viernes. 29.03.2024
 

Desde una perspectiva sociolingüística las ideologías son para Van Dyck, “Los sistemas básicos de la cognición social, conformados por representaciones mentales compartidas y especificas por un grupo ideológico, las cuales (las representaciones) se inscriben dentro de las creencias generales (conocimientos, opiniones, valores, criterios de verdad entre otras) de sociedades enteras o de culturas”. Para este autor, en la cognición social, la principal función de la ideología es la de organizar las representaciones mentales. Esto quiere decir que, los modelos mentales son el elemento que vincula lo social con lo personal y los elementos cognitivos con las prácticas sociales.

Para Franzoi, los valores y las creencias de cualquier cultura están subsumidos bajo una construcción social más grande llamada ideología. Según este autor, “una ideología es un conjunto de creencias y valores sostenidos por los miembros de un grupo social, el cual explica su cultura tanto para sí mismos como para otros grupos”. Podríamos decir que una ideología es la teoría que tiene un grupo social sobre sí mismo.

Se puede afirmar que lo que caracteriza a las ideologías, centrándonos en su función práctica, es que son armazones asimilados de una manera inconsciente por los hombres y reproducidas constantemente en la práctica cotidiana. Así, las ideologías no tienen solo una función cognoscitiva sino también una función práctico-social. Un aparato ideológico es una estructura que funciona con independencia de la conciencia de los individuos vinculados a ella, y puede configurar la visión subjetiva de esos individuos.

Zizek afirma que “la ideología funciona cuando es invisible”. Es decir, cuando se hace parte de nosotros mismos, cuando se asume como algo natural. Para este autor, la función de la ideología no es escapar de una realidad insoportable sino construir una realidad (simbólica, imaginaria) desde la que escapar de lo real de nuestro deseo, que siempre es traumático. En consecuencia, afirma que la ideología es una fantasía social cuya parte manifiesta de la ideología es siempre una idealización, independientemente del tipo de relación de la que estemos hablando. Finalmente, desde esta perspectiva de análisis psicoanalítico, se dice entonces que la fantasía, no es un error sino una ilusión; ya que la fantasía, como dice Lacan, es una construcción de la realidad desde el deseo. Es decir, que la fantasía no es una forma de escapar de la realidad, sino por el contrario, una forma de hacerla posible.

La ideología política provee a las personas de un marco de actitudes, creencias y valoraciones útiles para la comprensión y actuación en el mundo social

Las relaciones sociales intergrupales se definen como aquellos procesos en que los miembros de dos o más grupos se vinculan entre sí, en función de su identificación grupal. El grado de identificación del individuo con una categoría o grupo social determinado, influirá en la manera en que éste piensa, siente y actúa ante sí mismo y frente a los demás La evidencia indica que si las categorías de identificación están asociadas a situaciones negativas la identidad social generará vergüenza y culpa, afectando negativamente la autoestima de sus miembros. Cuando la categoría de identificación supone un colectivo nacional, la identidad nacional resultante se origina tanto en la comparación con otras naciones como con la situación actual y pasada de la nación. Así, la percepción de mayores niveles de identificación con el colectivo nacional estará vinculada tanto a un mayor recuerdo de eventos positivos como al olvido de sucesos históricos negativos.

Por otro lado, en tanto las relaciones entre los grupos sociales nacionales se basan en jerarquías y estructuras verticales, las amenazas simbólicas o reales al estatus-quo y a la visión que se tenga del mundo, tienden a provocar emociones de ansiedad e inseguridad en los grupos de mayor estatus, favoreciendo la emergencia de actitudes autoritarias ante todo estímulo que represente un riesgo. Tales actitudes darían forma a situaciones de exclusión social y al surgimiento de conflictos intergrupales que enfrentarían a los grupos de alto estatus con aquellos que se perciben como excluidos.

La ideología política provee a las personas de un marco de actitudes, creencias y valoraciones útiles para la comprensión y actuación en el mundo social. Desde la óptica de la teoría de la dominancia social, las personas son diferentes en su orientación hacia la dominancia socia (ODS), es decir, en la medida en la que desean que su grupo de pertenencia sea el dominante y superior con respecto a los grupos externos o exogrupos.

De acuerdo con esta óptica, las personas que tienen altos niveles de ODS es probable que también presenten mayores niveles de prejuicio hacia diferentes colectivos sociales que representen una amenaza para el endogrupo.  Los elevados niveles de conflictividad intergrupal que desencadenan las actitudes prejuiciosas producen el sufrimiento de quienes lo padecen, dando como resultado daños a la autoestima, reducción de oportunidades sociales y laborales, estigmatización, desventajas socioeconómicas, violencia y, en casos extremos, guerras y genocidios.

Por último, compartir esta reflexión de Graham Greene:”intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mí ideología”

En torno a las ideologías y las relaciones sociales