viernes. 19.04.2024
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Al comenzar el otoño de 1913, en plena campaña contra la Guerra de Marruecos, los socialistas denunciaron las consecuencias de la misma en la salud en Málaga, ciudad portuaria.

La guerra no sólo producía bajas por los combates y enfermedades entre los soldados en Marruecos. El Socialista denunciaba que esas enfermedades estaban llegando a la Península. Las ciudades que acogían a los enfermos que regresaban de África comenzaban a sentir los efectos del contagio, destacando el tifus y el paludismo. El periódico obrero quería dejar claro que no se quería ser alarmista, pero había poblaciones que habían visto aumentar los casos de estas dos enfermedades, destacando la ciudad de Málaga.

No se sabían las medidas para impedir que la peste saltara a la Península. Los socialistas pretendían dar la voz de alarma por este temor, recordando su constante e histórica oposición a la guerra

El periódico socialista aludía a las noticias que aportaba el corresponsal Evaristo J. Navarrete, al respecto, sobre el aumento de enfermos de tifus y paludismo en la Beneficencia Municipal y en otros establecimientos, casi siempre enfermos de condición humilde. En vista de esto, los concejales socialistas Rafael Abolafio de las Heras y Antonio Valenzuela García (fundador de la Agrupación Socialista de Málaga, y el primer concejal socialista en dicha ciudad en 1909, un histórico del socialismo andaluz y español) llamaron la atención del tif1alcalde. Esta denuncia provocó que se hiciera una investigación. Al parecer, se había averiguado que las zonas de la ciudad más afectadas se encontraban en los barrios donde se lavaban las ropas de los soldados que venían de Marruecos, y que no se habían desinfectado antes. En vista de esto, el alcalde ofreció su ayuda a las autoridades militares aportando material de desinfección del Parque sanitario municipal.

El cronista explicaba que raro era el día que no llegaban al puerto malagueño correos con multitud de enfermos, en situación muy apurada, “con rostro cadavérico, sin poder apenas ponerse en pie”.

El número de enfermos de paludismo era muy alto, y en muchos hogares había enfermos de esta dolencia. El propio cronista aludía a su caso personal. En primer lugar, lo habían padecido los niños y en el momento de la crónica dos personas mayores.

En el artículo se añadía que también había otras ciudades afectadas, llegando noticias semejantes. En Larache y Arcila había casos de peste bubónica, pero el Gobierno no había informado de esta situación, aunque el periódico sabía que Madrid había enviado a dos doctores para conocer la situación. En todo caso, no se sabían las medidas para impedir que la peste saltara a la Península. Los socialistas pretendían dar la voz de alarma por este temor, recordando su constante e histórica oposición a la guerra.

Hemos consultado el número 1589 de El Socialista de 29 de septiembre de 1913, además del Diccionario Biográfico del Socialismo Español. El problema del tifus en Málaga es más conocido por la gran epidemia de la posguerra de la Guerra Civil, destacando la monografía de Isabel Jiménez Lucena, El tifus en la Málaga de postguerra, Universidad de Málaga, 1990.

Los socialistas ante el tifus y el paludismo en Málaga en 1913