidad:

Fracasos en la negociación colectiva de sectores feminizados, concentración femenina en sectores de menor cualificación, herencia político social conservadora...”

Los últimos datos aportados por el INE (Instituto Nacional de Estadística.), y las tendencias generales apuntan a una disminución de la brecha salarial debido a la destrucción de empleos relacionados con la ocupación masculina, del mismo modo le ha  acompañado una bajada de salarios generalizada, y un empeoramiento de las condiciones de trabajo.

La receta al problema debe consistir en una lucha activa a través de la negociación colectiva en los sectores más castigados, un mejor aprovechamiento de los recursos legales existentes para conseguir resucitar la letra muerta de los textos legales. Ya que en el fondo, todo ello tiene mucho que ver con un mal uso de las herramientas jurídicas y democráticas.

La brecha salarial