martes. 23.04.2024

Basada en un libro del mismo nombre escrito por su hijo Ángel Parra, y no exento de polémicas dentro de la extensa familia de los Parra (léanse las opiniones de su nieta Tita Parra al respecto) lleva a la gran pantalla la vida de todo un símbolo del patrimonio cultural de América Latina, una referencia obligada a la investigación de su folklore, un ejemplo de solidaridad y compromiso social, una muestra de sentimiento y emoción, un símbolo de coherencia, decisión y arrojo de su pueblo CHILE, por más que su pueblo fuera todos los pueblos de la tierra.

Violeta del Carmen Parra Sandoval, nació en San Carlos, en la región de Chillan, al sur de Chile el 4 de octubre de 1917, viviendo intensamente una vida dedicada al folklore hasta que se suicida pegándose un tiro con 49 años en Santiago el 5 de febrero de 1967.Hija de un profesor de música y una campesina guitarrera y cantora vivió toda su infancia con sus nueve hermanos en el campo (uno de ellos Nicanor, recibirá el próximo mes de abril el premio Cervantes de literatura). A los nueve años toca la guitarra, a los 12 compone, la familia se muda a Santiago en 1931 y Violeta se forma como profesora en la Escuela Normal de Santiago.

Dos matrimonios frustrados; del primero, sus hijos Ángel e Isabel cantores reconocidos mundialmente y las convicciones sociales de su marido, militante comunista, del segundo, dos hijas, Carmen luisa, también cantora fallecida en 2007, y Rosita Clara, muerta prematuramente a los dos años. Y un gran amor, el musicólogo y antropólogo Gilbert Favré, que tras convivir con ella en Ginebra, en su etapa Europea, la abandono para casarse en Bolivia, lo que contribuyó al fatal desenlace.

En 1952, aconsejada e incitada por su hermano Nicanor, recorre las tierras de Chile grabando y recopilando música popular, a la par que en su retina quedan grabadas las imágenes de miseria y necesidad de trabajadores y campesinos así como sus alegrías y penas, se está forjando un nuevo concepto de la música popular, el germen de la nueva canción Chilena.

Conoce a Pablo Neruda, a Pablo de Rocka, que harán junto con Nicanor el prólogo de su biografía “Decimas de Violeta”.

Violeta, canta, compone, enseña, da conferencias sobre folklore, pinta, escribe, diseña arte sobre arpilleras….en 1953 graba dos discos sencillos, su fama le precede y es invitada a Polonia, recorre la U.R.S.S. Y Europa, permaneciendo en Francia dos años donde vuelve a grabar esta vez sus primeros L.P. en 1956. En 1957 regresa a Chile contratada por la universidad penquista en Concepción, empieza a trabajar cerámicas y comienza a bordar arpilleras, y al año siguiente funda el Museo Nacional del Arte Folklórico, regresa a Santiago donde expone sus óleos en la feria de artes plásticas.

En 1961 viaja a Finlandia invitada al VIII Festival mundial de la juventud y de los estudiantes en Helsinki, recorre URSS, Alemania, Italia, y Francia donde permanecerá 3 años, cantará en el barrio latino en la sede de la UNESCO, en la RTF, llegando a ser la primera latinoamericana que expone individualmente en el LOUVRE (pavillon de Marsan).

En 1965 graba un documental en Suiza. Son estos años los de mayor calado social y combativo de sus canciones (mire como sonríen, que dirá el santo padre, dedicado al dirigente comunista español Julián Grimau, ejecutado sumariamente por la dictadura fascista de Franco Arauco tiene una pena, un rio de sangre, donde habla de Lorca, Zapata, Lumumba..). En 1965 regresa a Chile, canta con sus hijos en la peña de los Parra calle Carmen 340 de Santiago e instala una gran carpa en la comuna de la Reina con la intención de convertirla en un centro de referencia cultural. Participando sus hijos, Patricio Manns, Rolando Alarcón y Víctor Jara entre otros, pero el público no responde. Viaja a Bolivia en busca de Gilbert, y …lo encuentra casado´. Entra en un estado de depresión y fragilidad emocional. Ese mismo año graba el que será el último de sus discos que incluye joyas musicales como “volver a los 17” y “gracias a la vida”. Tras varios intentos, se pega un tiro.

Violeta está muy presente, canta a la vida, al corazón, canta las penas y pesares, las alegrías, denuncia las injusticias de Latinoamérica durante el siglo pasado. Su legado es el amor por las personas y el combate por su tierra y por sus gentes, por Latinoamérica, por cualquier lugar donde habite la humanidad.

Por eso, si es que existe, Violeta se fue a los cielos….

Es muy difícil seleccionar canciones de la ingente obra de violeta, por eso me he decidido por sus versos, y una sola canción interpretada por una cantora. Los versos pertenecen a su auto biografía escrita en versos, “DECIMAS”, y fueron musicados en 1972 en una composición musical con estructura de cantat profana “canto a una semilla”, bajo el efímero gobierno de Salvador Allende, por Luis Advis (1935-2004), del cual ya hablaremos mas en otra ocasión, pues el solo se merece un artículo, autor de la cantata de santa maría de Iquique de estructura muy similar, y referente y aglutinador de la nueva canción Chilena. La canción es una de las mejores canciones del siglo veinte “gracias a la vida” y hehelegido no la versión original de Violeta, sino la magistral adaptación-insuperable-de la tristemente falecidahace un par de años Mercedes sosa, espero que os guste.






Violeta se fue a los cielos